Peter Burke durante su conferencia en Barcelona (foto: CCCB)

Peter Burke: “Sin imaginación no se puede escribir Historia”

Peter Burke (foto de uso promocional)

Los estudios históricos tienen relativo valor en nuestro país, poco dado a reconocer la riqueza que atesoran las ciencias humanas. No piensan así los británicos, un pueblo que ha sabido mantenerse en la élite cultural mundial y que ha alumbrado a los más brillantes historiadores. Uno de los más destacados de la actualidad, Peter Burke (1937), ha venido a Barcelona a participar en el debate organizado por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), que se celebra hasta marzo bajo el epígrafe En Común.

El debate busca reivindicar espacios que no se rijan por la medida del valor de mercado, sino por la noción de lo que es útil para toda la comunidad, y han dado en el clavo invitando a Peter Burke, un hombre tan culto y de mente abierta como generoso en conocimiento. El reconocimiento no se hizo esperar: Burke llenó el aforo.

Esa misma mañana conversé con él sobre su Historia social del conocimiento I. De Gutenberg a Diderot (Paidós, 2002) y II. De la Enciclopedia a la Wikipedia (Paidós, 2012), libros de imprescindible lectura para todo aquél que tenga curiosidad por descubrir cómo el conocimiento influye en nuestras vidas. La entrevista deriva por derroteros diferentes: el papel del historiador, la relación entre conocimiento e imperialismo, la Wikipedia, el pensamiento innovador, la República de las Letras, los servicios secretos británicos y un escritor por quien Peter Burke muestra una gran devoción: Javier Marías.

¿La Historia sólo se puede escribir desde la  objetividad?

Al contrario, la Historia no puede escribirse desde un punto de vista objetivo, porque está escrita por seres humanos. Creo que el problema de sesgo, como nosotros le solemos denominar, es muy grande; y la manera de combatirlo es presentando diversos puntos de vista, precisamente para evitar presentar uno único, que es además el nuestro personal. El historiador puede confesar su punto de vista a los lectores al principio del libro y también puede tratar de presentar los puntos de vista que son diferentes al suyo; lo que no puede hacer es ser objetivo, algo que sí se creyeron sin embargo los historiadores del siglo XIX.

¿Al historiador le mueve la verdad?

Sí, pero sabemos que nunca alcanzaremos toda la verdad; como se suele decir en la Corte británica sólo puedes aspirar a la verdad, pero la verdad completa nunca se puede obtener, por eso, los historiadores también tenemos que explicar a los lectores lo que no sabemos. El famoso historiador de arte Ernst Gombrich lo dijo en bonito en su célebre frase: «La Historia es como un queso gruyer, está llena de agujeros«. En este sentido, la verdad es como un espejismo, nunca se alcanza, pero es bueno estar orientados por ella, es como vamos a estar más cerca de lograrla.

En 1750 muchos europeos cultos seguían aferrándose a la idea tradicional de que el mundo tenía seis mil años. Sin embargo arqueólogos, paleontólogos, geólogos y astrónomos no paraban de hacer descubrimientos que demostraban lo contrario. Los arqueólogos descubrieron a la humanidad un tiempo profundo más allá del bíblico, y hubo que admitir una prehistoria.

¿Cuál es el papel del historiador en todo esto?

El de estar como absorbido o «muy metido» en un tema, y a través de la imaginación poder explicar a los lectores del siglo XXI por qué la gente de determinada época podía pensar que el mundo sólo tenía seis mil años de antigüedad. Los historiadores traducen el pasado y lo traen a su propio tiempo. Su trabajo es hacer inteligible el pasado a sus contemporáneos.

Por eso mismo, en cada generación hay que escribir la Historia, no sólo porque surgen nuevos descubrimientos, sino porque los lectores son diferentes, con distintos supuestos, y necesitan que se les expliquen las cosas sobre el pasado de otra manera, bajo otros parámetros. La Historia es emocionante porque implica intentar imaginarse a uno mismo en otra época, en otra cultura, para luego volver y explicar cómo eran las cosas antes y por qué la gente asumía como natural algo que para una generación posterior supone precisamente todo lo contrario.

Hace falta imaginación para ser historiador…

Absolutamente, no puedes escribir Historia si no tienes imaginación.

En la época de Napoleón se vivió un intenso proceso de conquista científica que llenó las arcas de museos y bibliotecas nacionales. Después de la invasión francesa de los Países Bajos se enviaron cinco vagones de tren llenos de manuscritos, plantas, fósiles y minerales a París. Después de la invasión de Holanda se envió a París una colección entera de elefantes fósiles. Tras ocupar Verona, Napoleón despachó una colección de seiscientos fósiles también a París. Escribe Burke –con cierto humor- que resulta difícil imaginarse un período, anterior o posterior en el que los ejércitos se tomaran los fósiles tan en serio.

Imaginemos pues. Napoleón se hizo acompañar por más de ciento cincuenta especialistas científicos cuando invadieron Egipto. ¿Qué buscaban?

No sé, tengo que suponer. Pero creo que querían extender el Imperio francés, y por lo general, primero se conquistaba un territorio y después se trataba de averiguar cómo era. Como cuando franceses y normandos conquistaron Inglaterra en 1066, hicieron un inventario de todo, de la gente que vivía en los pueblos e incluso de los animales. Querían conocer a fondo el territorio que a partir de entonces tenían que gobernar. Supongo que Napoleón estaba haciendo algo similar y quería saber qué tipo de lugar era el que se incorporaría al Imperio francés -lo cual finalmente no sucedió- en su afán de expansión por Argelia, Marruecos… Así que iban haciendo inventario.

Para el conocimiento es una contradicción estar al servicio del imperialismo, podríamos decir que es en parte contaminada por él; pero eso no impidió que se recogieran conocimientos valiosos. Además, muchas veces, estos científicos que acompañaban al ejército y recogían muestras desarrollaron una gran simpatía por los habitantes indígenas de estos territorios. Los antropólogos se formaban para trabajar en el Imperio británico, el Imperio francés u otro, pero ellos mismos, tras vivir dieciocho meses en contacto con los indígenas y aislados de sus culturas occidentales, desarrollaron una relación muy estrecha con ellos y, al regresar a sus países de origen, defendieron los derechos de los pueblos conquistados contra el Imperio. Así que, de nuevo, se da la paradoja pero a la inversa, ahora el antropólogo, que se formó para servir a las necesidades del Imperio, reacciona contra el Imperio al que sirven.

¿Estos antropólogos y científicos eran conscientes del saqueo cultural?

Es pillaje sólo si se llevan las cosas de allí. Por supuesto, esto sucedió, pero hay que recordar también que, por ejemplo, en algunos lugares arqueológicos en Egipto se realizó una férrea defensa contra el saqueo. Pero, por supuesto, el saqueo se llevó a cabo y a veces como británico que soy me resulta embarazoso ir al British Museum -visita que hago con regularidad porque muestra una colección impresionante de artefactos de tantas partes del mundo-, y me siento avergonzado al descubrir cuántos de esos artilugios o piezas se encuentran en el museo porque hubo saqueo, porque el ejército enviado al Medio Oriente saqueó y quemó pueblos y aldeas y se llevaron cosas que ahora se encuentran en el museo.

Tomemos el ejemplo de los antiguos mármoles del Partenón que se encuentran en el British Museum. Cuando fueron adquiridos, Grecia no existía como Estado independiente, sino que formaba parte del Imperio Otomano, y éste no estaba interesado por las antiguas ruinas griegas. Se podría incluso decir que estas piezas tuvieron una mejor oportunidad de supervivencia en el British Museum que en cualquier otro lugar. Pero, por supuesto, una vez Grecia se convierte en un Estado independiente la situación cambia, sin embargo los británicos nunca se han mostrado dispuestos a adaptarse a esto. Yo no creo que todas las piezas deban enviarse de regreso a su lugar de origen, pero sí aquellas que están particularmente próximas a la identidad nacional. Así sucedió cuando Dinamarca devolvió a Islandia hace unas décadas los manuscritos de las sagas que habían estado custodiados en la Biblioteca de Copenhague. En cuanto Islandia alcanzó la independencia los manuscritos fueron restituidos a la nueva república. Yo creo que el British Museum debería hacer lo mismo con los mármoles del Partenón.

Con todo, no creo que el British Museum tenga que ser totalmente desmantelado. Pienso que ofrece una maravillosa oportunidad para que hoy en día gente de todas partes del mundo puedan ver todas las piezas que se exponen juntas, y además, por lo general, muy bien cuidadas.

En su libro hay miles de datos, personajes históricos, referencias a libros y anécdotas. ¿Cómo ha abordado la gestión del conocimiento en este libro?

Bueno, como la mayoría de los historiadores de mi generación, soy una persona esencialmente de biblioteca, sobre todo si se eligen temas de estas dimensiones más enfocadas a síntesis que a monografías. Yo me encuentro muy cómodo trabajando en bibliotecas grandes como la de Oxford, Cambridge, Londres, París, la Library of Congress, y la New York Public Library, entre otras. En los últimos diez años más o menos, tal vez un poco menos, he comenzado a utilizar la Wikipedia, especialmente para obtener una primera idea sobre un determinado tema o área de interés y también por la bibliografía.

Pero soy muy cauteloso a la hora de reproducir o tomar algún texto o afirmación, ya sea de la Wikipedia o de la Britannica. Antes de reescribir alguna información chequeo y compruebo la información que reproduzco. Luego, cuando decido lo que quiero escribir o contar, es cuando comienzo a hacer una investigación en mayor profundidad. Wikipedia es ideal para ver las conexiones entre diferentes temas. En una enciclopedia tradicional se presentan por separado y un artículo aparece junto a otro sólo porque comienza con la misma letra del alfabeto. Eso ya no pasa con la Wikipedia.

¿Qué le parece la contribución de los wikipedistas?

Es tan grande el número de gente que colabora en Wikipedia que necesariamente encuentras diferencias en el trabajo que hace cada uno. Esencialmente, lo que me gusta de Wikipedia son dos cosas. En primer lugar, que está en constante revisión y actualización, de una manera que una enciclopedia tradicional en papel nunca podría hacer. Hace unas semanas murió uno de los más grandes historiadores ingleses; no hubo que esperar ni 24 horas y ya estaba puesta la fecha de defunción en Wikipedia. Para esta actualización en la enciclopedia en papel tienes que esperar diez años.

En segundo lugar, me gusta mucho lo que yo llamo las advertencias de ayuda intelectual (the intellectual help warnings) que señalan en el propio artículo si éste es parcial o sesgado, si no tiene suficientes fuentes, o hace falta una verificación de citas, y otras deficiencias. Nuevamente, eso no se puede hacer con una enciclopedia tradicional impresa y los editores de enciclopedias en papel deberían tomar ejemplo. Wikipedia se diferencia de las enciclopedias en papel en que además es más voluminosa, está disponible en más idiomas y está sujeta a constante revisión y reestructuración, en contraste con el desfase temporal que afecta a las ediciones de las tradicionales.

Algunos colaboradores de Wikipedia son cuidadosos, pero otros tienen una desviación muy marcada ya sea política, religiosa, hay un montón de posibilidades… Pero gracias a esos otros wikipedistas vigilantes se reduce el peligro de que dure en la Wikipedia un artículo de mucho sesgo o ideología. El hecho de que la Wikipedia tenga estas advertencias la hace más valiosa que una enciclopedia impresa tradicional, ya sea la Britannica, la Larousse o la Enciclopedia Universal.

A partir del siglo XV, la unión entre sabios humanistas y científicos de distintos puntos del mundo crean un espacio de conocimiento multicultural: la República de las Letras. Hasta entonces, lo que conocía la gente estaba estrechamente relacionado con el lugar donde uno vivía. Poco a poco, gracias a los avances en comunicación, el intercambio de conocimiento empieza a ser muy importante; tanto, que al principio la Bolsa era un lugar de intercambio de información, y no de dinero. El libro recoge la creación y transformación de la República de las Letras, y como ésta transformó los lugares del saber, y por ende, las ciudades y sus habitantes.

¿Cómo es hoy esa República de las Letras?

Ha sufrido una transformación total en el curso de ahora ya cinco siglos, sobre todo debido a los medios de comunicación. Yo la divido en cuatro períodos. La cuarta edad, que es la que vivimos ahora, aparece con la comunicación online, donde es posible un intercambio de mensajes con colegas de diversos países y continentes de forma instantánea, lo cual la hace muy activa. El diálogo entre académicos es más fácil y rápido. Esta comunicación online facilita un intercambio diferente al de las conferencias o el intercambio de papers o libros. Probablemente también tiene un efecto que se me escapa, pero encuentro esta etapa maravillosa.

¿Y dónde encontramos actualmente el pensamiento innovador?

Hoy en día se sigue produciendo innovación intelectual, sobre todo por parte de aquellas personas que pueden ver más allá de su propia disciplina de estudio. Creo que la división del mundo intelectual en disciplinas está bien y se puede hacer muy buen trabajo dentro de la disciplina de cada uno, pero la innovación intelectual la desarrollan aquellas personas que tienen el don de ver más allá de su propia formación hacia otras disciplinas, con las que pueden trabajar incluso de una forma aún más ingeniosa.

Así que, definitivamente, creo en el mundo del sabio o erudito que domina varias disciplinas, lo que llamamos hombres del Renacimiento, aunque es ciertamente más difícil hoy en día debido a la fuerte especialización y a la gran cantidad de información que nos rodea. Se hace cada vez más difícil ser un erudito, es una especie en extinción, pero felizmente todavía no ha desaparecido de la faz de la tierra.

Tenemos buenos ejemplos como Jared Diamond, un hombre de mi edad, que está formado en fisiología y luego se formó en ornitología y ecología, para más tarde interesarse en geografía, antropología y ahora en Historia Comparada, todo esto trabajando en la Universidad de California, en UCLA, que no sólo toleran sus cambios de interés sino que además le asignan una cátedra en diferentes departamentos en el mismo campus. Me parece maravilloso que esto suceda. Algunos de mis colegas historiadores piensan que sus libros son extraños (deeply fool) y que no siempre lo que escribe es del todo adecuado, pero yo creo que su trabajo es un estímulo muy valioso para los historiadores -por ejemplo, el tipo de preguntas que formula sobre el pasado-, y un ejemplo para alentar a otros estudiosos por el camino de la innovación. En general creo interesante la resolución de un problema de una disciplina a través de otra. Aplicar ideas y técnicas de otras disciplinas a una nueva situación.

En su conferencia en el CCCB, Peter Burke explica que el acceso al conocimiento se ha ampliado en los últimos siglos gracias a la difusión de la educación, la democracia y los cambios tecnológicos. Sin embargo, sentirse triunfalista puede llevar a engaño. Sostiene que es más realista ver el acceso al conocimiento como un lugar de conflictos. Tres son las amenazas: la censura por parte de los regímenes autoritarios; la privatización, a través de derechos de autor y la especialización intelectual.

Peter Burke durante su conferencia en Barcelona (foto: CCCB)

¿Cómo definiría esta época que vivimos?

Como la época de la sobrecarga de información. Es poco romántico, lo siento. Pero hoy nos encontramos con una cuestión muy importante, que es el exceso de información. Creo que es necesaria una reforma educativa, sobre todo en los primeros años de la educación de una persona, para enseñar a los ciudadanos a discriminar información y saber elegir entre numerosas y diferentes fuentes de información, porque tendrán que vivir en este mundo de sobrecarga. Las técnicas de gestión de conocimiento y de información se pueden enseñar y tiene que hacerse desde una edad temprana. También tenemos que realizar cambios para introducir perspectivas más globales en los ciudadanos, pero esa es otra cuestión.

En su libro hay referencias a los servicios secretos. Algunos comentarios me han hecho recordar la novela de Javier Marías, Tu rostro mañana.

Me gusta mucho Javier Marías. He leído varias novelas y muchos de sus artículos. Me gustó mucho, mucho esta novela. En Tu rostro mañana me sorprendió encontrar retratos de gente que yo conocí personalmente, como el profesor de Oxford y ex agente secreto Sir Peter Russell (1913-2006) y el profesor español Francisco Rico. Me gustó tanto esta novela -que considero la mejor de la primera década de este siglo- que incluso le dediqué una reseña en una columna de mil palabras que yo solía escribir en el suplemento dominical del diario brasileño Folha de S. Paulo. En el artículo señalo por qué me gustó tanto, en parte por sus técnicas narrativas para dar una ilusión de realidad más fuerte, y también porque Marías encontró en esa novela una nueva forma de hacer filosofía, sobre todo la ética.

¿El profesorado de Cambridge y Oxford sigue siendo importante para los servicios secretos británicos?

Si así fuera no lo sabríamos  -en cuanto se sabe algo, deja de ser útil-. Pero lo cierto es que ha tenido una tradición muy importante en el siglo XX. Muchos en Oxford la llamaban la Spies College, y es por todos conocido que grandes figuras de Oxford y Cambridge han trabajado durante años en el servicio secreto, durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra fría. Supongo que todavía sigue siendo importante, pero no hay que olvidar que también los servicios académicos británicos están activos en otros servicios secretos (in other people’s secret services).

Conocí al historiador de arte Anthony F. Blunt (el «cuarto hombre» de Los Cinco de Cambridge, un grupo de espías que trabajaron para la Unión Soviética durante la Guerra fría y anteriormente a ésta. Blunt trabajó para los servicios secretos soviéticos durante cuatro décadas). Todavía me siento confundido por la conmoción y el horror que causó su desenmascaramiento. Cuando tuvo acceso al servicio secreto Inglaterra era aliada de la Unión Soviética. Y para después de la guerra Blunt ya era director de una institución cultural sin acceso a secretos. Así que el hecho de que aún mantuviera contacto con los rusos es más bien una información pintoresca, pero no creo que tuviera nada interesante que pasarles, en general me parece que se armó un gran revuelo por un asunto de menor importancia.

Mientras nos despedimos, no puedo dejar de pensar en la película El topo (Tinker, tailor, soldier, spy), basada en la novela homónima de John Le Carré, quien se inspiró a su vez en Los Cinco de Cambridge, grupo al que pertenecía Blunt. La cultura británica ha sembrado de exploradores, espías, historiadores y aventureros nuestro imaginario cultural europeo. Antes de decirnos adiós le pregunto a Burke si él cree conveniente para la UK abandonar la Unión Europea. Me contesta que no. Consuela pensar que hay gente como él que aún apuesta por una comunidad de culturas unida.

Berta Ares

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En común. Conferencia en versión original

Reseña de Tu rostro mañana (en portugués)

Apunte biográfico de Peter Burke (tomado de la web del CCCB):

(Londres, 1937) es historiador especializado en la historia social y cultural de la primera Edad Moderna en Europa y estudioso de la historia social del conocimiento. Reconocido como uno de los grandes renovadores de la historiografía por el impulso interdisciplinar que dio a la investigación histórica, propició la mediación entre la historia, la antropología y la sociología. Es catedrático emérito de Historia cultural de la Universidad de Cambridge y miembro del Emmanuel College. Ha sido profesor visitante o investigador en numerosas universidades de Europa y América. Es miembro de la Academia Británica y de la Academia Europea, y ha sido distinguido doctor honoris causa por las universidades de Lund, Copenhague y Bucarest.

Ha publicado 26 libros, que han sido traducidos a más de 31 idiomas. Entre ellos destacan Hablar y callar. Funciones sociales del lenguaje a través de la historia (Gedisa, 1996), Formas de hacer historia (Alianza, 1999), El Renacimiento (Crítica, 1999), El Renacimiento europeo. Centros y periferias (Crítica, 2000), Historia social del conocimiento. De Gutenberg a Diderot (Paidós, 2002), Una historia social de los medios de comunicación (Taurus, 2002), Lenguas y comunidades en la Europa moderna (Akal, 2006), La traducción cultural en la Europa moderna (Akal, 2010), Qué es la historia cultural (Paidós, 2010), Hibridismo cultural (Akal, 2010) o, recientemente, Historia social del conocimiento II. De la Enciclopedia a la Wikipedia (Paidós, 2012).

Berta Ares Yáñez

Periodista e investigadora cultural. Doctora en Humanidades. Alma Mater: Universidad Pompeu Fabra.

26 Comentarios

  1. ¡Excelente, no hay otra palabra que se me ocurra!
    Gracias por habernos permitido acceder a este valioso material.

  2. M´agradat lo que diu. Sols no ´agradat una cosa. Les obres d´art tenen que tornar-les al pais d´orige. En el meu punt de vista…

  3. Leer una vez más algo referente a este insigne sapiens. Esto en la cultura anglosajona es normal. En otras ni es excepción, pues no existen auténticos Homo sapiens.

    Y que diga lo que dice de la Wikipedia es reconfortante. Otros por estos lares farfullan estupideces sobre tal. ¿Razón? En su artículo no salen bien retratados.

  4. ¡Gracias por vuestros comentarios!
    A mí también me ha reconfortado su actitud abierta hacia Wikipedia. Sobre este tema se extiende bastante en el segundo tomo de su Historia Social del Conocimiento, por cierto.
    La delicada cuestión de las obras y piezas saqueadas (y que se siguen saqueando) necesitaría una reflexión más amplia, desde luego. Quizá en alguna ocasión tengamos oportunidad de profundizar un poco más.
    Berta

  5. Desde mi punto de vista, lo más interesante de la entrevista -algo que vale la pena tener muy presente- es la crítica de Burke a la especialización obsesiva de muchos departamentos universitarios de Historia, y sus reflexiones sobre el «pensamiento innovador» en la investigación .

  6. Absolutamente. Lo mismo sucede en el campo de la Literatura, y ni te cuento en el de la Literatura Comparada.

  7. Hablaba este historiador de la dificultad de la ciencia histórica para ser objetiva. Pero vamos a ver, ¿¿qué ciencia es completamente objetiva??. No se me ocurre ninguna, es que ni una sola lo es. Esto es lo que hay. Sabemos que aquí todas las ciencias son directa o indirectamente manipuladas, humilladas y anorreadas por los gobiernos y las ideologías, por las multinacionales, bancos y la gran empresa. Soy doctor investigador en física y en matemáticas, aunque leo mucho, y conozco a muchos investigadores en química, bioquímica y os puedo decir lo mismo de sus especialidades: hay sesgo.

    Señores, el problema es este país. Aquí en España muchos piensan que la historia es «literatura mala con notas al pie», mitología o política -ppalmente piensan eso los cab*onazos indecentes que nos gobiernan, por razones que todos conocemos: la negación de la memoria histórica, y también las grandes empresas inmobiliarias y bancos, así como los ciudadanos totalmente iletrados, totalmente sub*ormalizados que les siguen. Somos nosotros los raros. Porque esta gente que lo domina todo está empeñada en desactivar la fenomenal y evidente capacidad de las Ciencias Sociales para cambiar la política y la sociedad. La historia tiene casi los mismos problemas de perfectibilidad que las otras ciencias, por mucho que tengan un método distinto porque tienen una materia distinta de estudio, pero es que todas se sirven del «método científico» y también la historia.

    Eso sí, los científicos debemos hacer el esfuerzo de objetividad, de completa independencia y de máximo rigor científico -en mayor o menor medida como en todas las profesiones, por otro lado. Es nuestra obligación moral, la de todos los científicos del país: historiadores, químicos, físicos, es por nuestro futuro.

  8. Hace muy pocos días ha salido una noticia de •»investigadores» españoles muy relevante. Es la siguiente:

    El profesor de Matemáticas de la Universidad del País Vasco – Euskal Herriko Unibertsitatea , Juan Carlos Gorostizaga y el doctor en la misma materia por la Universidad de Murcia, Milenko Bernadic han publicado el libro: «Sin Embargo No Se Mueve», en el que defienden el geocentrismo, una teoría que, según señala Gorostizaga, «varios científicos católicos actualmente defienden a lo largo del mundo».

    Otro ejemplo de la “ciencia” que se hace por aquí. García-Bellido, Juan Figueroa, Daniel G.: “Una ventana al primer instante del universo”. Investigación y Ciencia
    Diciembre 2012 – Nº 435

    El background hispano está inflado de s investigadores inflamados. Esta es la no secular, milenaria tradición «científica» en esta península. Por la boca o con la pluma se lanzan teorías, hipótesis, «investigaciones», que nadie es capaz de parar. No llegan ni a la categoría de conjeturas. Morralla.

    Toda esta panoplia de «cien-tíficos» lo quiera o no lo quiera conscientemente va con un lastre que les impide hacer lo que deben hacer: meterse en el laboratorio, aplicar fórmulas en sus experimentos, inventar, experimentar, aplicar. Pero aquí eso no pasa. A todos les atrae hablar y escribir sea de lo que sea. Es más barato, sencillo y fácil. Y además te lo publican; eso sí, te lo publican en revistas de nivel C como mucho. Eso sí, en este desierto cultural el nombre y apellidos de tales “investigasdores” puede que empiece a sonar. Todos estos «investigadores» son un tipo de funcionarios que plagan las universidades. El ranking de estas instituciones a nivel mundial es la prueba más palpable. Sí. Todos tratan de salvar la cara de «investigadores» pues puede que alguno se lo crea en las ¿filosófías? omniabarcantes que condicionan y de una u otra manera rigen nuestra cultura. Pero es que por estos lares no se cuentan ni con los dedos de una mano filósofos de talla a lo largo de siglos y siglos y siglos y siglos… .

    ¿Cuantos premios Nobel de los de calidad hay aquí? El de Don Santiago fue compartido y el de Don Severo además de compartido sacado por USA.
    Nihil obstat.

  9. Es muy muy publicado –más bien publicitado- que el idioma en el que hablamos-escribimos es el SEGUNDO más importante del mundo. La propaganda de política barata, barata que tal aserto lleva cargada es más que evidente. ¿Cantidad es sinónimo de calidad? Relacionemos con lo que comenta el profesor Burke:

    La Wikipedia en español es la edición en idioma español de Wikipedia. Actualmente cuenta con 967. 901 artículos. Muy por delante están las Wikipedias en neerlandés, en italiano, francés, alemán y hasta hace poco el polaco. ¿Cuántos hablantes tienen esos idiomas?

    La calidad de los artículos de la Wikipedia española es ínfima en la mayoría de artículos. En los correspondientes a muchos pueblos ponen como algo muy significativo quien es el ensotando de turno. ¿Queda clara la cosa?

    Parece que no estamos preparados ni para transmitir a base de escritura el conocimiento aunque luego se presuma de premios Nobel de Literatura.

  10. En lo anterior un «arreglo» ortográfico cibernético ha suprimido una «a».

    En el penúltimo párrafo donde pone «ensotando» debería poner: ENSOTANADO.

  11. Muchas gracias por esta interesante entrevista. Gracias a la difusión que se hizo de ella en El Arriero he descubierto tu trabajo en RdL.
    Cordiales saludos (también desde Barcelona)

  12. La felicito por su artículo. Muy interesante leer sobre historiógrafos de la cultura actual. Soy una profesional de las Ciencias Sociales, y de esas Ciencias me fascina la Historia.

  13. Gracias por el aporte es agradable leer estas lineas y darse una idea de que en cierta manera la tradición no es tan mala como la pintan pues ahora es deseable, y bastante difícil, ser erudito.

  14. ¡Me ha encantado la entrevista a Burke! Mis enhorabuenas.
    En mi opinión el Dr. Burke es una de las grandes eminencias que todo estudiante de historiador (grupo en el que me encuentro) debe de tener en cuenta o haber leído alguna vez. Las preguntas de la entrevista han abarcado varios temas, entre ellos algunos sobre los que me gusta mucho reflexionar:

    1. «La objetividad en la historia». Es bien sabido que no hay ciencia totalmente objetiva, pues todo tiene su correspondiente interpretación y explicación según determinados aspectos. Pero, sin entrar en ese espinoso debate, creo que los historiadores tienen que «ser objetivos dentro de lo más subjetivo». Justo hoy lo hablaba con una compañera del Grado: yo puedo ser partidario de hacer una historia más materialista por mi propia concepción de cómo se debe construir la historia (en lo que respecta al paradigma, al método), pero explico esa historia y expongo el porqué de mis planteamientos; no es un «esto es así porque sí» o «esto no fue así, en realidad estos fueron los buenos», eso solamente son comentarios muy sezgados (y en este caso ejemplos muy vastos jeje).
    2. En relación a lo de la objetividad, la imaginación: excelente el encabezado principal de esta entrevista y lo que Burke señala sobre la imaginación. Y es que imaginar no es únicamente aquello de fantasía, es como dice Burke, parte del trabajo del historiador pensar cómo era el pasado y hacerlo comprensible (sin banalizarlo ni corromperlo) a la sociedad (sea a otros académicos para que se continúe trabajando en la cuestión como a un público más general).
    3. Como wikipedista y posiblemente dentro de poco socio de Wikimedia España he de decir que me encanta cómo se ha referido Burke a la Wikipedia (inglesa). Aunque la Wikipedia en español no tiene ni la misma cantidad de contenido ni la misma cantidad de usuarios activos, creo que hemos de estar contentos porque cada vez se refina más, obteniéndose una mejor Wikipedia en español. Justo hace poco más de un mes escribí en mi blog personal sobre la «Wikipedia y su demonización en el ámbito educativo», cuestión que viene muy a cuento de lo que comenta Burke. No pongo aquí el enlace pues no quiero que se confunda como spam el comentario.

    Bueno, tras este comentario poco breve que me veía en la necesidad de hacer, he de reiterar lo interesante que ha sido la entrevista y que hará unos días que descubrí esta revista que ahora intentaré seguir con asiduidad.

    Saludos, Iván

  15. Muchísimas gracias, Iván. Efectivamente, Peter Burke es uno de los grandes. Y su respeto por la wikipedia y el trabajo de los wikipedistas demuestra que sabe estar con los tiempos.
    B.

  16. tengo que hacer un trabajo practico sobre este tema y n entiendo alguien me puede ayudsr o tengo que entregar hoy si o si :'(

  17. Muy buena tu publicación. La disfruté un montón y me encanta la manera como Peter se expresa. Les felicito a ambos por ayudar en mi formación permanente.

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