Pensar el siglo XX. Tony Judt
(con Timothy Snyder)
Traducción de Victoria Gordo del Rey
Taurus (Madrid, 2012)
“La razón por la que necesitamos a los intelectuales, asà como a cuantos más periodistas de valÃa podamos, es llenar el espacio que va creciendo entre las dos partes: los gobernantes y los gobernadosâ€. Tony Judt
Siempre me ha parecido clave el modo en cómo se enseña la Historia. A veces, o casi siempre, soy muy pesado al referirme al perjuicio que la velocidad causa en la mente. Acelerar la máquina forma parte del proceso. Lo trágico es olvidar los motivos que han producido el cambio y la trascendencia que las acciones de nuestros antepasados tienen en nuestras vidas.
Nacà en 1979 y aún en ocasiones, pues tengo la suerte de dar clases de Historia para adultos, me sorprendo en clase al referirme al siglo XIX como el siglo pasado, lo que no deja de ser bueno, porque alude a mi conciencia de un hilo cronológico donde se alternan a partes iguales Historia y memoria. La primera, que siempre se escribe, pone las bases para que la segunda no sea una mera colección de imágenes y fechas, y además permite analizar los hechos mediante una estructura que analiza la evolución, no siempre positiva, de la sociedad.
En este sentido la Gran Guerra, ya lo intuyó a la perfección Eric J. Hobsbawm, dio el pistoletazo de salida a un perÃodo histórico que recogió las lecciones más negativas del Ochocientos y eliminó de cuajo cualquier atisbo de paz y armonÃa, sobre todo en Europa Central, transformada de golpe y porrazo por la conjunción de dos nefastas caracterÃsticas: la lucha ideológica y el antisemitismo, factores que barrieron del mapa un orden casi milenario, la primacÃa del alemán en ese territorio y la normalidad del judaÃsmo en la zona, y notificaron el suicidio del Viejo Mundo, aquejado de muchos males que Versalles, el proteccionismo, Wall Street y Adolf Hitler incrementaron hasta lo intolerable.
[…] pueden sustituir mañana mismo, no me puedo arriesgarâ€. Un pueblo que, “abandonado a la inercia histórica y demasiado acomodado por los años de prosperidadâ€, está instalado en un estado de decepción […]
[…] pueden sustituir mañana mismo, no me puedo arriesgarâ€. Un pueblo que, “abandonado a la inercia histórica y demasiado acomodado por los años de prosperidadâ€, está instalado en un estado de decepción […]