8.8: El miedo en el espejo. Una crónica del terremoto en Chile. Juan Villoro
Candaya (Barcelona, 2011)
Entre mayo de 2010, fecha en que Juan Villoro finalizó este libro, y mayo de 2011, cuando terminó de imprimirse, un tsunami anegó Japón y con una macabra decepción casi golpeó de rebote la costa sur de Chile, mientras en Lorca se vivieron los estragos de un terremoto que nos recordó que por esa zona de nuestro paÃs la tierra también tiembla aunque nuestras preocupaciones sean otras. Y es precisamente de los efectos de un terremoto lo suficientemente intenso como para llamar nuestra atención (tan acostumbrada al fracaso y al caos) de lo que va esta crónica. Villoro recoge en su prosa intratable migajas del desastre del 27 de febrero de 2010 en Chile, con una paciencia enorme, y lo sorprendemos recomponiendo esos fragmentos con precisión y minuciosidad, rayano en la obsesión, buscando no tanto el sentido a lo ocurrido, sino más bien que las piezas rotas que quedaron de aquello encajen y dejen de hacer daño; o al menos estas puedan ser contempladas desde una óptica reconfortante y didáctica, al contrario de lo que sucede con los supuestos trozos del muro de BerlÃn que pueden adquirirse a módico precio con la inefable postal de Checkpoint Charlie para “situar†la acción.
AsÃ, asistimos a la inutilidad de la intuición del experto, la pulsión de la premonición ante una luna pareciéndose demasiado a un atardecer, la sensación de que algo ruge en ese paÃs de Latinoamérica donde nunca ocurre nada. La réplica del que no sabe sino la incertidumbre, el perpetuo miedo al monstruo (aquà invisible) que se percibe en los cuentos infantiles tan repletos de belleza y crueldad. El enésimo fin del mundo aproximándose. Un escenario donde la casa siempre pierde, parafraseando el tÃtulo de otro libro del mismo autor, y el lugar donde las “lecciones de abismo†nos muestran que es posible que el mal absoluto haya dejado de estar encarnado en una figura a la cual apuntar, y este se ha ido diluyendo en nosotros, o también se ha globalizado a golpe de placa tectónica.
El siglo XXI es el del mal dentro de nosotros, el mal que ya no reconocemos y siempre estalla como flor rodada a ultravelocidad cuando la situación se extrema, desvelando realmente lo que somos y el azar es sojuzgado, como en el capÃtulo dedicado al relato de Heinrich von Kleist El terremoto en Chile, un estudio que por sà solo ya vale el precio de todo el libro, y resulta especialmente desasosegante, pues nos hace pensar que quizá no hayamos avanzado tanto como pensábamos a la hora de encajar los golpes que no entendemos y nos convertimos en especialistas de la providencia. Mientras tanto, nos advierte Villoro, el PacÃfico se vuelve efervescente, y los cuerpos se despojan de almas tras el impacto.
Según los acontecimientos más recientes, lo fácil es decir que este libro llega tarde. Pero Juan Villoro es ante todo un narrador consciente de que más allá del análisis clÃnico, de las implicaciones y aprendizajes de la experiencia, la narrativa es reconstrucción. En un momento dado él dice: “yo no puedo escribir de otra cosa que no sea el terremotoâ€. El escritor se cura y se recompone a sà mismo con la escritura, porque esta es contraria al olvido (como la misma Tierra, de cuyos lodos cocidos nacieron los primeros libros), el mayor peligro ante cualquier catástrofe, sea o no natural. Cuando se cierran las tapas de la crónica, queda templar la luz, apagar el temblor de las manos, y echarse a dormir. Con pijama o sin él.
Daniel Jándula
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