Crónica Negra: Séptimo día. En esta ocasión Dios no descansó

Los asistentes a la Semana Negra de Gijón son incombustibles, aunque ya empiezan a notarse las bajas y los sueños acumulados (diría sueño, pero es que es mucho más que un plural lo que lleva este sustantivo durante la semana).

Ayer se presentaron diversos libros, entre ellos, El asesinato de Sócrates de Noemí G. Sagubal. La muerte en extrañas circunstancias del escritor local en un pueblo pequeño, hace que el inspector de policía Marcos Robles olvide por un momento sus problemas familiares para centrarse en un caso que es mucho más complicado de lo que parecía en un primer momento.

Y las presentaciones siguieron. Y la entrega de premios. Porque ayer la Semana Negra tenía un concurso muy literario el premio a la mejor tortilla de patatas del que desconozco a la ganadora o al ganador, pero del que haré todo lo posible por enterarme, porque el insigne Fernando Marías iba presumiendo por ahí de que sus tortillas de patatas eran las mejores de España. Ya saben ustedes cómo es el ego de los escritores…

Pero lo más impactante para casi todos este año en la Semana Negra ha sido la “Andalucía Connection”. El nombre se lo dio Francisco Ignacio Taibo II, director de la Semana Negra, un mexicano que está vendiendo en algunas partes del mundo más que Henning Mankel, ¿a que no lo sabían? Esa es la definición exacta de marketing.

Los "Andalucía Connection" (Foto: Silvia Pérez Trejo)

Ayer ya les di los nombres de las personas que formamos dicho grupo y que se han destacado por impregnar a la Semana Negra de un acento más sonoro, más relajado y, sobre todo “más gamberro”. Algunos de ustedes ya estará pensando que, siendo así, seguro que son profesionales de segunda división (desgraciadamente en España hay que tener cara de acelga para que te tomen en serio), pero no imaginan hasta qué punto habrán errado.

Miren una cosa, en el grupo, como ya les conté ayer, están Rafael Marín (gaditano) que es todo un referente en la literatura fantástica en este país. No podemos entender el género sin el nombre de Rafa. Su novela Lágrimas de luz fue un revulsivo en la literatura de este país, un revulsivo que dio dignidad a lo que, hasta entonces, estaba considerado un género menor dentro de las letras hispanas.

Fuera de la programación oficial de la Semana Negra, Revista de Letras consiguió sentarlos a todos alrededor de una mesa y tomar el pulso a la literatura andaluza. La idea surgió de una pregunta-broma que me hizo Paco Taibo una de las primeras mañanas, o sea, que aún estábamos lúcidos. Taibo II se me acercó y me dijo: “¿Has visto cuánto andaluz este año? No nos habíamos dado cuenta de que coincidíais tantos (la que firma es de Cádiz). ¿Por qué no haces algo? ¿Qué esta pasando por allá abajo, es que la crisis no os ha dejado más remedio que escribir?”.

Esta fue la primera pregunta que le trasladé a los Connection (faltaba Biedma, que no pudo incorporarse a la mesa por motivos de adaptación de los medios para los minusválidos).

Todos respondieron al unísono que la crisis no tenía nada que ver, que en Andalucía hay una gran tradición de escritores. Rafa Marín apuntó que el hecho de que hubiesen tantos narradores andaluces este año en Gijón era algo extraño, porque la Comunidad Andaluza favorece siempre a los poetas (ay, Rafa, cómo se nota que no eres poeta).

Lo que resulta, de verdad, extraño es que sea un mexicano el que se dé cuenta del potencial andaluz, porque algo de lo que se quejaban también los “Andalucía Connection” (no todos) es de la falta de apoyo institucional y privada de los andaluces a los andaluces. Andalucía nunca se ha caracterizado por ser una comunidad emprendedora. Tal vez tenga la mano de obra más seria, trabajadora y responsable de todo el territorio nacional, pero las fuerzas políticas la han ido vendiendo poco a poco hasta convertirla en el bar de Europa.

Javier Márquez reivindicó el derecho a crear desde su ciudad, Sevilla, y no tener que emigrar a Madrid o Barcelona para ser tenido en cuenta, algo que ya hizo el gaditano Félix J. Palma el año pasado, trasladando su base de Sanlúcar de Barrameda (pueblecito costero gaditano) a Madrid. Nerea Riesco subrayaba que eso ya era posible, se podía hacer una literatura de calidad y ser valorado escribiendo desde Andalucía. “Grijalbo jamás me ha pedido que cambie mi lugar de residencia”, afirmaba. A lo que todos respondieron que Grijalbo era una excepción de buen hacer dentro del mundo editorial español.

Tanto Jesús Lens como Francisco José Jurado señalaron el problema que existe en Andalucía al tener una “bisexualidad política” (permítanme llamarlo así) entre los dos grupos de poder de España. Es decir, en demasiadas ocasiones ocurre que las Diputaciones son de un signo político y los Ayuntamientos de otro.

Creo que el debate que propusimos a los autores (que nos tuvo más de dos horas charlando) debe tener su continuidad después de la Semana Negra. Un debate que propició Revista de Letras, una publicación catalana, en Gijón, a los andaluces. A lo mejor deberíamos pensar que el problema no es de la gente que apoya la cultura.

Volviendo al día a día semanero, hoy a las 11:00 de la mañana se ha celebrado la entrega de premios en las diferentes categorías y el resultado ha sido el siguiente:

Premio Hammett a la mejor novela negra publicada originalmente en castellano en 2009 para Guillermo Orsi (Argentina) por Ciudad santa.

Alcanzaron la final: Cristina Fallarás (España) por Así murió el poeta Guadalupe; Mario Mendoza (Colombia) por Buda blues; Eduardo Monteverde (México) por Carroña’s Hotel y Carlos Salem (Argentina) por Pero sigo siendo el rey.

El jurado estuvo compuesto por Rodolfo Pérez Valero (Cuba); Julián Ibáñez (España) y Juan Ramón Biedma (España).

Premio Celsius a la mejor novela de fantasía, ciencia ficción o terror publicada originalmente en castellano en 2009 para Juan Miguel Aguilera por La red de Indra.

A la final llegaron los siguientes autores: Antonio Dyaz (España) por Unicornio; Eduardo Vaquerizo (España) por La última noche de Hipatia y José Miguel Vilar-Bou (España) por Alarido de Dios.

Formaron el jurado Jorge Iván Argiz (España); Ricard Ibáñez (España) y Javier Negrete (España).

Premio Espartaco a la mejor novela histórica publicada originalmente en castellano en 2009 para Alejandro Hernández (Cuba) por Oro ciego.

Los finalistas fueron León Arsenal (España) con La luz de Egipto; Fermín Goñi (España) con Los sueños de un libertador y Andrés Pérez Domínguez (España) con El violinista de Mauthausen.

Actuaron como jurado Rafael Marín (España); Alfonso Mateo-Sagasta (España) y Nerea Riesco (España).

Premio Rodolfo Walsh al mejor libro de no ficción sobre tema criminal publicado originalmente en castellano en 2009 para Javier Sinay (Argentina) por Sangre joven.

Compitieron también como finalistas Mariano Sánchez Soler (España) por Nuestra propia sangre y Javier Valdez Cárdenas (México) por Miss Narco.

El jurado estuvo compuesto por Raúl Argemí (Argentina); Fernando Marías (España) y Carles Quílez (España).

Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela negra publicada originalmente en castellano en 2009 para Gregorio Casamayor (España) por La sopa de Dios.

Los finalistas fueron Gabriela Cabezón Cámara (Argentina) por La Virgen Cabeza; Matías Néspolo (Argentina) por Siete maneras de matar a un gato; Enrique Rubio (España) por Tengo una pistola y Carlos Zanón (España) por Tarde, mal y nunca.

Formaron parte del jurado Mercedes Castro (España); Julio Murillo (España) y José Luis Muñoz (España).

Concurso Internacional de Relatos Policíacos (en colaboración con el Ateneo Obrero de Gijón) para obras que sean rigurosamente originales e inéditas, fue para Enrique Ferrari (Argentina) por Ese nombre.

Resultaron finalistas Rafael Marín (España) por 9 mm Parabellum;  Javier Márquez Sánchez (España) por Charles Bronson era un cabrón y Laura Massolo (Argentina) por El otro camino.

Compusieron el jurado Nacho Guirado (España); Eduardo Monteverde (México) y Sebastien Rutés (Francia).

Mañana sábado acaba el proyecto por el que desde hace veintitrés años lucha la organización (Cristina Macía, Paco Ignacio Taibo II, Marina Taibo, etc.) y que cada año es mejor. Sé que todos, tanto medios como escritores, consideran a la Semana Negra como una gratísima excepción dentro de lo que son las ferias de libros españolas, así que todos nos retiraremos con la tristeza de separarse de amigos que ,sabemos, lo van a ser para siempre.

Carmen Moreno
http://letratlantica.blogspot.com
http://morenocarmen.blogspot.com

Carmen Moreno

Carmen Moreno es licenciada en Filología Hispánica por la UCA, Máster en Contabilidad y Finanzas (Cerem), Máster en Edición (Universidad de Salamanca). Tiene siete libros de poemas publicados y uno de relatos. Ha trabajado de guionista para TV, gestora cultural, impartiendo talleres. Actualmente trabaja de A.T. Cultural para el Ministerio de Igualdad.

1 Comentario

  1. Sigo creyendo que la muerte de Socrates es una mas de las circunstancias de la epoca, multiples caminos le llevo al suicidio mas que homicidio, suicidio conducido ¿sera verdad que no dejo nada escrito?, en verdad Platon le escudriño para transformarle en su personaje central de sus dialogos, muestra de la infame dialectica; sin embargo Jenofontes es considerado con termino reales como un hombre sabio, le vemos como un payaso mas de los que quizas enunciaron ideas y pensamientos de Socrates que tal vez resulto ser victima de estos y forzado al suicidio mas que una muerte enigmatica, no podemos olvidar que para esa epoca al igual que las actuales los enemigos politicos al verle como una amenaza le conducen al suicidio ¿Hubo indicido de lo contrario?, no, por lo tanto sigue siendo uno mas de los tantos tontos utiles consejeros que al final son llevado al final del tunel para poner fin a sus dias quedando como un simplon moralista y Platon supo conjugar las decisiones acertadas del pensamiento de su maestro y quizas el gran Platon tomo sus escritos y los hizo suyo, nada nuevo en el mundo de los ladrones.

    Cada testimonio, seguimos los largos caminos de la dialectica y los contextos de las guerras, condena, tortura y el paredon estudiado de la increible cicuta, envenenamiento progresivo con cianuro donde no se contaba con la ciencia adelantada para detectar las dosis usada en los tragos de licor que estos consumian, porcion de postre que comian y donde estos hombres fueron considerados dioses del saber.

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