Es frecuente que exista una distancia enorme entre lo que opina el común de las personas respecto de aquello que se está gestando en las altas esferas intelectuales. Generalmente, esperamos que esas altas esferas que están pensando nuestra sociedad sean las de los polÃticos o figuras influyentes en nuestra cotidianeidad. En realidad, eso no ocurre en la mayorÃa de los casos. El pensamiento se está gestando en sujetos un tanto aislados, un poco provocadores, y que causan rechazo al orden que se quiere mantener por la seguridad pública; estos hombres han sido y son los filósofos.
Fueron los mismos filósofos, cierto grupo, quienes fueron ampliando su comprensión de la “realidadâ€; porque el fin en sà mismo del saber lo exige en esta profesión, en la que engañarse no adelanta. Haciendo uso de diferentes ámbitos del conocimiento -la matemática, el lenguaje, la fÃsica y la razón misma- dieron vuelta al sentido de la vida y se convirtieron además en “cientÃficosâ€.
En los años de entreguerras dieron a luz una nueva era del pensamiento humano, que para nosotros parece tan cotidiana, actualmente. Y por supuesto -como todo aquello que se descubre- provoca desconfianza, rompe los esquemas y las instituciones, y a todos los que de ellas se benefician.
El mundo cambió su visión religiosa y metafÃsica por una investigación empÃrica y experiencial, que en ningún momento se desarrolló como una teorÃa unificada definitiva que pudiera dar una explicación final de todos los fenómenos de la realidad, sea lo que sea que esta fuera. Sino más bien un proceso histórico, no enjuiciable, sin pretensiones de absolutismo alguno (3) .
En un estado de cosas en que la guerra, la filosofÃa de la Iglesia y la polÃtica se relacionaban y luchaban entre ideales metafÃsicos, la filosofÃa y la ciencia tenÃan avances y comparaciones metódicas completamente interrelacionadas y abiertas.
Otros autores famosos que pueden encontrarse en la participación de este CÃrculo, y que nos muestran con mayor claridad lo que significó, son Hans Kelsen, de las TeorÃas Puras del Derecho, -que puede recordar todo abogado en sus primeros años de estudio-; o el imponente cientÃfico expositor de la teorÃa de la relatividad, Albert Einstein (5) .