Prolegómenos a la entrada en el sistema literario, por Gabriel Sofer

 Prolegómenos a la entrada en el sistema literario
(a la manera de Euclides, más o menos).

Definiciones:

Literatura: actividad de naturaleza difusa e imprecisa que ejercen aquellos que forman parte del sistema literario.

Sistema literario: sociedad rigurosa —juzgada por los ignorantes como hermética y oscurantista— que forman los que cultivan la literatura.

Autor: individuo que pertenece al sistema literario. No basta escribir para ser autor, es necesario pertenecer al sistema literario.

Editor: guardián de las puertas del sistema literario. Tradicionalmente, persona poderosa y sabia que decidía quién entraba y quién no en el sistema literario.

Libro: producto que ocasionalmente crean los autores para justificar su condición y prolongar así su permanencia en el sistema literario.

Imagen: pedagogie.ec-nantes.fr

Axiomas:

1. Es mejor existir que no existir.

2. La existencia debe ser percibida y reconocida por otras existencias afines.

3. Sólo se existe en la oposición.

Explicación: el significado de un término se establece en oposición a su contrario, sin el que carecería de sentido. Así, no hablaríamos de «la paz» sin tener en cuenta o al menos presuponer la realidad de «la guerra». Esto es extrapolable del lenguaje a la realidad misma de las cosas.

4. La existencia moderna es más densa y relevante que la antigua. O más sencillamente: lo nuevo es siempre mejor que lo antiguo.

Para formar parte del sistema literario, es decir, para ser un autor que ejerza la literatura en su forma específica de producción de libros editados, o para ser un autor a secas, debe usted cumplir indiscutiblemente las siguientes

Proposiciones, que no son sino los atributos o propiedades que cumplen los miembros —autores— del conjunto que hemos dado en llamar sistema literario, a saber:

Imagen: gigaom.com

1. Persevere en su ser, dedique todos sus recursos —por limitados que sean—, todo su tiempo y lo mejor de sí mismo a existir.

Observación: cultive sobre todo su existencia digital.

Demostración: el autor es una existencia intransitiva, es un emblema, es una marca con vida propia al margen de sus obras. La función primordial del autor no es otra que la de existir. Es evidente por los axiomas 1 y 2.

Quod erat demonstrandum (en lo sucesivo Q.E.D.).

2. Mate a su padre, pero no deje de ser amigo de todos sus hermanos, también de los bastardos. Sobre todo de los bastardos.

Observación: el padre, se entiende, debe ser alguien lejano en el tiempo y a ser posible muerto. Don Antonio Machado viene, por ejemplo, muy bien.

Observación: los hermanos pueden tener un padre común, pero se recomienda, a efectos de lucimiento personal o mera afirmación de la propia existencia, que cada cual tenga el suyo propio —idealmente, el sistema literario estaría formado por hermanastros—.

Demostración: Es evidente por los axiomas 1, 3 y 4.

Q.E.D.

Explicación: un autor afirma su literatura contra la literatura de un maestro, de un autor influyente en el pasado, cuya muerte o asesinato supone una infusión de vida y existencia para el contemporáneo y parricida autor.

3. Cuide su imagen, real o virtual: vale mucho más que sus libros.

Observación: Manifiéstese: acuda a fiestas, veladas, saraos, tertulias, orgías, lecturas, presentaciones, protestas, manifestaciones, bolos y demás manifestaciones del hecho literario.

Demostración: Es evidente por los axiomas 1 y 2.

Q.E.D.

Explicación: por mucho y muy bien que escriba, un autor invisible o irreconocible para sus contemporáneos, no existirá; un autor así es un contrasentido, una contradicción simultáneamente intelectual, moral y física.

4. Sea indiscutiblemente moderno, es decir, estése a la última, o también: mantenga su atención centrada en la actualidad; conviértase, como alguien ha dicho, en un productor del directo.

Observación: desdeñe lo anticuado, lo clásico, lo feo, lo desagradable. Escupa, por ejemplo, sobre el rancio lema de la Academia; aplaste la geometría tiránica de la línea recta.

Observación: Hable bien de algunos libros clásicos, pero no pierda el tiempo con ellos. Como bien sabe, los clásicos son redundantes.

Demostración: Es evidente por los axiomas 1, 2, 3 y 4.

Q.E.D.

5. Pertenezca.

Observación: A lo que sea, preferentemente a una generación definida como tal por prominentes críticos, aunque las cofradías informales también valen.

Observación: La mejor manera de seguir perteneciendo es hablar mal de alguien que pertenezca a otro grupo o círculo en público. La unión de dos, el grupo elemental, sólo se justifica por la posibilidad de despellejamiento de un tercero, vínculo que sólo persistirá si persiste el despellejamiento. La aritmética es la forma más elaborada de moral que conocemos.

Demostración: Es evidente por los axiomas 1, 2 y 3.

Q.E.D.

6. Opine, opine sin cesar, no deje que acabe un día sin que el mundo conozca su opinión a través de cualesquiera medios.

Observación: Un autor imprescindible es un autor de cuyas opiniones el mundo no puede prescindir.

Observación: Un autor sin opiniones es absolutamente prescindible.

Demostración: Es evidente por los axiomas 1, 2, 3 y 4.

Q.E.D.

7. Sea específico, sea diferente.

Observación: Lo importante es ser, lo que sea, pero ser algo específicamente. Puestos a elegir, la mejor opción es sonreír y ser simpático. También resulta efectivo ser muy antipático y desagradable.

Observación: Dedique todo el tiempo posible a cultivar sus rasgos diferenciales: el peinado, el amaneramiento, la vestimenta, el fraseo, el abuso de palabrotas o de interjecciones en su prosa, la longitud y singular dirección de su meada, etc.

Demostración: Especificidad y diferencia son dos de los principales propiedades del conjunto del sistema literario. Es evidente por los axiomas 1 y 2.

Q.E.D.

8. Odie con insidia.

Observación: Da igual el objeto de su odio, lo importante es odiar con fruición. Si no se posee una imaginación demasiado rica se recomienda odiar, por socorridos, en este orden: el libre mercado, Israel y el cine norteamericano.

Observación: no se olvide de manifestar su odio en público, en el lugar y en el momento adecuados. No se le ocurra guardarse su odio para usted, no le servirá de nada y se le agriará el carácter.

Demostración: Es evidente por los axiomas 1, 2 y 3.

Q.E.D.

9. Desprecie a España, niegue lo que pudiera haber en sí mismo o en su escritura de español.

Observación: Proposición de obligado cumplimiento sólo para los aspirantes españoles; los hispanoamericanos no necesitan, sin embargo, cumplir esta proposición, salvo si residen de forma permanente en Cataluña.

Observación: escriba en castellano, no en español.

Observación: hable mal de Madrid y bien de Barcelona.

Observación: no se le ocurra revelar que ha leído a un escritor español nacido antes de 1971.

Observación: no renuncie a ciertos esquematismos del pensamiento, a saber: toros, barbarie; la Iglesia Católica, abusos; España, genocidio; flamenco, machismo, etc.

Observación: Ignore de forma sistemática la tradición literaria española en general y niegue rotundamente sus presuntos logros.

Observación: Permítase el lujo de ignorar e incluso de despreciar la gramática española.

Demostración: Es evidente por los axiomas 1 y 3.

Q.E.D.

10. Muéstrese admirador y lector profuso de otras tradiciones literarias, preferentemente de la inglesa y norteamericana o de la francesa —disyunción obviamente excluyente—, pero también de alguna singular y exótica —la alegría telúrica de la negritud, la densidad nórdica, la precisión coreana o los abismos magiares—.

Observación: Esta proposición es complementaria de la anterior, aunque extensible a los aspirantes a autores en cualquier lengua y de cualquier país.

Observación: al mismo tiempo, conforme una lista variopinta y extravagante de autores y obras en general inofensivos para el gusto dominante en el sistema literario. Repita esa lista sin alteraciones cada vez que alguien le pregunte por sus influencias.

Observación: al mismo tiempo, encuentre un texto o un autor raro que haya fallecido hace más de cien años y que nadie, a ser posible, haya leído desde entonces. Conviértase en su defensor, en el paladín de su memoria literaria ultrajada, en el albacea de su herencia intelectual.

Demostración: Tener un sólido pilar pretérito nos ayudará a sostener nuestra contemporánea existencia. Es evidente por los axiomas 1 y 4.

Q.E.D.

Gabriel Sofer
En Sevilla, a 27 de Jeshvan de 5.773, fecha en la que terminó el Diluvio hace 3.669 años.

 

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