Cartas del Norte: de Poe, Premios Goya y delitos abominables

¿Conocimos a Edgar Allan Poe a través de la traducción que de sus relatos hiciera Julio Cortázar, o a Julio Cortázar gracias a sus traducciones de Edgar Allan Poe? Da igual que primero fuera el huevo o la gallina, ya que estamos ante uno de los renovadores del relato breve (me atrevería a decir que de la literatura en general), cuya influencia fue tal que el propio Cortázar intuiría que le sobrepasaba. Siempre reeditado, es de agradecer esta nueva Narrativa completa de Ediciones Cátedra, incluyendo los 67 cuentos, la maravillosa novela corta Narración de Arthur Gordon Pym que, a mi al menos, tanto me fascinara en mi juventud y El diario de Julius Rodman. Releer a Poe es como recordar aquellas lecturas de la mano de las primeras Antologías azules de Alianza Editorial, pero hacerlo ahora gracias a esta edición de Cátedra es obrar con justicia para un escritor excesivamente nombrado pero injustamente tratado. Nos vamos a reencontrar con viejos amigos (para mí sus relatos son ya viejos amigos), «Manuscrito encontrado en una botella», «El gato negro», «La verdad sobre el caso Valdemar»â€¦, y aunque no es posible mencionar uno solo de sus cuentos sin por ello cometer una injusticia con los demás, hay uno que sobresale de entre todos por las emociones que despierta tanto hoy como hace treinta años, la primera vez que lo leí: «El pozo y el péndulo». Pero sobre todo con la relectura de sus relatos, de la Narración de Arthur Gordon Pym, volvemos a tener la sensación de no estar ante piezas independientes, sino que todas ellas reunidas forman un cuerpo único. No se podrían entender unas sin las otras.

En un rápido resumen, que puede sonar a silogismo, podríamos decir que la historia de los Premios Goya es la del cine español (de sus últimos veinticinco años al menos) pero la historia del cine español no es la de los Goya. El cine español siempre ha estado maldito, si, créanlo. Por muchas Palmas de Oro que ganásemos, por muchos Leones de Oro…  Siempre nos faltaba el Oscar. Hasta que llegó Garci y su Volver a empezar. Después, todo fue mucho más fácil: guionistas, fotógrafos, directores, vestuario, montadores…. Y llegó Almodóvar y le dio un nuevo empujón al cine español, y después Amenábar y para entonces ya teníamos una pequeña industria a su alrededor y lo más importante: los Premios de la Academia. Los Premios Goya. Nuestros Oscar españoles. Muchos fueron los seleccionados, pocos los elegidos. Pero es cierto, la historia del cine español no es la historia de los Goya. Antes estuvieron abriendo camino Saura, Gutiérrez Aragón, Berlanga, Buñuel, Bardem, Mario Camus…. Pero sí es cierto que la historia de los Goya es la historia de los últimos 25 años del cine español, y de la creación de su industria. Y de eso trata este fantástico libro.

Pertenezco a una generación que, como Esther Tusquets, tiene o mantiene la célebre costumbre de ceder el asiento en el autobús a los inválidos, ancianos y mujeres embarazadas, que acostumbra a ser puntual en sus citas y acudir a las mismas con el dinero suficiente para que nadie te llame gorrón o te saque los colores, que procura ser discreto ante la presencia de uno de esos maravillosos buffets de barra libre con los que solemos soñar a menudo, que se adapta al calor cuando hace frío, y al frío cuando hace calor, todo sea para no perturbar al resto de los mortales, todo sea por no dar la nota, que se vuelve invisible en una esquina de un café a la espera de que el solícito camarero te vea y te atienda, que se ha sentido engañado, estafado en más de una ocasión por taxistas, médicos, supuestos amigos, compañeros de trabajo sindicalistas, políticos, y nuevamente taxistas, médicos, amigos…, que aun llegando a perder buena parte de la fe en el ser humano continua confiando en él… Pero no teman. Todo se pasa. La lectura de Pequeños delitos abominables es, a pesar de su autora, de nosotros mismos, reconfortante. Y al cierre del libro, la mala educación y cuantos epítetos sean achacables a mi generación, habrán sido un espejismo.

Luis García
Las Cartas del Norte

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. Narrativa completa. Edgar Allan Poe. Edición, introducción y notas de
Margarita Rigal Aragón. Traducción de Julio Cortázar. Cátedra (Madrid, 2011)

. Viaje al cine español. 25 años de los Premios Goya. VV.AA. Lunwerg (Barcelona, 2011)

. Pequeños delitos abominables. Esther Tusquets. Ediciones B (Barcelona, 2011)

Luis García

Luis García, ha colaborado en, entre otros medios, Clarín, Lateral, El Péndulo, Mercurio, Turia, Cambio 16, La Clave, El Siglo de Almería, La Opinión de Granada, y los suplementos El Argonauta de El Diario de Ávila y el de La Nueva España. Mantuvo la sección Cartas del Norte en el suplemento La Mirada, del Correo de Andalucía, y en El Mirador, de El Diario de Andalucía. Es Director de Contenidos de www.literaturas.com y escribe en Cuadernos del Sur de El Diario de Córdoba; Oviedo Diario y El Comercio. Sus relatos y poemas se pueden leer en Fábula, El Cobaya, La Pluma y el Tiempo, Barcarola, o Galerna.

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