Afuera canta un mirlo. Roger Wolfe
Huacanamo (Barcelona, 2009)
Casi veinticinco años después de publicar por primera vez (Diecisiete poemas, 1986), y tras haber escrito ya algún que otro libro de referencia para la poesÃa española de finales de siglo (por ejemplo, Hablando de pintura con un ciego, 1993), Roger Wolfe, poeta inglés nacido en 1962 y que reside en España desde su infancia, lanza una novedad al mercado, Afuera canta un mirlo, que publica Huacanamo, en una edición más que cuidada, con una portada sobria pero bella y un interior trabajado (estos son los detalles que nos gustan a los bibliófilos, y que no sé adónde irán a parar con la irrupción del eBook…). Pero vayamos a la estética de Wolfe. El elemento central de su poesÃa es la realidad, y sobre ella se apoyan sus poemas, que unas veces nos muestran la influencia de lo real-cotidiano en el yo poético, y otras, se convierten en testimonio aséptico o en crÃtica descarnada para dejar constancia de algún suceso o reflexión; todo esto bañado de un poso filosófico que podrÃamos calificar de nihilista (con todos los peros que deseen). No falta tampoco la metaliteratura, y en mi opinión, los mejores poemas del libro son los que la tienen como tema. Brillan con luz propia los poemas El eccema y Parábola del talento:
«Pero a veces/aún rasco con la pluma/en el papel./La escritura/es un eccema/que cuesta erradicar«.
«El talento/ no se pierde;/ se acendra,/ se acrisola,/ se condensa./Cristaliza./Se hace duro./Se convierte/ finalmente/en quintaesencia/calderilla/ que puedes meterte/en el bolsillo«.
Aún asÃ, da la sensación de que algunos versos hacen equilibrio en una delgada cuerda y se debaten entre la mera repetición y la genialidad: muchos son los que caen de este último lado y se presta a ello la brevedad de las composiciones, lo que conjuga asimismo con la intención del autor: asombrar con una corta pincelada.
Como breve apunte, creo innecesaria la inclusión, en el Ãndice de poemas, de la fecha y el lugar en que fueron escritos; sà que hay alguna composición que mantiene una relación de dependencia directa o indirecta con ese paratexto, pero en la gran mayorÃa no pasa de ser algo superfluo.
En conclusión, pienso que a los lectores menos afines a Wolfe les parecerá un libro más, donde el poeta vuelve a sus temas y obsesiones; para sus seguidores más fieles, nuevos versos para seguir rindiéndole culto. Roger Wolfe entra en su madurez creativa y nos regala (y seguirá regalando, estoy seguro) libros de buena factura como el que nos acaba de llegar a las manos.
Rafael Banegas Cordero
http://arsspoetica-rafa.blogspot.com