Cincuenta sombras de Grey. E. L. James
Traducción de Pilar de la Peña Minguell
y Helena TrÃas Bello
Grijalbo (Barcelona, 2012)
Con más de 40 millones de lectores en el mundo y traducida a más de 30 idiomas, la trilogÃa de E. L. James se ha convertido en el fenómeno social y editorial más sorprendente, extraordinario y desmedido de los últimos tiempos, solo comparable, quizá, a la saga de Harry Potter, si bien, las ventas solo del primer libro de las escabrosas relaciones entre Anastasia Steele y Christian Grey superó las de la saga completa del aprendiz de mago, según informes del gigante americano Amazon.
Cincuenta sombras de Grey se ha alzado en solo un año con el tÃtulo de “novela británica más vendida de todos los tiemposâ€, como afirmó la editorial el pasado mes de agosto, a razón de un millón de copias semanales durante meses, lo que se ha traducido en unos más que escandalosos 145 millones de dólares de ganancia para la empresa y en una no menos millonaria cuenta corriente para la autora en un tiempo récord.
Tras el pseudónimo de E. L. James se esconde una editora ejecutiva de televisión, Erika Leonard, que un buen dÃa decidió lanzarse a escribir y que -según se dice- en tan solo un año compone la trilogÃa completa de lo que ella misma califica como “historias de amor provocativas, solo para adultosâ€.
No obstante, la novela se gesta varios años antes, como un tipo de narración denominado fanfiction (relato escrito por fans de algún género que utilizan como base las ideas de otro escritor, o sea, un tipo de ficción no original) de la saga Crepúsculo bajo el tÃtulo Master of the Universe (El amo del Universo), es decir, James creó su historia erótica basándose en la trama y utilizando los personajes de la ya famosa Crepúsculo, que fue publicando por capÃtulos (bajo el nick “Snowqueen’s Icedragonâ€) durante los años 2009 – 2011 en una web gratuita dedicada a este tipo de obras no originales, de la que serÃan posteriormente eliminados por la autora para, tras realizar algunas modificaciones y sustituir los nombres de los protagonistas, ser presentados como novela original, desligándola asà por completo de las historias vampÃricas de Meyer. Los pequeños relatos fanfics en el que la tensión sexual no resuelta de los vampiros aparecÃa consumada, se convirtieron en las tres novelas, cuyos derechos compró la editorial Vintage Books (una división de Random House) que publicó finalmente bajo el tÃtulo de Fifty Shadows. Pese a los intentos de la editorial y de la autora por defender la originalidad de la obra en comunicados y declaraciones, la “sombra†de la copia planea sobre las “sombras†de Grey. De hecho algunos medios americanos han etiquetado Cincuenta sombras como “Crepúsculo eróticoâ€, y no van, en mi opinión, desencaminados pues las similitudes que presenta con la saga vampiresca son más que evidentes.
Pero dejando aparte la polémica sobre la originalidad del texto, es innegable que hoy por hoy esta aventura de amor y sexo se ha convertido en un auténtico fenómeno social; denostada por unos –incluso prohibida- y alabada por otros, el libro presenta la escabrosa relación entre un rico y atractivo empresario, Christian Grey, y una muy joven estudiante de literatura, Anastasia Steele. Hasta aquà nada distinto a otras muchas novelas eróticas de amor y seducción; si bien en esta ocasión el “romance†entre ambos se aleja bastante de lo convencional pues los protagonistas -hombre experimentado y muchacha inexperta- mantienen una inquietante y adictiva relación de dependencia, de dominación sadomasoquista, en la que la joven es usada como mero juguete sexual para satisfacer las necesidades de su amo-amante, representando un rol de sumisa que traspasa el ámbito las propias relaciones sexuales, condicionando absolutamente su vida fuera del “cuarto de juegosâ€.
Grey es un personaje manipulador, enigmático, oscuro y desequilibrado, con un afán desmedido por mantener el control, un individuo que disfruta sabiéndose superior a los demás. No es solo el sexo, ni por supuesto el amor -que no siente- lo que verdaderamente excita a Grey; su verdadero placer radica en ejercer el poder, en sentirse importante, casi un dios -dios también del sexo- controlando todo lo que le rodea, especialmente a las personas, a las que intimida con su mera presencia:
“Para tener éxito en cualquier ámbito… hay que dominarlo, conocerlo por dentro y por fuera, conocer cada uno de sus detallesâ€.
El placer no consiste solo en el goce sexual sino -incluso más- en el deleite que se deriva de ejercer una notable influencia sobre la vida de los otros, en observar su servilismo, ser envidiado y al mismo tiempo admirado, convirtiéndose en un auténtico “amo del Universo†(tÃtulo original de la historia). La explicación es muy fácil y se resume en uno de los clichés lingüÃsticos de la novela: “Porque puedoâ€.
Lo que descubrimos en el trasfondo de esta primera parte de la famosa saga no se trata solo de una relación de manipulación o dominación sexual, nos encontramos ante lo que se conoce como “erótica del poder†y que va más allá del puro sexo; en esa sensualidad radica el atractivo del protagonista, que obnubila a Anastasia y le hace perder la razón, estimula su deseo y la necesidad inevitable de satisfacerlo. La vida de Ana sufre un cambio radical tras conocer a Christian y toda ella queda reducida a un único propósito: complacerlo, relegando sus necesidades propias a un segundo plano.
Con todo, y pese a que la historia pueda parecer un ejemplo de lo que hoy ha dado en llamarse “violencia de géneroâ€, es decir y en este caso, contra la mujer, en el libro se plantea una relación libre y consensuada, asà la entiende Grey, y de ahà la necesidad que siente de que ella firme un contrato o acuerdo de confidencialidad (cosa que nunca llegará a hacer) y la constante repetición de que solo harán lo que ella desee hacer; en el libro hay escenas de maltrato, fÃsico y psicológico, es cierto, pero no de malos tratos, como muchos lectores al parecer han interpretado. En este tipo de relaciones conocidas como BDSM (sexo extremo y no convencional basado en el bondage, disciplina y dominación, sumisión, y sadomasoquismo), los participantes deben acordar el tipo de prácticas que desean realizar; se trata, en esencia, de un juego de roles en el que uno domina -el amo- y otro es dominado -sumisa- pero son relaciones bidireccionales, de ambos roles, y lo dos, por tanto, deben sentir placer con ellas: “Esta vez es para darnos placer, a ti y a mÃâ€, declara Grey, pues en caso contrario la sumisa puede acabar la relación con el amo en el momento que desee, lo que sucede, por otro lado, al final de la primera novela de la trilogÃa.
El libro está plagado de estos momentos; de hecho, aparte de los tórridos y excitantes encuentros, que van haciéndose más violentos y extremos conforme avanza la lectura, y al mismo tiempo la relación, la novela aporta poco más que los polvos salvajes y las prácticas bizarras de la pareja: “Yo no hago el amor; yo follo… duroâ€, declarará el protagonista. La trama, pues, es escasa, por no decir nula; la novela, mediocre, a caballo entre CorÃn Tellado y el Marqués de Sade; y el texto se reduce a describir con todo lujo de detalles las diferentes prácticas sexuales a las que Grey, hombre atormentado, de oscuro pasado e inestable, somete a Anastasia, virgen e inocente, seduciéndola y “obligándola†a practicar todo tipo de fantasÃas sexuales. TÃpico argumento de peli porno que según podemos leer en varias webs “está poniendo increÃblemente cachondas a cuarentañeras de 37 paÃsesâ€.
No obstante, según aumenta el control sobre Anastasia el “amo†comienza a verse amenazado al intuir que sus sentimientos hacia ella empiezan a transformarse y que el poder está sutilmente cambiando de rol; es ella la que poco a poco controla de forma apenas perceptible la voluntad del macho dominador y esta nueva situación que se insinúa consigue hacer tambalearse la seguridad de Christian y abre la puerta para las dos siguientes entregas de la saga que -debo confesar- no he leÃdo ni creo que vaya a hacerlo, en las que, según parece, entra en juego el amor, un sentimiento capaz de transformar la realidad, de cambiar a un individuo convirtiéndolo en una persona mejor; por amor a Ana el frÃo y distante demonio se irá transformando, hacia el final de Cincuenta sombras liberadas, en un tierno y comprensivo ángel, de sapo a prÃncipe azul. Un cuento con final feliz.
“Nunca he dormido con nadie, nunca habÃa tenido relaciones sexuales en mi cama, nunca habÃa llevado una chica en el Charlie Tango y nunca le habÃa presentado una mujer a mi madre, ¿qué estás haciendo conmigo?â€.
La sombra de Grey se ha extendido por los cinco continentes y, si algo ha logrado, es romper numerosos tabúes respecto al sexo e introducir en las mentes y en las conversaciones de millones de lectores de todo el mundo un planteamiento poco convencional de las relaciones de pareja como algo aceptable, hasta el punto de que gran parte de ellos ha manifestado haberse animado a explorar el exclusivo mundo del bondage. Todos, y especialmente todas, hablan ahora de Grey, de sexo, de látigos, esposas, azotes y juguetes. La sociedad de todo el mundo ha admitido la obra y con ello ciertas prácticas sexuales han pasado a ser socialmente aceptadas. Algunos psicólogos ya han destacado “el potencial sexual de la exitosa trilogÃa erótica†afirmando incluso que puede ayudar a mejorar las relaciones de pareja, y concluyendo que “cuanto más tiempo pasemos pensando en fantasÃas sexuales, más bien irá nuestra vida sexual y será más sencillo que se encienda la llama en la relación de parejaâ€. La obra, en fin, ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo que se han enganchado a la saga seducidos por el erotismo que emana de sus páginas, mediante el cual se sienten transportados a un mundo poco o nada explorado que ahora abre sus puertas de par en par, se hace público y se cuela en sus casas; lo que durante tanto tiempo ha estado oculto se destapa ahora para restablecer la conexión -tal vez perdida- con el placer, la excitación y el deseo.
Ante este éxito apabullante algunos lectores, entre los que me encuentro, se preguntan cómo una obra tan limitada, tan pobre técnica y argumentalmente, con unos personajes tan planos y poco creÃbles que parecen sacados de una telenovela, una falta absoluta de dominio del lenguaje, rematadamente pobre, monótono y simplón, saturado de expresiones empalagosas, machaconas e irritantes del tipo “la diosa que llevo dentro…†(¡por Dios!), los “gruñidos†y “estremecimientos†repetidos hasta la saciedad, o el continuo apelativo “nenaâ€, tÃpico cliché de pelÃcula porno, a lo que se suma una redacción y un estilo que evidencia serias carencias literarias, ha sido capaz de cautivar a lectores de todo el planeta hasta convertirse en uno de los mayores best-sellers de la historia.
En mi opinión, la respuesta es evidente: el morbo vende, y en este sentido, la historia tiene todos los ingredientes para triunfar: Rico empresario seduce a jovencita y la arrastra a un mundo oscuro de prácticas prohibidas. TÃpica novela de sexo, amor y lujo con final feliz. Al sexo duro, fantasÃa inconfesada de miles de mujeres, se le une otro componente no menos importante en el subconsciente femenino: el hombre guapo, rico, atractivo y poderoso. Porque si es importante la baza de excitar la imaginación mediante este tipo de fantasÃas eróticas, aun lo es más el hecho de que vengan de la mano del riquÃsimo, malÃsimo y atractivÃsimo Christian Grey (grey=gris) que, bajo la apariencia de monstruo inaccesible, esconde un hombre elegante, delicado, tierno y sensible; el éxito del protagonista -y unas de las claves de la novela- no está en su comportamiento violento y déspota, de depravado y vicioso empresario sin sentimientos, en la imagen de hombre atormentado y esquivo con cincuenta sombras en su interior (“estoy muy jodido, Anastasia. Tengo más sombras que luces. Cincuenta sombras másâ€) sino el otro Grey, el de la cara oculta, el que arrastra un dolor del que trata de defenderse mediante una coraza de acero que lo mantiene a una prudencial distancia de los demás, el débil, el que sutilmente va emergiendo de vez en cuando y se muestra tierno y galante -paternal incluso-, el que duerme abrazado a Ana y la invita a conocer a su madre (cuando no la castiga o se la está follando); el que por primera vez se atreve a practicar con ella “vanilla sex†traicionando conscientemente su naturaleza salvaje y agresiva.
Por todo ello, según apunta la crÃtica, ha sido el sexo femenino el que ha sucumbido a las sombras del señor Grey y en concreto las mujeres de más de 40, universitarias y jóvenes madres principalmente, por lo que se ha calificado la trilogÃa como “porno para mamásâ€. De cualquier modo, sea cual sea la edad de las lectoras, la obra ha sido catalogada como literatura para mujeres, ¿por qué?, no lo sé.
En opinión de algunos psicólogos “a las mujeres les gusta más el relato erótico que la pornografÃa porque fomenta la imaginación†y en este sentido la propia James ha comentado que “a las mujeres les gustan las fantasÃas sexuales porque la parte más erótica de su cuerpo está dentro de su cabezaâ€. Cierto. Y como lo sabe bien ha sabido elegir y combinar magistralmente todos los elementos con los que puede cautivarlas. Para el sexólogo Manuel Fló “la autora ha dado con la fórmula, ha sabido plasmar una curiosidad morbosa y tabú que estaba en la sociedadâ€.
Personalmente, no comparto la opinión de la existencia de una literatura diferente y diferenciada para mujeres y para hombres, y la famosa trilogÃa no es la excepción. La cuestión es, quizá, que las Cincuenta sombras han conseguido que muchas mujeres se lancen a hablar abiertamente de sexo y a reconocer que consumen este tipo de literatura que es, por otro lado, muy didáctica; ¿o hay alguien en el mundo, hombre o mujer, que a estas alturas no sepa lo que es un “polvo vainillaâ€?
Alejandra Crespo MartÃnez
Me ha encantado tu articulo, yo me lei los 3 libros y debo decir que me gustan; en efecto la autora se lanzo con un muy buen proyecto probablemente libros como este ya se vendian pero no supieron hacer bien su publicidad es un hecho que si nos venden amor con un poco de sexo y un final feliz las mujeres nos engancharemos por que muy dentro tenemos nuestra neurona romantica que nos hacen tener la esperanza de un final feliz.
Mi opinión difiere totalmente, la trama es repetitiva hasta el cansancio, es predecible en todos los sentidos, no tiene ningún tipo de valor literario,eso si, tiene una gran maquinaria publicitaria comparable a la saga de luna nueva, eclipse y demás eso sin contar con el morbo de la gente que lo esta leyendo, y si esto es un ejemplo de lo que se supone es buena literatura, que Dios bendiga a los buenos escritores que realmente escriben con el corazón y tardan años en escribir una gran historia influenciable,pero esta novelita es de las que no se convertiran en un clásico de la literatura y en unos meses solo se encontrará en el fondo de la libreria.. como vergonzoso ejemplo de lo que pseudo escritores escriben..
No puedo resistirme a reproducir lo que la revista «Qué leer», de categorÃa reconocida, en su número 189, apartado de Actualidad, que recoge noticias encabezadas, como si de La Divina Comedia se tratara en los apartados «Cielo», «Purgatorio» e «Infierno». Incluye obviamente en el Infierno -copio textualmente- «la desasosegante noticia según la cual dos millones de mujeres españolas han realizado cambios en su vida sexual tras la lectura de Cincuenta sombras de Grey. La O de Pauline Réage se revuelve en su mazmorra».
No hacen falta comentarios, sólo un interrogante: ¿qué está ocurriendo en la cabeza de estas mujeres españolas?