La transformación. Franz Kafka
Traducción y prólogo de Xandru Fernández
Navona (Barcelona, 2009)
Intentar hacer una reseña de la obra más conocida de Franz Kafka es como decir que después del uno viene el dos.
Una vez dicho esto a modo de excusa, ya que resultará imposible aportar algo nuevo a lo que, desde que fuera publicada por primera vez, se ha ido escribiendo respecto a La transformación (tÃtulo que, como bien explica Xandru Fernández, responsable de la traducción que se incluye en este volumen de la ya imprescindible colección Reencuentros de Navona, es más apropiado y respetuoso con el original, a pesar de ser conocida desde siempre como La metamorfosis), me resigno a anotar algunas cosas para cubrir el expediente, poco más o menos.
La transformación narra la peripecia de Gregor Samsa, viajante que, una desgraciada mañana, despierta convertido en insecto. Esta circunstancia, que a cualquiera puede resultarle ciertamente angustiosa, parece ser asumida por Samsa desde el primer momento con apuro pero, más preocupado por no llegar tarde al trabajo y evitar disgustar a los miembros de su familia, quienes dependen de él para subsistir, se dispone a levantarse de la cama, cosa harto complicada debido al desconocimiento de control de su nueva anatomÃa. A partir de aquÃ, un cúmulo de situaciones le llevan a permanecer recluido en su habitación perdiendo el trabajo, el honor e, incluso, el amor de su familia. Lo que viene después ya lo saben quienes la han degustado o mejor será que sea descubierto por los que aún no conocen el goce de su lectura.
Esta pequeña novela con la que Kafka ha pasado a la posteridad tiene la virtud de mantenerse en un estado de permanente vigencia debido a la multitud de ediciones que permiten su accesibilidad y al sinfÃn de interpretaciones, mensajes y lecturas que se han querido ver en ella. Cabe pensar que ni el propio autor hubiera encontrado la mitad de las cosas que, con tanto análisis, han sido halladas entre sus páginas: desde elementos autobiográficos hasta reflexiones respecto al valor del individuo ante la sociedad plural, pasando por la hipocresÃa de quienes abanderan el rechazo hacia la diferencia.
Tampoco descartemos el valor de la lectura que cada uno de nosotros pueda darle con el paso de los años, ya que la propia experiencia vital moldea el relato de una manera u otra. Yo mismo, volviendo a leerlo en esta nueva traducción de Xandru Fernández, gran conocedor del texto y autor, a su vez, del prólogo que lo acompaña, he tenido sensaciones opuestas a anteriores ocasiones (si no recuerdo mal es la quinta vez que me enfrento a La transformación). Por ejemplo, si hace unos años veÃa en ella algunos apuntes cómicos, ahora me aborda una gran tristeza al tropezar con esos pasajes que provocaban la sonrisa. Y es que en esta historia nos hallamos a nosotros mismos; más bien vemos reflejados nuestros defectos, esos que pueden más que las virtudes olvidadas ante la pesadumbre. No es de extrañar que su final sea amargo y a la vez esperanzador, según donde te haya colocado la balanza de la vida.
Mi vida sigue, amigo Samsa. Hasta el próximo reencuentro.
José A. Muñoz
El traductor dice, según esta reseña, que el tÃtulo “La transformación†“es más apropiado y respetuoso con el original†que “La metamorfosisâ€. Creo que no es asÃ, en checo “PromÄ›na†(tÃtulo original de la obra de Kafka) también se usa en su acepción biológica (que ha de traducirse por metamorfosis) y es de lo que trata la obra. Transformación (de raÃces latinas) y metamorfosis (de raÃces griegas) son literalmente sinónimos, pero su uso en español es diferente según el contexto, y aquà está muy clara la relación con la metamorfosis en insectos, no entiendo la “originalidad†del traductor de ir contracorriente.
Javier, gracias por la explicación de la traducción. Me chirriaba un poco esta versión del tÃtulo ya que siempre pensé que se referÃa al paso de larva a adulto y no al hecho de cambiar de humano a bicho. Aparte de en el prólogo ¿Conoce usted algún sitio donde el traductor justifique su «boutade»?
La explicación que da Javier no es correcta. Kafka no escribió esta obra en checo, ni esta ni ninguna otra, sino en alemán. El tÃtulo alemán, como explica el prologuista de esta edición, es «Die Verwandlung», literalmente «La transformación», no «Die Metamorphose» («La metamorfosis»). No es la única edición en castellano que lo traduce asà y creo que es lo más correcto.