PoesÃa completa (2000-2010).
Leopoldo MarÃa Panero
Edición de Túa Blesa
Visor (Madrid, 2012)
El siglo XXI no ha hecho más que comenzar, pero ya se percibe su influjo magnificador en la velocidad de las cosas. Leopoldo MarÃa Panero, desde su cubil, ha debido sentir esa fuerza de aceleración y, asÃ, durante estos primeros diez años ha escrito veinticuatro poemarios, nada menos. Todos, por supuesto, están incluidos en PoesÃa completa (2000-2010), manejable y efectiva edición a cargo de Túa Blesa(*) y publicada por Visor. No se han recogido los dos libros escritos al alimón con José Ãguedo Olivares ni los ocho en los que Leopoldo compartió los avatares de la escritura con Félix J. Caballero puesto que, como se hizo también en el anterior volumen –PoesÃa completa (1970-2000), Visor, cuya primera edición apareció en 2001)-, solo se han seleccionado las obras firmadas exclusivamente por Panero. Veinticuatro tÃtulos, por tanto, que conforman un volumen de seiscientas veintidós páginas en las que encontramos, entre otros, los poemarios Ãguila contra el hombre / Poemas para un suicidamiento (Valdemar, 2001), Danza de la muerte (Igitur, 2004), Esquizofrénicas o La balada de la lámpara azul (Hiperión, 2004), Sombra (Huerga y Fierro, 2008), Mi lengua mata (Arena libros, 2008) o Esphera (el ángel caÃdo, 2008). En todos estos tÃtulos, asà como en los demás, no nombrados, podemos comprobar nuevamente que “la imaginación (…) es tan poderosa, sobrecogedora y abismática como siempre; pocos poetas en la España de hoy (…) comparten esta cualidad esencial y se sitúan asà en el centro más avizorador -y más avizorado también- de la poesÃa. El tejido textual es, como siempre, riquÃsimo, inagotable en su variedad fecundadoraâ€, como escribe Pere Gimferrer en el prólogo de Buena nueva del desastre (ScÃo, 2002).
En este segundo volumen de su PoesÃa completa, Leopoldo MarÃa Panero exhibe una ingobernable capacidad para reinventarse sin dejar de ser siempre él mismo, o sea, sin dejar de ser nada, porque Leopoldo, el hombre, ya no existe. El poeta, entonces, no cesa de repetir una y otra vez su letanÃa… Una letanÃa que jamás se aleja de la locura. Una locura gigantesca, profunda y en continua mutación, como únicamente podrÃamos vislumbrar en el mar. El mar de la locura. Es de Paul Valéry el famoso verso que dice: “La mer, la mer, toujours recommnencéeâ€, y que Leopoldo cita con frecuencia, por lo que intuyo ha de ser una de sus referencias favoritas. También aparece Mallarmé, por supuesto. Y Nerval, Baudelaire, Pound, Cavalcanti, Hölderlin, Yeats…, y muchos más. La colección de grandes nombres que Leopoldo pone en liza en sus poemas, ya sea mediante breves citas en los encabezamientos o diseminadas entre sus versos (transcribiéndolas en muchas ocasiones en la lengua original) es extensÃsima. Este afán por escribir sobre los que ya escribieron y, generalmente, sucumbieron, tiene un lugar predominante en sus textos; valgan estos valiosos ejemplos:
TRAKL
(De Erección del labio sobre la página, 2004)
Oscuro es el pescador de la noche
de la noche que todo lo envuelve
con rubor de Apocalipsis y de sombra
que cae sobre el poema, hiriéndole
con la flecha del poema, y de la sombra.
KAFKA
(De Esquizofrénicas o La balada de la lámpara azul, 2004)
Cuando amanece y ya no hay nadie
y está solo el cruel despertary los ojos se abren una vez más
para contemplar el fin del poema,
la tumba
en que nada hay escrito
sino un secreto
entre el hombre y el hombre
y el cuerpo
como un tambor en las sombras
como la flor de la ruinadonde los cuerpos hablan
y el agrimensor mide la ruina.
También nos parecen muy interesantes las reflexiones del poeta sobre el poema. El poema ha sido definido mil y una veces por Leopoldo, y siempre pareciera que de alguna manera quisiese asesinarlo con esas definiciones. Es como si odiase a estos artefactos de la escritura que es incapaz de no escribir. Como nos confiesa: “Llegaré a tener la nobleza de no volver a escribir. Pero la mano aún repta silenciosa sobre el papel, sin poder evitarloâ€.
La poesÃa es, por tanto, algo inevitable para Leopoldo, algo que se repite, poema tras poema, incluso a su pesar. Un cÃrculo vicioso que, en ocasiones, refleja con las insistencias de las palabras, con las rimas repetidas:
ABERRACIÓN DEL POEMA
(De Esphera, 2008)
El poema es como una perversión
Como una espada que se esgrime contra el hombre
Como una extraña nada
Que dibuja en el aire el filo de una espada
Y que canta la nada
Que canta contra el hombre
Con la espada del diente
Al ser mezclada
Devolviendo la vida a la mirada.
En conclusión, en esta continuación de su PoesÃa completa, a pesar de los perceptibles altibajos, se vuelve a demostrar que Leopoldo MarÃa Panero es un poeta fundamental en lengua española. La ruina, la deshumanización, la locura, el vacÃo…, todo se ha consumado en Panero, mas todavÃa su mano se yergue ante el papel en blanco. Y escribe. De eso no cabe duda.
XXXII
(De Reflexión, 2010)
Adiós a la PoesÃa
Y larga vida al cerdo que se lame
Larga vida al canÃbal que nos espera
Al fin de la página
Al gusano iracundo que repta sobre la página
Acariciando con los pies la flor del espanto
La ceniza de los ruiseñores
Oh Diana Cazadora
Que me esperas al fin de la página
Azuzando tus perros contra el viento
Y mordiendo mis ingles con cerveza
Hecha para llorar tan solo
Al borde de la página
«Oh playas sicilianas de tranquila marea
Que ante la envidia del sol mi vanidad saquean»
Y la palabra asesina a la cosa
Comida por el cielo de la tarde
Comida por el cielo del espanto.
Estanislao M. Orozco (@g77en)
http://www.estanislaomorozco.blogspot.com.es
(*) Túa Blesa, catedrático de Literatura Comparada en la Universidad de Zaragoza, publicó en 1995 el ensayo Leopoldo MarÃa Panero, el último poeta (Valdemar), asà como ha editado también, de Panero, los Cuentos completos (Páginas de espuma, 2007) y el libro Perversiones / Traducciones†(Visor, 2011).
Es un placer leer a Panero, último y más grande de los poetas que nacieron en el siglo XX. Su generosidad en la mirada es cruel y maravillosa. Te saludo Leopoldo MarÃa Panero !
[…] La poesÃa completa de Leopoldo MarÃa Panero, en Revista de Letras. […]
¡Me encanta Leopoldo MarÃa panero es uno de mis poetas favoritos,!
Contrariamente a lo que la mayorìa opina, estoy convencido de que la última etapa como poeta de Lopoldo M. Panero es mejor que la primera, y por mucha distancia.