Sherlock Holmes visto por Jardiel Poncela.
Enrique Jardiel Poncela
Rey Lear Editores (Madrid, 2010)
Con buen tino, y aprovechando el tirón de las múltiples reediciones de los relatos firmados por Sir Arthur Conan Doyle con ocasión del estreno de la pelÃcula de Guy Ritchie, Rey Lear ha reunido en un pack los dos libritos, previamente publicados, en los que se recogÃan las aventuras que del célebre detective escribió Enrique Jardiel Poncela.
El gran comediante fue publicando algunos casos de Holmes en los que él mismo, adoptando el nombre de Harry, sustituÃa a Watson y ayudaba (o más bien se deberÃa decir que ofrecÃa testimonio) al famoso sabueso. En 1930 se reunieron los siete relatos bajo el tÃtulo genérico de NovÃsimas aventuras de Sherlock Holmes, formando parte de El libro del convaleciente, publicado por Biblioteca Nueva. Y seis años después, reciclando parte del material ya conocido, escribió la novelita Los 38 asesinatos y medio del Castillo de Hull, que se reproduce en el segundo de los libros de esta edición.
Estamos ante uno de los trabajos más curiosos de Jardiel Poncela, por cuanto adapta, a su manera, el estilo de las viejas novelas de misterio con una habilidad asombrosa y sin obviar detalle. Tanto es asÃ, que las absurdas conclusiones a las que llega «su» Holmes al preguntar cuestiones como si la vÃctima tomaba vermouth con anchoas o con aceitunas podrÃan ser, ciertamente, las mismas que sacarÃa el original de Conan Doyle. El madrileño convierte asà en parodia lo que sirve de inspiración («la verdad es cómica», frase de Jardiel que nos recuerda Rafael Reig en el prólogo del primer volumen).
La habilidad del autor de Los ladrones somos gente honrada reside, como es de imaginar, en sacar el mayor partido de sus dotes cómicas. No hay página que no contenga varios chistes y juegos de palabras («Mi hijo era soltero de nacimiento»; «La tarde caÃa sin hacerse daño»; «Se desmayó lo mejor que pudo»; «Se cubrió el rostro con las dos manos y con la otra mano sacó un pañuelo»; «Sherlock sacó el ejemplar de El paraÃso perdido, de Milton, que llevaba siempre para defenderse»…). Imposible contabilizar todas las frases ingeniosas que habitan entre sus páginas. Sin olvidar la apoteósica descripción que del detective hace el personaje de Enrique:
«Un rostro noble y con dos ojos verdes colocados a los lados de una nariz recta, que comenzaba en un entrecejo fruncido y acababa en dos agujeritos ovalados situados sobre una boca de labios finos, entre los cuales brillaban varios dientes blancos que sujetaban una pipa negra, al extremo de la cual ardÃa cierta cantidad de tabaco rubio, del que brotaba una humareda azul que se perdÃa en el espacio gris».
Mas allá del corrosivo y atemporal humor de Jardiel, miembro destacado de «la otra generación del 27â€, cabe destacar el afán divulgativo de esta edición, en la que se incluyen sus propias viñetas, y con la que se reincide en la necesidad de recuperar a los maestros del humor de manera rigurosa y sin remilgos. Durante años se ha intentado, mediante colecciones antológicas y ediciones dispersas, remover esos posos que quedaron en el fondo literario, sumándose las aún exitosas revisiones teatrales de estos clásicos. Miguel Mihura, Tono, Edgar Neville, Jacinto Miquelerena, Ãlvaro de Laiglesia y muchos otros, fueron en su momento los autores más leÃdos, los más populares y queridos por retratar esa realidad cómica que citaba Jardiel. Es de justicia recuperarlos para disfrutar, en condiciones, de su divertida creatividad. Ojalá acciones como la que nos ocupa permitan que las nuevas generaciones se acerquen a ellos.
See you later (El tiempo es oro).
José A. Muñoz
[…] El detective incongruente 09/06/2010 tags: Jardiel Poncela, Sherlock Holmes por Noel Pregunta: ¿cuál fue la primera obra que convirtió a Sherlock Holmes en un cartoon? Respuesta: no es el fabuloso anime antropomórfico firmado por Hayao Miyazaki y Kyosuke Mikuriya. Al menos, no exactamente. A lo largo de 1928, Enrique Jardiel Poncela publicó en revistas semanales una serie de relatos que, años más tarde, recopiló en El libro del convaleciente (1930) bajo el tÃtulo genérico de NovÃsimas aventuras de Sherlock Holmes. La serie se convirtió en un éxito y, en consecuencia, Jardiel aprovechó la trama del último relato —más ciertos detalles del prólogo— para componer una novela corta, Los 38 asesinatos y medio del Castillo de Hull (1936). Todo ello ha sido recogido por la editorial Rey Lear en su imprescindible (para los completistas, al menos) Sherlock Holmes visto por Jardiel Poncela. […]
Qué grande Jardiel 🙂
(«El libro del convaleciente», si no me equivoco, no se publicó enel año 1930, sino durante la guerra civil, pues era para convalencientes de la guerra).
En efecto, Diego, la primera edición de «El libro del convaleciente» está fechada en 1938 pero en él incluyeron los relatos protagonizados por Holmes que ya habÃan sido publicados en 1930.
¡Grande no, enorme!
Estimado amigo:
Soy nieto de Jardiel Poncela y desearÃa que me mandases tu e-mail para escribirte directamente. Muchas gracias y un cordial saludo.