El conde de Abranhos es un estadista, orador, ministro, presidente del Consejo, etcétera, etcétera, que bajo esa grandiosa apariencia resulta ser un bribón, un pedante y un burro. De manera que el propósito del libro (además de una crÃtica de nuestras costumbres polÃticas) es la exposición de las mezquindades, estupideces, bellaquerÃas y sandeces que se esconden bajo un hombre a quien todo el paÃs proclama grande. Zagalo, el secretario, es tan necio como el ministro y lo más piquant del libro es que, queriendo hacer la apologÃa de su amo y protector, el idiota de Zagalo nos presenta en toda su crudeza la nulidad del personaje.
José MarÃa Eça de Queirós (Póvoa de Varzim, 1845-ParÃs, 1900). Su carrera diplomática le llevó a residir en Cuba e Inglaterra, y fue nombrado cónsul de Portugal en ParÃs en 1889, donde permaneció hasta su muerte. De su obra, buena parte de ella rescatada en los últimos años por la editorial Acantilado, destacan El misterio de la carretera de Sintra, El crimen del Padre Amaro, El primo Basilio, El mandarÃn, La reliquia, Los Maya, Ecos de ParÃs, Cartas de Inglaterra, La capital, Las rosas, Desde ParÃs y El conde de Abranhos (Apuntes biográficos de Z. Zagalo).