O las estaciones. Antonio Tello
Prólogo de Carlos Morales
Ediciones in-VERSO (Barcelona, 2012)
Es el poeta alemán Novalis el que da entrada a O las estaciones, el reciente poemario de Antonio Tello (Córdoba, Argentina, 1945) publicado en la editorial in-VERSO y con prólogo de Carlos Morales. Y lo hace traÃdo por el autor para iniciarnos en el bosque como lugar sagrado y reflejo en la tierra del cielo, y asà recordarnos que la fuente del dolor es la desunión del futuro, presente y pasado, la temporalidad de las estaciones, el rostro opuesto entre la juventud y la vejez. Tello se asienta en ese espacio mÃtico y laberÃntico que es el bosque para abordar en el poema largo que constituye O las estaciones el tema dual del amor y la muerte, pero sobre todo la entidad viva que constituye ese bosque. Como bien indica Carlos Morales en el prólogo el poemario está constituido por “una visión oracular, una revelación pánica de la experiencia amorosa construida toda ella como una alegorÃa en la que el “árbolâ€, el “aireâ€, la “tierra†y el “fuego†protagonizan, junto a la ninfa y el fauno, un papel primordial de gran carga simbólica en ese abrazo interminable al que ambos se entregan con una incendiaria desesperación largamente inesperadaâ€.
Y en el bosque, dentro del bosque, suceden los amantes. Cuando los amantes hacen, los elementos corresponden porque ellos pueden ser los elementos (“Los amantes rÃen. Se abrazan. Y en el abrazo / son. El fragor. La tormenta. El tumulto / de las nubes. El relámpago del veranoâ€). AsÃ, los amantes provocan las estaciones, su amor puede ser cielo o infierno, y de ellos nace “con gemidos de nieve, la primaveraâ€. O la caricia: “Agradezco al jaguar la naturaleza / de sus pasos, / porque de ella aprendà el modo de / acariciarteâ€. Todo se confunde y forma parte del mismo todo y de la ninfa y del fauno, y en el solsticio llega el abrazo y “un cuchillo de fuego hiera la noche y arden…†continuando el poema con “más allá/ las maderas de San Juan†en una repetición plástica y sonora que evoca la hoguera… Los elementos pánicos arrastran al verso y se hace patente el desespero de las estaciones y del tiempo que Novalis ya introdujo, rememorado por el autor, al inicio de la lectura. De esta forma O las estaciones, siguiendo a Carlos Morales en el prólogo es una visión oracular, una revelación pánica de la experiencia amorosa, reflejo del amor y del tiempo, fuerzas que pueden arrojarnos tanto al cielo como al aveno. Un capricho de los dioses.
Iván Humanes (Barcelona, 1976). Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona. En el 2005 publicó el libro "La memoria del laberinto" (Biblioteca CyH), en 2006 el ensayo "Malditos. La biblioteca olvidada" (Grafein Ed.) y en 2007 en la obra "101 coños" (Grafein Ed.). Prepara la publicación de su libro de relatos "Los canÃbales" con la editorial Libros del Innombrable y la publicación de la novela "La emboscada" con la editorial coruñesa InÉditor.
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