Consideraciones sobre el infierno en la «La Eneida»

Este locus virgiliano empieza con el verso 268: “Ibant obscuri sola sub nocte per “umbram”, Iban oscuros bajo la noche sola través de la sombra. A partir de este verso hasta el 272 Virgilio crea el clima inquietante, de claridad incierta, sin huella de color, un bosque frondoso, con silbido del viento entre las hojas; un clima que provoca el temblor de lo desconocido a punto de develarse.