«Una sombra en Pekín», de José Ángel Cilleruelo

 

Una sombra en Pekín. José Ángel Cilleruelo
Ilustraciones de Juan Gonzalo Lerma
Ediciones Traspiés – Vagamundos (Granada, 2011)

Para los antiguos egipcios su escritura jeroglífica era, además de una representación gráfica de los sonidos del habla y, por tanto, una fuente de conocimiento, un arte que podía usar los ideogramas como substitución misma de la realidad, y no en sentido figurado o metafórico; así, en ciertas ocasiones, cuando se grababan -o escribían- las representaciones de algunos animales especialmente peligrosos de la fauna nilótica –como el cocodrilo o el hipopótamo- se solían tachar con una raya en medio, como aprisionando la existencia del animal a su estado pictográfico, impidiendo así su materialización en forma del animal tridimensional.

Ilustración de Juan Gonzalo Lerma (© del autor)

En Una sombra en Pekín nos encontramos ante un relato en el que José Ángel Cilleruelo, de la misma manera como los escribas egipcios sospechaban que podía suceder con su arte demiúrgico, consigue despertar la representación gráfica –en este caso de los caracteres de la escritura china- y darles vida hilvanando una fábula en la que ciertos animales dan nombre y carácter a los personajes. He aquí que las ilustraciones realizadas por Juan Gonzalo Lerma no sólo acompañan la lectura de los diferentes pasajes, sino que nos desvelan la relación íntima de cada personaje con su trasunto animal y, a la vez, con el ideograma chino desde el que se les ha dado vida. Además, la tinta china usada en las ilustraciones sirve como representación también de la escritura misma, pues como bien es sabido los ideogramas chinos –como lo habían sido los jeroglíficos egipcios- conjugan, en un mismo plano de conocimiento, arte y representación gráfica del idioma.

Por otro lado, la utilización del relato en forma de fábula, dentro de una ambientación oriental y un tiempo indeterminado, dota al autor de una libertad total a la hora de ir introduciendo, sin prejuicios, al lector en la historia, alejándolo de su realidad más próxima; pero, a la vez, le permite representar con rasgos muy sencillos una serie de personajes y desarrollar una historia que, sin duda, podremos reconocer de plena actualidad y, finalmente, traducir a nuestro entorno todo aquello que la fábula nos enseña. Una sombra en Pekín, en su juego de creaciones y representaciones mutuas entre escritura, literatura y arte, resulta un libro gratificante en todos los sentidos, e igual de bello en la forma como en el fondo.

Agustín Calvo Galán
http://proyectodesvelos.blogspot.com

Agustín Calvo Galán

Agustín Calvo Galán (Barcelona, 1968) ha publicado 'Letras transformistas', una selección de sus poemas conceptuales y visuales (2005), 'Otra ciudad' (libro objeto, 2006), 'Poemas para el entreacto' (2007) y 'A la vendimia en Portugal' (2009). Su obra como poeta visual ha sido recogida en varias antologías especializadas.

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