El monstruo. Sérgio Sant’Anna
Traducción de César Aira
Beatriz Viterbo Editora (Rosario, Argentina, 2011)
La lectura del libro El monstruo de Sérgio Sant’Anna induce a un sentimiento ambiguo entre el deseo de abandonar la narración para salir a apresar la realidad y sentirse atrapado por las páginas que la describen. Los tres relatos breves que conforman El monstruo utilizan diferentes géneros: la epÃstola, la entrevista periodÃstica y el diálogo. La narración de primera mano confiere credibilidad al relato. El lector se identifica, entonces, con el escritor, quien asume el papel de transcriptor de aquello que ha llegado a sus oÃdos. Allà surge el deseo de abandonar el libro, salir a la calle y escuchar a los verdaderos contadores de historias. Aquello que sucede mientras uno lee se magnifica ante la verosimilitud de los acontecimientos. La tentación de cerrar el libro es un espejismo creado por la sutileza de una prosa clara y directa que diluye la presencia del escritor y centra la atención en los hechos descritos.
Los tres relatos de amor se empecinan en demostrarnos lo monstruoso de este sentimiento. Una mujer que escribe una carta al hombre con quien tuvo una noche de placer mientras que con su mano libre se masturba. Una entrevista a un reo acusado de estupro y co-autorÃa del asesinato de una joven discapacitada. La conversación, en un hotel de Chicago, entre un músico y una joven admiradora de dieciséis años. Las narraciones descubren paulatinamente las profundidades de los actos humanos. La calle es la escuela por antonomasia. La vida no admite planes concertados.
La formación de un escritor se compone en un trazado imprevisible donde se conjuntan las vivencias y las lecturas. La aleatoriedad con la que se escoge un camino, para descartar o postergar otro, forma parte de la esencia del aprendizaje. Roberto Bolaño hace referencia a este fortuito devenir en una recopilación póstuma de sus poemas que lleva por tÃtulo La universidad desconocida (Anagrama, 2007). El coraje de un escritor que afronta un camino lleno de incertezas. Si de algo puede presumir la poesÃa de Bolaño es de la actitud arriesgada con la que afronta la literatura. La curiosidad es la esencia del aprendizaje, de ella deriva la búsqueda y la experimentación. La poesÃa fue para Roberto Bolaño un lugar donde las ideas caen en bruto y el origen de la mayor parte de sus novelas, además de una forma de reflexión sobre aquello que le rodea. “Qué lugar es ése al que nos llevarán nuestras palabrasâ€, reflexiona el escritor chileno en uno de sus últimos poemas dedicado a Vila-Matas. El conocimiento proviene de la propia acción. El escritor abandona la soberbia de reflejar verdades y se zambulle en el vertiginoso mundo de las incertezas.
Vila-Matas expresa sin reservas su admiración por el escritor argentino Cesar Aira, que es justamente quien tradujo El monstruo del portugués al español. Posiblemente no hace falta pasar por Vila-Matas para llegar a Aira. Roberto Bolaño lo clasificó como uno de los tres o cuatro mejores escritores que escriben en español actualmente. Aira, con más de una cincuentena de libros publicados, no necesita ningún otro aval que ratifique su originalidad, imaginación y audacia. Sin embargo los tres escritores están unidos por un trazado fortuito que salta de una vivencia a otra. El aprendizaje es acumulativo. Sobre la base de lo que uno sabe va agregando. Un escritor lleva a otro. Interconexiones sutiles conforman la experiencia del propio lector y su programa formativo. La interpretación es subjetiva. Cada lector alberga en su inconsciente un ideal imaginario claramente influenciado por la ficción, aquello que lee o que imagina.
En “Una cartaâ€, el primer relato de El monstruo, la mujer que escribe al amante ocasional mientras se masturba descubre sus verdaderos pensamientos a medida que los va redactando. Comprendemos que la escritura puede anticiparse al pensamiento. Las vivencias y los autores que influencian la formación del escritor acaban moldeándose y adquiriendo un sentido nuevo a través de la propia escritura.
Santiago Gorgas