2009 ha sido el año de Anagrama. Sus cuarenta años de historia han dado ocasión para celebrar el aniversario de una manera especial, más aún tratándose de un referente de la edición independiente, una de las pocas editoriales que permanecen libres de las garras de los grandes grupos dedicados a concentrar sellos.
UltimÃsima. Estoy aburrido de hablar de Anagrama, de mi mismo… (risas). No estoy aburrido de hablar de nuestros autores ni de nuestros libros, eso no. Pero he hablado de muchos de estos 40 años. Ahora ya, prefiero pensar en los del 2010.
Eso al final. Me gustarÃa que nos hicieras un balance de lo que ha sido este año tan movido con la celebración del 40 aniversario de Anagrama.
A esto le tenemos que añadir las celebraciones del aniversario, que han sido varias. La primera en el Instituto Cervantes de Nueva York, con una mesa redonda en la que estuvieron Siri Hustvedt, Paul Auster, Francisco Goldman, Daniel Sada y otros. Luego, en Barcelona, el 30 de septiembre, con 500 grandes figuras y amigos de la edición europea, además de autores de diversos paÃses.
Es decir que, a la carga de trabajo habitual, este año se le ha sumado todo esto más unas cien entrevistas, por lo que ya he sacado la bandera blanca.
La colección tiene muchas posibilidades. Por ejemplo, podemos reunir en un tomo las dos novelas sudafricanas de Tom Sharpe, o los cinco Wilt, o los Bandini de John Fante. Es una colección pensada para las buenas librerÃas y los buenos lectores. No persigue grandes best-sellers (están previstas ediciones de entre 3 y 5 mil ejemplares), pero sà para darles una segunda vida a libros muy valiosos y que, quizás, luego tendrán una tercera vida (El rey de las Dos Sicilias es posible que pase a bolsillo el año próximo).
¿Y cómo abordaste ese giro como editor, cuando la apuesta inicial era el ensayo?
Forma parte de una evolución natural, al menos para mi… En aquel tiempo me pareció más urgente y me excitaban más los textos de confrontación polÃtica antifranquista, temas de contracultura… Luego, una vez apagados los fervores de cambios radicales y ruptura total, por los que muchos jóvenes de los 60 se ilusionaban, se impuso el desencanto no sólo en España, sino a nivel europeo, con la resaca del mayo del 68, la de los años de plomo en Italia, la de la izquierda extraparlamentaria en Alemania… Lo he vivido no únicamente por lecturas, sino porque varios amigos mÃos en una onda similar a Anagrama como Feltrinelli en Italia, Wagenbach en Alemania o Christian Bourgois en Francia, apoyaron todos estos movimientos excitantes y, al final, optamos por la buena literatura.
Esta era la idea, que fuera un catálogo diferente pero que obedeciera a una lógica interna. Que, aunque fueran tÃtulos de caracterÃsticas distintas, en cierta forma estuvieran muy unificados y no sólo en narrativa. Ensayos, reportajes… TenÃamos agrupados algunos sobre cine, como los de Peter Biskind, que aún se están reeditando, el libro sobre Stanley Kubrick de Michael Herr, otro de conversaciones con John Cassavettes, el gran padrino del cine independiente contemporáneo… Considero que hay mucha coherencia en todo el catálogo.
Las biografÃas están presentes en Anagrama gracias a otra interesante colección.
De Philip Norman, que se hizo muy famoso a finales de los 70 con la biografÃa definitiva de The Beatles titulada ¡Gritad!. Como hacemos habitualmente con estas grandes biografÃas, la compramos con una sinopsis amplia de unas 20 páginas. Me pareció un enfoque muy interesante y con la garantÃa de su autor. Ahora hemos hecho lo mismo con una sobre Mick Jagger, que se titula Jagger, el satán de los suburbios (risas).
¿Y cuando sale?
Puede tardar un año, dos, tres… Norman ha tardado casi 3 años. Son libros que necesitan financiación por parte de la editorial que lo publica originalmente y de las que compran los derechos a partir de una sinopsis para traducirlos. Es la manera de que el autor pueda realizar la amplia investigación durante un largo periodo de tiempo. AsÃ, por ejemplo, Ian Gibson pudo ofrecernos La vida desaforada de Salvador DalÃ.
Entre los nacionales, en los últimos años, nos has descubierto a autores que se han convertido en fenómenos incluso para la crÃtica más exigente, como David Trueba.
Que nos hayamos empecinado en premiar excelentes libros, en algunos casos de difÃcil comercialidad, nos da, creo, un signo de independencia frente al mercado y de apuesta por la calidad. En algunos casos, como El pasado, de Alan Pauls, aquà tuvo unas ventas regulares, pero en Argentina vendió unos veinte mil ejemplares, que es todo un fenómeno teniendo en cuenta el promedio de libros que se venden.
Y viceversa. Antes de viajar en el 73 ya era amigo de Sergio Pitol, que vivÃa en Barcelona, aunque no le publicase. A partir del 77 voy casi cada año, a veces hago un par de viajes anuales. Hace 15 que voy a la Feria de Guadalajara y algún verano viajo con un ritual ahora caracterÃstico: Una semana en el frenesà del D.F. viendo a escritores, periodistas, libreros, a nuestra comercial… Y luego, diez o quince dÃas en la playa, más o menos solitaria, leyendo despaciosamente manuscritos y mirando las nubes.
¿Consideras que serÃa difÃcil iniciar ahora un proyecto como el de Anagrama tal y como se planteó en el 69, con esa visión de difundir ensayos polÃticos y con la misma trascendencia que tuvo en ese tiempo?
Por eso es muy difÃcil hacer predicciones. Tal y como está el mercado, el euro, los grandes grupos, el fantasma o la realidad del libro electrónico, hacer predicciones es imposible. Ahora bien, lo que se debe tener es vocación, saber que hay que trabajar mucho , auto-explotarse y ser coherente con el catálogo y, asÃ, permitir la identificación, que es lo fundamental para los lectores.
Aquello que dices de 90% de transpiración…
… y 10% inspiración, sÃ, es una frase muy famosa de Edison.
He intentado tener las antenas puestas en determinadas literaturas, española, latinoamericana, catalana, inglesa, norteamericana, francesa, italiana, alemana, rusia, polaca, angloindia…
¿Te resulta más difÃcil encontrar a autores nuevos, por estos mundos?
Has cazado este año a una gran promesa británica, Daniel Davies, con su primera novela, La isla de los perros.
Es de una pequeña editorial, Serpent’s Tail, de un buen amigo mÃo, que publica libros muy en la lÃnea de «Contraseñas», literatura muy iconoclasta, sexualmente muy incorrecta, con presencia de la literatura gay y lesbiana… Vi el libro en su catálogo y me pareció estupendo.
Por cierto, 2009 ha sido un año muy erótico.
SÃ, pero no ha sido deliberado. Hemos publicado Zonas húmedas, de Charlotte Roche, un libro que puede ser desagradable de leer (mejor hacerlo en ayunas), pero es interesante, muy a contrapelo, caracterÃstica de bastantes tÃtulos de Anagrama.
SÃ, es bien distinto. Cuesta comercialmente, como era previsible, pero es buenÃsima, como sólo Pombo la puede escribir. Se ha apartado de las señoras de Santander y del mundo gay con una aventura nueva que se distancia de cualquier trayectoria.
Comenzaremos el año con una nueva obra de Catherine Millet, Celos, libro autobiográfico que no tiene nada que ver con el anterior. Een este caso nos habla de sus celos con una gran calidad literaria. Millet es una mujer muy inteligente y sobre este libro se ha hablado incluso de Proust, por su capacidad de analizar el fenómeno de los celos de forma más recóndita.
En el ámbito de ensayo, Rafael Chirbes, Jordi Gracia, Giorgo Agamben… Y unas crónicas de Llà tzer Moix tituladas Arquitectura milagrosa, interesante análisis de las obras que se han ido haciendo en estos últimos años de apoteosis de la arquitectura-espectáculo. Es una visión bastante crÃtica.
¿Centrada en Barcelona?
En toda España: Zaragoza, Valencia, los ingenios de Calatrava…
[…] de Anagrama, no se ha cansado de repetir en todas las entrevistas que le han hecho (aquÃ, aquÃ, aquÃ, …) que la “polÃtica de autor†es marca de la casa en su […]
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[…] Lee “Una hora con Jorge Herralde” […]
Muy cabrona tu entrevista. Muchas felicidades.
[…] Entrevista en Revista de Letras (2009). […]
[…] de Anagrama, no se ha cansado de repetir en todas las entrevistas que le han hecho (aquÃ, aquÃ, aquÃ, …) que la “polÃtica de autor†es marca de la casa en su […]
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