«Lazarillo Z. Matar zombis nunca fue pan comido», de Lázaro González Pérez de Tormes

Lazarillo Z. Matar zombis nunca fue pan comido.
Lázaro González Pérez de Tormes
Debolsillo (Barcelona, 2009)

¿Qué pasaría si la historia del famoso Lazarillo de Tormes fuera una farsa? ¿Y si la versión oficial, falseada y anónima de esta obra ocultara una verdad atroz y perversa? Este es el punto de partida de Lazarillo Z. Matar zombis nunca fue pan comido, una vuelta de tuerca zombi a un clásico de la novela picaresca española del siglo XVI.

Y este es otro claro ejemplo del vigor que el género zombi ha alcanzado en los últimos tiempos y que ya afectó, en octubre del año pasado, a Orgullo y prejuicio de Jane Austin, otro clásico de la literatura inglesa del siglo XVIII. Solo hace falta contemplar la cartelera cinematográfica de la ciudad en donde vivimos, o el apartado de novedades literarias de nuestra librería más cercana para ser conscientes de que los muertos vivientes están muy pero que muy vivos.

Si esta semana se estrena en España Zombis nazis (Dead snow) una revisión noruega en clave de comedia con nazis de la Segunda Guerra Mundial putrefactos aunque aterradores, la llegada en marzo de este año a las librerías de Zoombi: El apocalipsis zombi con denominación de origen, de Alberto Bermúdez Ortiz, muestra bien a las claras que la fuerza del género está muy lejos de remitir, por lo que puede ser de buen preveer la continua llegada de «mercandiazgo Z » durante los próximos meses y años, algo muy a celebrar por todos aquellos que disfruten con las historias protagonizadas por los despojos de los difuntos.

El Lazarillo Z parte de una idea inicial: Es el propio Lazarillo, el real, quien nos explica de su puño y letra la verdadera historia de su vida en pleno siglo XVI, una historia que ha llegado a la actualidad solo en una versión falsa y adulterada. Algo que no deja de ser parcialmente histórico, ya que la obra real fue censurada en su tiempo como no podía ser de otra forma, por la Inquisición, y tan solo pudo ser publicada en su forma original a partir del siglo XIX.

Hasta aquí el único parecido con la realidad. El Lazarillo Z nos retrotrae a un pasado en el que los muertos abandonan sus tumbas para cohabitar con los vivos, de una forma pacífica en un principio aunque cada vez más agresiva en los últimos tiempos. Para luchar contra este mal, proveniente, según parece, de las Américas españolas, la Corona ha creado un “grupo de choque” (aunque a veces no lo parezca) formado por elementos de las clases más populares y degradadas, que, como un pequeño comando intenta acabar de raíz con los brotes de esta malsana epidemia.

Aunque el argumento es (de momento) original, el libro padece de algunos fallos que limitan su acierto. La novela, de 191 páginas, acaba pareciendo tan solo un capítulo piloto de una posible saga de zombis ambientado en la España imperial de los Austrias, ya que presenta más la situación y a los personajes, principales y secundarios, que no desarrolla la acción Z, la que sin duda esperan los fans del género.

Por otro lado la “fuerza de choque anti-zombi”, el grupo protagonista de la novela, es bastante irreal, ya que por razón de sus componentes y de su extracción social, parece más un cuadro de bufones de Velázquez que un comando organizado para luchar contra una amenaza de este tipo. Sabemos que es mucho requerir al siglo XVI español tener organizada una CIA o un FBI competentes, aunque no es mucho pedir, sabedores de la potencia militar de los tercios españoles del momento, tener organizada una unidad con “cara y ojos”. Este elemento, además, le roba a la trama un grado de tensión y acción que se nota a lo largo de la novela.

La presentación y la interiorización en los personajes (con alguna sorpresa incluida) le roba a la novela la acción necesaria que una trama de este tipo necesita, lo que provoca, seguramente, que el lector se quede con las ganas de más, algo solo bueno si el autor y la editorial tienen planteado, como decíamos antes, alguna secuela de la novela.

Lazarillo Z. Matar zombis nunca fue pan comido, es así, un intento algo fallido, de llevar una moda en boga a un género muy nuestro, en el que el argumento y la acción han perdido presencia en favor de unos personajes poco creíbles y loables. Aún así es una novela fácil y rápida de leer, que seguramente colmará las expectativas de todos aquellos que, invadidos por la sed de sangre muerta y putrefacta (de la que verdaderamente hay muy poca!!), quieran retroceder en el tiempo a la época de la España imperial y compartir las aventuras de un lazarillo que más que picaresco, que también lo es, se convierte en un redentor de los muertos, sobre todo de aquellos que se resisten a obedecer las sagradas e imperturbables leyes de la vida y de la muerte.

Jorge Pisa Sánchez

Jorge Pisa Sánchez

Jorge Pisa Sánchez (Barcelona, 1976), licenciado en Historia. Ha escrito dos libros en la colección Breve Historia de la editorial Nowtilus y ha colaborado en diversos proyectos y revistas digitales. Dirige la sección de teatro de la web www.indienauta.com y el blog Culturalia.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Previous Story

Federico Fellini

Next Story

«Zombies» (VV.AA.)

Latest from Reseñas