Meditaciones de Hispano-América. Agapito Maestre
Escolar y Mayo (Madrid, 2010)
Viaje a los Ãnferos.
Agapito Maestre
Infova Ediciones (Madrid, 2011)
Sostiene Agapito Maestre que en ningún lugar se ha entendido e interiorizado la obra de Nietzsche como en Hispanoamérica. Si, como dice Nicolás Gómez Dávila, los grandes filósofos no nos enseñan qué debemos pensar, sino cómo debemos hacerlo, Nietzsche nos ofrece un enfoque metodológico que recupera inspirado por los presocráticos. Si estos exigÃan una explicación del universo para extraer de ella conclusiones morales pero sin depender de una demostración cientÃfica (como harÃa por ejemplo Demócrito con el átomo), Nietzsche encarna para Maestre la idea de que «no hay cultura, civilización, pensamiento al margen de la vida. Todos tenemos que personalizar la moral y el arte (…)». No trabaja el filósofo alemán siguiendo un método cientÃfico, sino que explica las cosas como necesidad. Y son necesidad porque lo contrario es inhibirse de la vida. Si bien esta afirmación de la vida no obedece al método cientÃfico – por lo que se considera irracional – su defensa sà requiere «reflexión, drama, tragedia, escritura y procedimiento». AsÃ, en Hispanoamérica han sido muchos quienes han tratado de «captar y proseguir esa sutilÃsima verdad de Nietzsche: la cultura sin vida no es nada».
Quizá sea por eso que los libros de Maestre, todos ellos, eluden caer en las trampas de cierta filosofÃa formal, en su excesiva búsqueda de la categorÃa y la jerga (a veces incomprensible, como en los conocidos casos de Judith Butler o Homi Bhabha). Tanto las Meditaciones de Hispano-América como el Viaje a los Ãnferos son textos a la vez profundos y accesibles. El primero podrÃa ser una conversación y el segundo una narración, conectados ambos por la idea de la ida y la vuelta, como los cantes que se traÃan los flamencos de América. Son creaciones sin principio ni final, que cuentan con mil antecedentes – ¡el pensamiento hispanoamericano, nada menos! – y dejan abierto el campo para la discusión, para más libros, más reflexión. No sólo por parte de Maestre, sino también, gracias a su accesibilidad, a cuenta de cualquiera. Gusta el filósofo de citar obras y sugerir ideas que piden a gritos lectores que las desarrollen. Sirva de ejemplo esta observación acerca de la mencionada influencia de Nietzsche en nuestra cultura: «desde que, en 1902, AzorÃn publicara su obra maestra, La voluntad, hasta los cientos de estudios que hoy se dedican a Nietzsche en nuestras universidades y revistas culturales, pasando por los ensayos de Ortega, Zambrano, Felipe González Vicén o Savater sobre algún aspecto de la obra de Nietzsche, muy pocos son los filósofos o profesionales de la filosofÃa que no hayan visitado el texto nietzscheano, desde Alfonso Reyes hasta Octavio Paz, pasando por Borges, Gaos, Xiray y GarcÃa Bacca, pocos son los ensayistas, poetas, narradores o filósofos iberoamericanos que no se hayan detenido en el creador de Asà habló Zaratustra«.
Maestre viene a ser heredero de esta tradición en lengua española que «frente al positivismo dogmático, ha logrado que la poesÃa, la escritura sutil del alma, sea el último reflejo de la ansiada y verdadera geometrÃa de los más elegantes antiplatónicos de todos los tiempos.» Y condensa esta idea tan propia de nuestra cultura con una frase lapidaria: «Escribir es vivir». No estamos ante un filósofo que elabore complicados sistemas de pensamiento, sino ante uno que acude al ágora y habla con quienes se cruzan en su camino. Estos pueden ser gente de la calle, taxistas o libreros, o pueden ser creadores como José LuÃs Garci, Jorge Santayana o Sor Juana Inés de la Cruz, ante cuya obra Maestre no trata de elaborar una exégesis unidireccional sino que entabla fructÃferos diálogos acerca de los más variados temas.
Incómodo ante el encasillamiento del género, porque habla de literatura y polÃtica, por ejemplo, como si fueran una misma cosa, los ensayos de Maestre no pueden englobarse bajo un epÃgrafe: resulta por ello mucho más exacto tratarlos de conversaciones o narraciones, como hacÃamos más arriba. De ahà que la cosa polÃtica sea para él «más un sentimiento que una idea, [una] reflexión, a todas luces tentativa e inconclusa, (…) la democracia considerada como método resulta insustituible para actualizar nuestra quebrada libertad». Una libertad que permite precisamente esta mescolanza de ideas, que posibilitan que la conversación, la escritura, la emisión de un voto – cristalicen en exactamente lo mismo: la experiencia vital. Una vida en comunidad, de encuentros y discrepancias que, como sus textos, nunca terminan sino que abren más caminos por los que el lector puede transitar libremente.
El Viaje a los Ãnferos es una narración que nos lleva de Méjico hasta Cuba pasando por Venezuela, y en ella se entremezclan las experiencias de Maestre con las ideas que éstas le sugieren. Las Meditaciones de Hispano-América son el examen al que somete Maestre a un gran número de pensadores y creadores que él entiende que han configurado la hispanidad, de Menéndez Pelayo a Buñuel, de Goya a Pérez Galdós, pasando por muy especialmente Ortega y sus discÃpulos. Ambos textos se complementan y ante todo buscan ese diálogo que siga estructurando la idea de hispanidad, un tema a la vez particular y universal. Como dice Cioran, los filósofos españoles examinan España como problema propio, “una paradoja que les atañe Ãntimamenteâ€. En la tensión entre lo Ãntimo y lo público germina esa filosofÃa que exigÃa Nietzsche, recogió Ortega y culminó Zambrano. Entre el narrador y su entorno nacen estas obras que son filosofÃa, es decir, vida.
Alejandro GarcÃa Ingrisano
El pensamiento de Maestre es fresquico fresquico, igual que él. Llamar a eso pensamiento ya es un decir, que no es poco para lo que escribe.
Seguiré estas interesantÃsimas recomendaciones sobre el pensamiento español que realmente merece la pena, el poderoso. ¡Qué paÃs!