Scifi in the Valley Con | Autor: Cassey B. Bassett WikiMedia

Poesía Sci-fi

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Scifi in the Valley Con | Autor: Cassey B. Bassett WikiMedia
Scifi in the Valley Con | Autor: Cassey B. Bassett WikiMedia

Un, dos tres, responda otra vez: autores o autoras de poesía de ciencia-ficción.

Ahora no les viene ninguno a la cabeza, ¿verdad? Algunos de ustedes pensarán que ni siquiera existen. Pues sí. Existen. Están entre nosostros. Aquí y alrededor del mundo. Gracias a nuestro presente ultratecnificado he contactado con algunos de ellos. He podido leer algunas de sus obras sin tener en ningún momento un libro entre mis manos. Algo que hasta hace nada parecía completamente utópico, pregúntenle a Verne. La red de redes, esta biblioteca de Alejandría del siglo XXI, me ha permitido descubrir cómo algunos de nuestros escritores se dedican a fabular otros mundos. Distopías a gogó. En verso.

Resulta que hay hasta premios literarios de poesía de ciencia-ficción. La Science Fiction Poetry Association, fundada en 1978 por Suzette Haden Elguin, convoca un premio literario anual para poemas de más de 50 versos de temática especulativa, el Rhysling Awards. Lleva celebrándose desde hace 35 años. ¿Por qué nunca he oído hablar de ellos? Primero me imaginé que serían un grupo de simpáticos nerds de Winchester, reuniéndose por Halloween o en las convenciones de Star Trek. Pero no. En 1982 lo ganó una de mis escritoras favoritas, Ursula K.Le Guin, autora que la wikipedia enmarca dentro del género feminista utópico. Otro género apasionante.

La poesía Sci-fi, pues, no es ninguna novedad. Y además se ramifica en varios subgéneros. Como el SciFaiku, que según Tom Brink, autor del Manifiesto SciFaiku, se inspira en el Haiku japonés pero se centra en el futurismo tecnológico. Traduzco su ejemplo:

Asteriodes colisionan

Sin sonido…

Maniobramos entre fragmentos.

En castellano he encontrado múltiples ejemplos de poesía especulativa en blogs de toda índole. La mayoría de ellos basculan entre ufos y campos semánticos hard-tech. Millones de quántums, fotoestesias, cuartas lunas, intergalaxias y triples hélices. Mucha desolación y mucha supervivencia. Poesía amateur, en la mayoría de los casos.

Ni siquiera Alejo Cuervo, editor de Gigamesh y gran especialista en ciencia ficción sabe darme nombres. Aunque ha traducido poemas dentro de libros en prosa, parece que la poesía Sci-fi discurre por una especie de arcén subterráneo ultrasecreto.
Sin embargo, después de investigar un poco más, obtuve mi recompensa. Me topé con Raúl Quinto, que tiene magníficos versos como éstos:

Lo anoto en mi cuaderno y regreso a la base entre coches varados y cuerpos descompuestos,

atravieso la estructura desnuda del silencio,

los engranajes de un reloj
 parado para siempre.

Encontré Grietas y La Piel del Vigilante, ambos colgados en la red con descarga gratuita. En cuanto lo localicé, me puse en contacto con él a través de Facebook.

“De la Ci-Fi en sí me interesan muchas cosas, tal vez la que más sea que usan la aparente fantasía o la imaginación sublimada para contar con crudeza aspectos del presente o enigmas que la filosofía, la sociología o la política se plantean y que es en este género donde encuentra si no respuestas sí al menos una aproximación más rica.

Hay muchos autores donde aparecen destellos de la Ci-Fi como Sergi de Diego Mas, Rubén Martín o José Pablo Barragán, pero hay muchos. Desde la editorial El Gaviero incluso tienen una colección de postales con scifipoemas y un manifiesto bastante curioso.”

No he podido resistirme a compartirlo. Aquí lo tienen.

Manifiesto Sci-fi

[1] Tener los pies en la tierra es una ilusión.
Un engaño masivo atenaza a la especie humana. Dejad el redil y buscad el motivo que os justifica, la materia oscura que todo contamina: la poesía.

[2] La poesía es el resultado de la suma [ciencia] + [ficción].
La ciencia proporciona el instrumento, la ficción lo prevé.
La poesía es un arma láser cargada de presente.

[3] La poesía no es lo más importante de la vida, pero es la única esperanza. La belleza del cosmos está al alcance de vuestra mano. Quienes piensan que la Tierra es nuestra casa, se igualan a aquellos que temen salir de su habitación.
Los universos se expanden: reivindicadlos.
Atreveos.

[4] En pocos años la I.A. creará los cantos más perfectos jamás escritos. Dónde quedará entonces esa ostentación de métricas y acentos. Desguacemos esos moldes con la potencia de la fascinación.

[5] Las nanoformas exploran la raíz, la condensación de vínculos.
[arquitectura del mundo] = [arquitectura de la palabra]
La materia respira.

[6] Todas las artes confluyen con todas las ciencias en un punto de infinita densidad: la poesía.

[7] La poesía debe acabar con la discriminación de cuerpos extraños o molestos, por ello izaremos orgullosos el estandarte de la Serie B.
Irritaremos al conservador, pero algunas conciencias vírgenes despertarán.

[8] Juguemos con humor, antes que el ciborg asexuado llore por nuestra romántica extinción. Y haced vosotros las reglas del juego.

[9] No hay verdades eternas ni absolutas.
La poesía no ordena, sino que constata la fuerza de la entropía.

[10] Acción / Reacción constituyen principios obsoletos, porque la poesía no tiene comienzo ni fin. La Scifi Poesía no se guía por principio alguno, pues el universo es puro cambio que abomina de lo establecido.

Pedro J. Miguel / Ana Santos Payán (El Gaviero)

Otro ejemplo de que la ciencia ficción estuvo y está muy presente en nuestro país se concentra en la persona de Rosa Fabregat, sin duda alguna, la gran dama de la ciencia ficción catalana. Poeta y novelista, recientemente ha reunido sus obras completas poéticas en dos volúmenes de casi mil páginas. A través de mis erráticas investigaciones me encontré con que esta escritora más que prolífica, es presidenta honoraria de la Societat Catalana de la Ciència Ficció i Fantasia.

Rosa Fabregat | Foto: Esther Remacha
Rosa Fabregat | Foto: Esther Remacha

“La publicación de mis novelas me tentó a introducir en mi obra poética la ciencia-ficción, o la ciencia (según quien lo lea), y un buen día nació Balda de la vida (1991) un poemario de 46 poemas-cromosoma, 23 femeninos y 23 masculinos que simbolizan el genoma humano, apareados en las páginas del poemario, escenificando el origen de la vida. Fue un apasionante juego intelectual y poético para mí.

Tuve la pretensión y no sé si lo he conseguido de que convivieran la ciencia y la ficción en parte de mi obra, con la esperanza de que algún día se pierda el miedo a la ciencia en los textos literarios y se goce con la ciencia-ficción, escrita con sensibilidad y oficio, tanto en la narrativa como en el arte poético, y deje de considerársela como un triste subgénero sin espacio propio en las librerías.”

Y concluyo este artículo con estas palabras de Rosa Fabregat, con las que es fácil identificarse. Dice:

«Leer un libro escrito con rigor y oficio, sea del género literario que sea, que haga reflexionar, que forme e informe sobre la condición humana, siempre ha sido y es una aventura apasionante. Nunca me pregunto de qué género es un libro. Un libro, por el hecho de serlo, tiene personalidad propia con independencia, es libre de clasificaciones. Las clasificaciones las hacen los críticos. Es un objeto codiciado por el ser humano desde que aprendió a leer.»

Anna Pantinat

Anna Pantinat es autora de 'Construcció de la Nit' y 'De repente, un verano'. Compagina la escritura con los escenarios ya sea en su faceta musical, al frente de 'Pentina’t Lula', como en la teatral.

6 Comentarios

  1. Leyendo el segundo tomo de la autobiografía de Doris Lessing (un autora que no escribió ciencia-ficción) he encontrado este fragmento:

    «Un visitante americano me preguntó si leía ciencia-ficción (…)El sentimiento que me produjeron entonces ja perdurado para siempre. Me impresionarosn sus perspectivas, la ampñitud de sus horizontes, sus ideas y las posibilidades de crítica social. (…) Adentrarse en este género o estar con sus autores cuando se ha pasado una temporada inmerso en el mundo literario convencional es como abrir ventanas de una habitación pequeña, anticuada y con el aire enrarecido.

    Cuando se confeccionan listas de los mejores escritores británicos a partir de la guerra no se incluye a Arthur C. Clarke ni a Brian Adiss, ni a ninguno de los buenos escritores de ciencia ficción. Es que la literatura convencional se ha convertido en provinciana.»

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