Debate a partir del libro 'Europa 28' | Foto: CCCB

«La ficción te permite una entrada diferente al pasado»

Edurne Portela, Janne Teller y Karolina Ramqvist conversan con Najat el Hachmi en el CCCB a partir del libro 'Europa 28. Mujeres escriben sobre el futuro de Europa'

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Debate a partir del libro ‘Europa 28’ | Foto: CCCB

El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona ha reunido a Edurne Portela, Janne Teller y Karolina Ramqvist, tres de las autoras del libro Europa 28. Mujeres escriben sobre el futuro de Europa, en un acto, organizado junto al Hay Festival, y que supone la inauguración presencial del curso de Debats.

El encuentro ha sido presentado por la escritora Najat El Hachmi, quien ha afirmado que el ensayo colectivo muestra Europa “como un calidoscopio” en el que se abordan la crisis de los refugiados, la relación entre fronteras y conflictos, el cambio climático, la memoria, o el auge del nacionalismo y la extrema derecha, entre muchos otros asuntos de actualidad. El ensayo pone a Europa, según la autora, “ante un espejo en el que se desmoronan sus valores fundacionales”.

Hay algo de desencanto en todos los textos, dice El Hachmi, y en todos ellos, de alguna forma u otra, se recorre la pregunta sobre cómo resistir en un mundo en el que la verdad tiene menos peso. ¿Qué relación tiene, entonces, la ficción con todo ello?

Ramqvist ha participado desde Suecia | CCCB

La escritora sueca Karolina Ramqvist, que ha participado a través de videoconferencia, es la autora del texto Todo lo que tengo me lo han dado, donde realiza una indagación crítica de la memoria feminista. La autora ha explicado que su trabajo se siente inspirado por el feminismo de los años setenta, un fenómeno que aún está muy presente en Suecia. “Hay que recordar lo que una generación anterior hizo por nosotras”, ha insistido, precisamente para ahondar en todas las perspectivas del movimiento, y atender a la pluralidad del calidoscopio. De hecho, sostiene que el feminismo es una proyección de muchos asuntos de la sociedad, y que la memoria es una gran herramienta para pensar ese futuro europeo. “Hablar del pasado no es hablar de lo obsoleto”, ha explicado. Todo lo contrario. Acudir a autoras como Virginia Woolf o Marguerite Duras nos ayuda a entender muchas cuestiones sobre la relación entre poder y sexualidad, por ejemplo.

La misma piedra es el texto de Edurne Portela, quien ha querido trabajar, desde ahí, dos tipos de memoria, la conmemoración de las víctimas del fascismo —con las placas con cierto desnivel que que encontramos en muchas calles alemanas, y que se conocen como “la piedra con la que tropiezas”— y la memoria democrática, de tradición internacionalista, y que supone un ejemplo de resistencia atravesada por la clase y el género. En ese mismo sentido, ha recuperado la figura de Ilsa Barea, quien recreó la Guerra Civil en Madrid en la novela Telefónica, inédita hasta hace poco en castellano. “Es en esa memoria donde podemos encontrar una fuente de conocimiento y sabiduría”. De todos modos, Portela considera que a la literatura no se le puede obligar a nada, más allá del impulso ético que nos lleva a visibilizar lo que no siempre se ha visibilizado. “La ficción es ficción”, insiste. “No tiene un deber, pero sí una necesidad”. Por ello, por su naturaleza distinta a la historia y al archivo, la escritora considera que “la ficción te permite una entrada diferente al pasado”.

La autora danesa Janne Teller ha escrito el texto Mi sueño de Europa, en el que construye una casa utópica en la que proyecta los ideales que se han visto amenazados por las desigualdades o el aumento del machismo. Para la escritora, que dice sentirse “más europea que danesa o cualquier otra cosa”, la literatura tiene una doble función. Por un lado, describe la realidad, pero por otro imagina otros mundos posibles. “Es el sueño lo que te permite luchar”, afirma. Con el ideal se aceptan sacrificios. “Cualquier revolución, también la feminista, necesita imaginar una situación mejor que la actual”, explica. En esa misma línea, asevera que “hay en la ficción una verdad más profunda que en el relato del periodismo, porque la ficción abre posibilidades”. “Tenemos que construir esa casa europea, una casa que apueste por la igualdad entre los diferentes”, sostiene. De la misma manera, ha defendido que la ficción nos permite mantener una estado de “intimidad” en un mundo de sobreexposición permanente.

Ha sido Janne Teller quien, preguntada por el público sobre la relación entre las redes sociales y las fake news, ha respondido que “si la compasión no se transforma en acción, sirve de muy poco”. Pese a que Europa vive momentos que invitan al pesimismo, ha recordado que los mejores líderes aparecieron después de la II Guerra Mundial. En momentos de catástrofe, ha dicho, es cuando aparecen ideas inspiradoras. Ramqvist considera que la ficción ofrece habilidades que escapan de las imposiciones del presente. Aunque nos ayuden a pensar, precisamente, sobre el presente. Todas las autoras han apostado por una “vuelta al cuerpo” en un mundo de pantallas, aunque Portela ha recordado que la ficción y el activismo son dos realidades distintas que responden a dos tiempos diferentes. “No podemos dar una respuesta inmediata al bombardeo de las redes desde la literatura”, ha concluido.

‘La Europa de las mujeres’ | Foto: CCCB

Albert Lladó

Albert Lladó (Barcelona, 1980) es editor de Revista de Letras y escribe en La Vanguardia. Es autor, entre otros títulos, de 'Malpaís' y 'La travesía de las anguilas' (Galaxia Gutenberg, 2022 y 2020) y 'La mirada lúcida' (Anagrama, 2019).

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