Traducción de Sergio PitolUniversidad Veracruzana (México, 2007)
Cuando terminé de leer Amor, el segundo de los tres relatos que conforman este excelente libro del escritor húngaro Tibor Déry (1894-1977), pensé que lo transcribirÃa para quien no lo hubiese leÃdo pudiera hacerlo, es un delicioso poema de quince páginas. Sin embargo, al terminar de leer el último, Filemón y Baucis, querÃa hacer lo mismo, qué relato más poético, hermoso. El primero, y más largo, El ajuste de cuentas, que da tÃtulo al libro, es estremecedor. En los tres se percibe ese compromiso polÃtico que en aquellos años, como señala Pitol, era indisociable de la actividad literaria.
Amor está escrito en 1956. Un año significativo para Budapest, para los húngaros, es el año de la insurrección. “La revolución húngara de 1956 fue un movimiento revolucionario espontáneo nacional contra la República Popular de HungrÃa, su gobierno estalinista y sus polÃticas impuestas por la URSS. Duró desde el 23 de octubre hasta el 10 de noviembre de 1956″.
El 4 de noviembre, un gran contingente soviético entró en Budapest, matando a millares de civiles. La resistencia organizada finalizó el 10 de noviembre, y comenzaron los arrestos en masa. Un número estimado de 200.000 húngaros escaparon como refugiados. Para enero de 1957 el nuevo gobierno instalado por los soviéticos habÃa suprimido toda oposición pública.
Se inicia el relato cuando B., el protagonista de Amor, sale de la cárcel después de estar siete años adentro. Sin saber por qué, lo dejan libre. Parece ser que B. es arrestado durante el estalinismo de los años 50, años pre-revolucionarios. Al salir le entregan sus objetos de valor, un reloj de pulso, niquelado, una pluma fuente, una cartera verduzca, herencia de su padre, y 150 forintos como pago de su sueldo. Con los ojos llenos de lágrimas, al mirar que el mundo tiene vida, toma un taxi: “-A dónde vamos? -A Buda -dijo B. -¿Por cuál puente? -preguntó el chofer. -Por el puente Margit -dijo B.â€.
Cuando B. llega a su casa, después de detenerse a vomitar, muchas cosas han cambiado. Su esposa todavÃa no llega del trabajo y su hijo, Gyurika, está en la escuela. En su casa ya hay cuatro inquilinos, su esposa e hijo han sido transferidos al cuarto de servicio, pero la cocina y el baño son comunes. El reencuentro es imposible de narrar de tanta belleza.
En Filemón y Baucis, una anciana que casi no escucha (hay que gritarle para que oiga), recupera el oÃdo solo por amor. El relato tiene lugar el dÃa del cumpleaños de ella. El anciano habÃa estado ahorrando de sus gastos de cigarrillos durante un año para poder regalarle una corneta auditiva y un ramo de rosas de otoño. Cuando iban a celebrar con una cena especial, los combates no habÃan llegado a ese barrio…
En El ajuste de cuentas, eran unos minutos antes del toque de queda cuando llega a casa de un intachable profesor, el estudiante Feri Kovács. Éste, lleva una metralleta bajo el brazo. El profesor y el estudiante saben que si alguien se entera de que existe un arma escondida, son hombres muertos. El profesor permite que Kovács, deje el arma y se vaya, teme que si no lo hace puedan atraparlo y sufrir las consecuencias. Esto desata un viaje clandestino hacia la frontera o hacia ningún lado…
El destino irónico de una de las obras más notables de la literatura europea contemporánea: para que saliera de la oscuridad y los lÃmites de su paÃs y su idioma, hubo que esperar que el autor estuviera comprometido en los trágicos sucesos de 1956 en su paÃs; solo entonces los cÃrculos culturales de Occidente lo descubrieron. En 1957 fue procesado y condenado a nueve años de cárcel. Gracias a la amnistÃa parcial de 1960 fue puesto en libertad; a partir de ese momento, como la mayor parte de los intelectuales húngaros que permanecieron en el paÃs, se comprometió con el régimen kádárista.
Magda DÃaz y Morales
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