María de la Ascensión: «una dura realidad»

María de la Ascensión Rivera Serván,  nació en un pequeño pueblecito de la  Provincia de Cádiz, llamado Vejer de la Frontera. En la actualidad vive en Cádiz y es funcionaria de la Junta de Andalucía desde hace 31 años, donde continúa ejerciendo su actividad. Nos presenta Tocando Fondo una novela sobre el devastador mundo de las drogas.

¿Cómo y cuándo supo que lo suyo era la literatura?

La verdad es que siempre me encantó escribir. Ya cuando era pequeña hacía poemas y en el Instituto me presenté a un concurso de poesía y cuento cuando hacía el Bachillerato. Gané el segundo premio con un poema titulado “Inquietud” y obtuve un accésit con un cuento titulado “Soledad y el ciego”.

Continué haciendo poemas pero los guardaba para mí. A los 17 años comencé a trabajar, luego me casé, tuve dos hijas y me dediqué a ellas y a mi trabajo y la literatura quedó olvidada hasta que en el año 2004 y, a través de Internet me presenté al “I Concurso Cruel de Relato Breve” donde obtuve otro premio con un relato titulado “El ordenador”. En este concurso, como su nombre indica, “cruel” se concursaba a las modalidades “el feo, el bueno y el malo”. Yo gané en la categoría de “el feo” y el premio que te lo entregaban en Madrid, consistía en recibir una lluvia de tomates de papel. En 2005 y después de escribir esta primera novela “Tocando Fondo” he descubierto que ya no voy a dejar de hacerlo y que, aparte de gustarme muchísimo, es como una terapia para mí.

¿Cómo surge “Tocando fondo”?

“Tocando Fondo” surge a raíz de una promesa hecha a mi padre antes de morir.

Es una novela que cuenta la historia de un drogadicto en el seno de una familia de siete hermanos, desde la percepción y vivencias de una de sus hermanas. Es sobre todo, una novela llena de sentimientos.

¿En qué medida se funden verdad y ficción en su obra?

Está basada en una historia real que es la historia de Miguel como se llama el principal protagonista en la novela quien se ha enganchado a las drogas. Prácticamente todo en ella es real y quizás la única “suposición” diría yo, son los sentimientos del resto de los miembros de la familia porque, como autora y hermana de Miguel he tenido que meterme en la piel de cada personaje e intentar sentir por ellos lo que yo misma sentía. Evidentemente cuando hablo de las terapias de Miguel y al no estar presente en ellas  es ahí quizás el único punto donde actúa la imaginación pero en el sentido de ir un poco más allá de una realidad también percibida.

¿Cómo se documentó para la misma?

Al tratarse de una novela basada en una historia real no he necesitado documentarme para escribirla. Me he dedicado a relatar una historia desde mis propios sentimientos como hermana del protagonista y como espectadora también de muchos de los hechos  acontecidos al propio Miguel.

¿Cómo funciona su proceso creativo?

Lo primero que le puse a la novela fue el título. Este título surgió en mi cabeza precisamente por el proceso que vivía el protagonista en su adicción ya que él estaba “tocando fondo” continuamente en este tortuoso y complicado mundo de las drogas.

El proceso creativo se ha visto aquí influenciado por dos cosas. Una por mis propios sentimientos y otra por ser la primera novela que escribo.

En primer lugar  ha sido escrita a golpes tras las propias vivencias, a trozos tal y como me venían a la mente en cualquier lugar y, sobre todo, tal y como salían desde el corazón esos sentimientos. En segundo lugar no  fue estructurada en capítulos ni dirigida por un guión inicial.

Una vez terminada tuve que ordenarla dándole nombre a los capítulos y organizar la novela para que la trama tuviera un principio y un final ayudada aquí por la real sucesión de los hechos en la vida de Miguel.

¿Qué encontrará el lector en “Tocando fondo”?

El lector encontrará en “Tocando Fondo” una dura realidad que por desgracia azota en gran medida a muchas de las personas que forman parte de nuestra Sociedad y que vivimos en nuestra propia piel, en la de un amigo, un familiar, una persona que vemos por la calle .. y percibirá la noción de un grave problema contra el que hay que luchar con la comprensión y desde la tolerancia de que se está ante una “enfermedad”, denominación difícil pero que cada vez más se abre paso en nuestras mentes en contraposición  a la de “vicio” que es la que siempre se consideró para los drogodependientes.

Encontrará también una historia dura, llena de lágrimas y de dolor y, a través de su  lectura podrá percibir los desesperados intentos de Miguel y sus entrecortadas visitas al infierno y se trasladará al propio viaje que hace el protagonista hacia el interior de sí mismo y de su sufrimiento ante sentimientos tan encontrados como pueden ser los celos, envidia, baja autoestima, abandono….

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