Mi Pushkin. Marina Tsvietáieva, Acantilado
Traducció de Selma Ancira
Si es cierto, y estoy personalmente convencido de ello, que somos aquello que hemos leÃdo, no debe serlo menos que aquellos libros que hemos leÃdo en nuestra infancia estan destinados a marcar nuestra vida, y no solamente nuestra vida de lectores, con una huella indeleble.
Tsvietáieva tuvo la inmensa suerte de prácticamente aprender a leer con Pushkin; ya adulta, al ser realmente consciente de este hecho, publicó este Mi Pushkin a la vez como reconocimiento y como tributo al autor.
Si este libro es interesante para el lector actual no es solo porque Pushkin es un autor convaleciente comercialmente al que es preciso visitar con regularidad, sino también porque, si aceptamos que existen tantos lectores como libros, es un tremendo placer acceder a la lectura que hace la poeta rusa en noventa páginas de rendida admiración. Y si esta publicación sirve, a la vez, para redescubrir y reivindicar al autor de La hija del capitán y de otros cuentos inolvidables, miel sobre hojuelas.
Joan Flores
http://jediscequejensens.blogspot.com
Estimado Joan Flores.
Aparte de tu innegable admiración hacia la obra ‘Mi Pushkin’, o bien hacia su autora, Marina Tsvietáieva, me ha llamado la atención una frase que has escrito, «Somos aquello que hemos leÃdo». ¡Gran verdad! Sobre todo las primeras lecturas, que suelen coincidir con la infancia, de la cual guardo cierta lectura como uno de mis más grandes traumas.
Un abrazo.