«El Círculo de Viena», de Friedrich Stadler

El Círculo de Viena. Empirismo lógico, ciencia, cultura y política. Friedrich Stadler
Traducción de Luis Felipe Segura Martínez
Fondo de Cultura Económica (México, 2011)

Es frecuente que exista una distancia enorme entre lo que opina el común de las personas respecto de aquello que se está gestando en las altas esferas intelectuales. Generalmente, esperamos que esas altas esferas que están pensando nuestra sociedad sean las de los políticos o figuras influyentes en nuestra cotidianeidad. En realidad, eso no ocurre en la mayoría de los casos. El pensamiento se está gestando en sujetos un tanto aislados, un poco provocadores, y que causan rechazo al orden que se quiere mantener por la seguridad pública; estos hombres han sido y son los filósofos.

En algún momento fueron requeridos por un sistema religioso que concentró todos sus esfuerzos en transformarlos en “semidioses” -intérpretes de toda verdad, conocedores de una concepción metafísica del mundo, es decir, incognoscible e inalcanzable-; sin duda, esta época terminó.

Fueron los mismos filósofos, cierto grupo, quienes fueron ampliando su comprensión de la “realidad”; porque el fin en sí mismo del saber lo exige en esta profesión, en la que engañarse no adelanta.  Haciendo uso de diferentes ámbitos del conocimiento -la matemática, el lenguaje, la física y la razón misma- dieron vuelta al sentido de la vida  y se convirtieron además en “científicos”.

En los años de entreguerras dieron a luz una nueva era del pensamiento humano, que para nosotros parece tan cotidiana, actualmente. Y por supuesto -como todo aquello que se descubre- provoca desconfianza, rompe los esquemas y las instituciones, y a todos los que de ellas se benefician.

En 1918 (1) comienza a gestarse un grupo transdisciplinario de investigadores con la visión particular de continuar el “giro lingüístico” del que el mundo ya formaba parte. Su nombre: El Círculo de Viena.  Se trata de una etapa esotérica de su desarrollo, pues no fueron conocidas sus actividades al público hasta 1929, y que tuvo su término esotérico en 1938 con el asesinato de uno de sus fundadores, el doctor Moritz Schlick, a manos de otro filósofo-científico y alumno suyo, el doctor Hans Nelböck.

A partir de entonces, muchos textos y relatos han hablado acerca del Círculo de Viena, (en alemán, Der Wiener Kreis, en adelante WK), desde las perspectivas del análisis de sus teorías, sus fundadores, sus detractores.  Entonces, ¿qué hace de esta edición algo diferente? Hace lo que el tiempo genera cuando las investigaciones son unidas por quienes no están ya directamente relacionados con ciertas posturas -si es que eso es posible-: una visión que no necesariamente es de conjunto, sino que implica el uso de varias disciplinas para poder explicar, de cierta manera y hasta cierto punto, un hecho histórico de la realidad, y por supuesto, con más datos.

Friedrich Stadler (foto: medienportal.univie.ac.at)

El texto nos advierte que en esta investigación no sólo hay una mirada de las teorías, sino también del terreno político cultural en el que se llevaron a cabo las actividades del WK, la estructura interna del Círculo de Schlick, una historia interna más diferenciada de las cuestiones afrontadas que tome en cuenta las “nuevas fuentes” (correspondencia, materiales de archivo inéditos); el WK desde un punto de vista de la sociología del conocimiento y de la sociología de la ciencia, la perspectiva de la historia cultural y la historia social, y las relaciones y tensiones entre el socialismo por una parte, y por la otra la concepción científica del mundo. (2)

El mundo cambió su visión religiosa y metafísica por una investigación empírica y experiencial, que en ningún momento se desarrolló como una teoría unificada definitiva que pudiera dar una explicación final de todos los fenómenos de la realidad, sea lo que sea que esta fuera. Sino más bien un proceso histórico, no enjuiciable, sin pretensiones de absolutismo alguno (3) .

El libro nos muestra y traspasa el entusiasmo general que se estaba viviendo al tener una nueva visión del mundo nunca antes imaginada, en la que Carnap, atribuyéndolo al carácter amistoso y tolerante de Schlick, escribe: “…la actitud abierta y no dogmática de las discusiones. Cada uno de nosotros estaba dispuesto a revisar sus opiniones o a dejar que algún otro lo hiciera.  El espíritu común era el de un trabajo colectivo y menos el de la competencia.  El objetivo compartido era el de contribuir a la lucha por lograr la claridad y la comprensión”.

En un estado de cosas en que la guerra, la filosofía de la Iglesia y la política se relacionaban y luchaban entre ideales metafísicos, la filosofía y la ciencia tenían avances y comparaciones metódicas completamente interrelacionadas y abiertas.

Este libro está altamente enfocado a investigadores de la ciencia y la filosofía. Con sus cerca de mil páginas describe fórmulas científicas y requiere poseer una comprensión fluida de los sistemas filosóficos en juego en el período de la modernidad y post modernidad.  Muestra también los cronogramas y programas universitarios, ofrecidos por los diferentes filósofos-científicos envueltos en el WK y algunas de sus biografías.  Un apartado interesante es la trascripción de los Escritos Judiciales del proceso del doctor Schlick y de su asesino, el doctor Nelböck, permitiendo desvelar el aura mítica del hecho y comprendiendo cómo se gesta luego, en el período del Reich, su liberación ideológica y carcelaria.

Moritz Schlick (foto: Theodor Bauer Source, 1930 -D.P.-)

Y se puede ver la influencia real, además de la que Mach imprimió  -que ofreció en sus primeras sesiones del WK la lectura del gran Tractatus Logico-Philosophicus de Wittgenstein-, ahí donde Hans Hahn, Otto Neurath, Victor Kraft, Felix Kaufmann y Kart Reidmeister junto a Schlick, Waismann y Freigl dan formalidad a las sencillas reuniones que se llevaban a cabo en el Instituto de Matemáticas en Viena.  Carnap describe con humildad las lecturas del Tractatus: “Con frecuencia era necesaria una serie muy larga de reflexiones para descubrir qué era lo que se quería decir. A veces no dábamos con ninguna explicación clara o unívoca.  De cualquier manera entendimos una buena parte del libro y lo discutimos animadamente” (4) .  Si los grandes filósofos-científicos pasaban por estas situaciones que todos hemos tenido al leer textos de Filosofía (con mayúscula a propósito), se puede decir que se forma una cierta relación entre el lector y una época de despertar descrita de manera genial en todas sus letras.

Otros autores famosos que pueden encontrarse en la participación de este Círculo, y que nos muestran con mayor claridad lo que significó, son Hans Kelsen, de las Teorías Puras del Derecho, -que puede recordar todo abogado en sus primeros años de estudio-; o el imponente científico expositor de la teoría de la relatividad, Albert Einstein (5) .

Si se requiere hacer un estudio serio, amplio y complejo de la Filosofía y del inicio de las ciencias modernas, El Círculo de Viena nos muestra con toda claridad que estos hombres, lejos de ser fantasmas, siguen vivos, nos modelan y nos abren las posibilidades infinitas de la materia y la mente humana, expuestas a la herramienta técnica y metódica que el verdadero espíritu requiere.

Eduard Von Europa

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NOTAS

(1) El libro citado, página 200.
(2) Transliteración de las paginas 23 y 24.
(3) Página 33.
(4) Página 206.
(5) Página 141, por nombrar alguna.

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