Gloria Fuertes en 1967 | Blackie Books

Gloria Fuertes, la isla ignorada

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Gloria Fuertes en 1967 | Blackie Books

“Soy como esa isla que ignorada / late acunada por árboles jugosos / en el centro de un mar / que no me entiende”. Gloria Fuertes ha vuelto con toda la fuerza a las librerías, con diversos títulos que quieren celebrar el centenario del nacimiento de esta poeta madrileña, perteneciente al movimiento del postismo, pero que ha sido recordada sobre todo por sus colaboraciones en programas de televisión dirigidos a niños. Sus chalecos y corbatas, y su voz áspera y tierna al mismo tiempo, forman parte del imaginario de toda una generación que la conoció recitando en Un globo, dos globos, tres globos. Y, sin embargo, ella se veía desde el principio así, en medio del agua, sola.

«Para mí es un placer ser ignorada / isla ignorada del océano eterno.”

‘Isla ignorada’, 1950

Isla ignorada, de hecho, es su primer libro de poemas, que apareció en 1950, en Colección Musa Nueva, con una cortísima tirada y sin apenas difusión. Pero ahí también había, ya, toda la esperanza puesta en trasmitir sus miedos y anhelos a partir de una poética personal e intransferible: “Manantiales de versos encendidos / y cascadas de paz es lo que tengo”. El agua, como en tantos grandes nombres de la literatura, estará siempre presente. En el mismo poema que da título a ese primer volumen, leemos:

Luego vendrían libros como Aconsejo beber hilo (Arquero, 1954), Todo asusta (Lírica Hispana, 1958), Ni tiro, ni veneno, ni navaja (El Bardo, 1965) o Cómo atar los bigotes al tigre (El Bardo, 1969), entre muchos otros.

Urbana y castiza hasta la médula, esta vecina de Lavapiés siempre encontró en la naturaleza una cartografía para la metáfora, y en Suceso regresa a la idea del mar y sus soledades:

“Marinero sin tierra / náufrago sin velamen / huérfano de puerto / nave sin timón. / Rodeado de agua y sediento / rodeado de pescado y hambriento / rodeado de olas y sin saludos / rodeado de dólares y desnudo”.

Otra vez, pues, la poeta y sus versos, rodeados de agua y de solipsismo. Una soledad, buscada o no, que la televisión le arrebató para fagotizar a la escritora de profundidades a cambio de llegar a los más pequeños.

Ese imaginario se transforma hoy. Y es que estamos ante una de las creadoras más importantes de la literatura española de la segunda mitad siglo XX. Eso es lo que quiere explicar la exposición que ofrece el Centro Cultural Fernando Fernán Gómez de Madrid, organizada junto a la fundación que lleva el nombre de la poeta, o algunos de los muchos títulos que podemos encontrar ahora sobre su obra. Jorge Cascante ha investigado su trayectoria y la ha compartido en El libro de Gloria Fuertes, que publica Blackie Books, y Nórdica saca a la luz la antología Geografía humana y otros poemas, con prólogo de Luis Antonio de Villena. Reservoir Books se suma a la celebración con otra antología, Me crece la barba.

Gloria Fuertes moriría (si es que los poetas mueren) en noviembre de 1998, pero dejó a cientos de jovencísimos lectores (ahora más o menos mayores) intrigados por esos extraños juegos de palabras que, al mismo tiempo, reunían toda la complejidad y toda la sencillez del lenguaje desnudo.

La libertad, a veces, se disfraza de isla. Hasta que nos damos cuenta de que las palabras se parecen a esos manantiales que son, a la vez, origen y destino. Agua indomesticable.

Este artículo pertenece a Agua y Cultura, sección patrocinada por la Fundación Aquae.


Gloria Fuertes recita su Nota biográfica.

Albert Lladó

Albert Lladó (Barcelona, 1980) es editor de Revista de Letras y escribe en La Vanguardia. Es autor, entre otros títulos, de 'Malpaís' y 'La travesía de las anguilas' (Galaxia Gutenberg, 2022 y 2020) y 'La mirada lúcida' (Anagrama, 2019).

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