PoesÃa, OntologÃa y Tragedia en Fernando Pessoa. Pablo Javier Pérez López
Editorial Manuscritos
(Morata de Tajuña, Madrid, 2012)
BastarÃa recordar Hölderlin y la esencia de la poesÃa de Heidegger para desarmar cualquier duda sobre la relación entre filosofÃa y poesÃa. El filósofo cita al poeta: “Y ¿para qué poetas en tiempos de penuria?/ Pero ellos son, me dices, como los sagrados sacerdotes del dios del vino/ que de tierra en tierra peregrinaban en la noche sagradaâ€. Algo similar debió preguntarse Pablo Javier Pérez López cuando se acercó a la obra de Fernando Pessoa. La respuesta es PoesÃa, OntologÃa y Tragedia en Fernando Pessoa (Manuscritos, 2012), la primera gran obra en español sobre la relación entre pensamiento y poesÃa en la figura del poeta portugués.
Estructurada en doce capÃtulos y en más de 500 páginas con inéditos del poeta descubiertos por Pérez López, la obra presenta un recorrido que comienza reflexionando sobre la relación entre filosofÃa y poesÃa para reivindicar el pensamiento trágico como una determinada manera de conjugar dos dimensiones contrapuestas en el hombre. En la página 57 leemos:
“El pensamiento trágico implica la recuperación del diálogo entre la FilosofÃa y la PoesÃa, diálogo recuperado que se convierte en clave fundacional de una nueva ciencia y de un hombre nuevo/superior. El pensador poético-trágico asume el doble deseo contradictorio, su doble instinto, su doble dependencia de la naturaleza, su amor a la verdad y su amor a la mentiraâ€.
A partir de éste punto de partida, Pérez López aplica dicha reflexión a tres escritores que incluye dentro de lo que el autor llama el pensamiento poético ibérico: Unamuno, Machado y Pessoa. Leemos en la página 60:
Y este pensar poético es, por ende, trágico porque acepta esta lucha. El pensador trágico o poético es el que acepta la esencia de la tragedia: la imposibilidad de un ganador en la pugna de contrarios. La dignidad del pensador trágico estriba en aceptar la unión de los contrarios en pugna haciendo que de la pugna entre razón y poesÃa, entre razón y vida, entre pensamiento y tragedia nazcan la razón vital, la razón poética, la razón paradójica. La Tragedia es lucha, contradicción, esencialmente la oposición entre Razón y Vida “esas dos muelas contrarias que nos trituran el alma†como dice Unamuno. Desde esta aceptación trágica de la dualidad filosofÃa-poesÃa y de su esencialidad ya no tiene sentido diferenciar al filósofo y al poeta que se convierten en hermanos gemelos. Todo gran filósofo es poeta y todo gran poeta, filósofo.
Desde que HesÃodo y Homero narraran el origen del mundo, el vÃnculo que existe entre la poesÃa y la filosofÃa occidental ha pasado por diferentes fases. En la misma génesis del quehacer filosófico mito y logos van de la mano para tejer esa red de significación que darÃa cuenta del porqué de las cosas. El hombre es un ser que busca saber y desea narrar el porqué y, siguiendo a Nietzsche, sólo el poeta capaz de mentir, consciente y voluntariamente, puede decir la verdad. Creo que no hace falta recordar AutopsicografÃa.
Sentada la base de su reflexión, Pérez López se centra exclusivamente en Fernando Pessoa, sobre el que irá analizando los puntos claves de su obra a la luz de su tesis inicial: sensacionismo, heteronimia, locura y voluntad de infancia, entre otros temas.
Uno de los puntos centrales de la obra está en la consideración de Pessoa no sólo como un poeta animado por la filosofÃa. “I was a poet animated by philosophy not a philosopher with poetic faculties†es una de las citas de Pessoa que se utilizan para hablar de la relación entre pensamiento y poesÃa en la figura del poeta portugués. Pero Pérez López da con el redescubrimiento de un poema sobre el que el investigador cimienta parte de su argumentación: “Meu coração não é ninguém (…) E eu sou poeta e pensadorâ€. Leemos en la página 156:
Es esta confesión, esta categorÃa aceptada en un solo verso quizá la confesión sobre su doble nacionalidad, sobre su doble pertenencia al reino de los poetas y los pensadores de cuyo asombroso diálogo dentro del Gran Diálogo que es nuestro autor nace una filosofÃa que convertida en acto canibálico busca responder la pregunta sobre lo que somos paseando por la realidad de los sueños de todos los soñadores del mundo, viendo más allá, haciendo dialogar lo sentido y lo pensado: “Y yo soy poeta y pensadorâ€/ “E eu sou poeta e pensadorâ€.
Soares afirma en el LdD que nació “en un tiempo en que la mayorÃa de los jóvenes habÃan perdido la creencia en Diosâ€. Cuando los referentes que dan sentido han caÃdo, cuando no quedan certezas a la que cogerse, la razón es insuficiente y la verdad es ideologÃa, entonces el poeta trágico serÃa aquel capaz de proponer un abordaje metafórico a la realidad y, de esta manera, acercarse a la verdad.
La propuesta de Pérez López no se acaba aquÃ. La pluralidad del poeta portugués no se agota en la tesis inicial y el investigador español ahonda, como venÃamos diciendo, en diferentes temas de la estética del escritor-pensador. AsÃ, leemos en la página 371 sobre la heteronimia:
La heteronimia asÃ, enraizada en la dimensión filosófica de la tragedia, nos re-presenta la dimensión trágica de la pugna entre el deseo homogeneizador del querer saber filosófico y el deseo heterogeneizador de la voluntad de alteridad y la reniñez poética. La esencia dramático-trágica de la heteronimia desvela a su vez su dimensión filosófica poniendo de manifiesto la esencialidad de la dialéctica filosófico-poética.
Como vemos, el hilo sobre el que autor vertebra la obra es la dimensión filosófico-poética de Pessoa. Creo que nadie puede negar que la obra del poeta tiene una dimensión filosófica que trasciende al propio Pessoa. Aunque se tiene que tener en cuenta que, a pesar de haber pensado en secreto filosofÃas que ningún Kant ha escrito, Pessoa no era un filósofo. Basta mencionar a Caerio, “eu não tenho filosofia: tenho sentidos…â€.
En este sentido, Pérez López no reivindica la dimensión filosófica de Pessoa entendida como sistemática. Sino aquella dimensión en la que pensamiento y poesÃa van de la mano sin ninguna otra intención más allá de escribir el mundo, no describirlo. Se puede estar conforme o no pero no se puede negar que la propuesta de Pérez López tiene el valor de establecer un marco de debate construido sobre la base de las fuentes directas y no secundarias. En este sentido, PoesÃa, OntologÃa y Tragedia en Fernando Pessoa es imprescindible por el rigor de su argumentación e investigación, por ser la primera gran obra sobre la dimensión filosófica de Pessoa en castellano y por tender la mano para establecer diálogos y puentes. Pasen, lean y debatan.
Diego Giménez
http://entrefragmentos.wordpress.com
[…] sobre la relación entre pensamiento y poesÃa en la figura del poeta portugués. ArtÃculo para Revista de Letras… Share this:TwitterFacebookLinkedInImprimirCorreo electrónicoPinterestMe gusta:Me gustaBe […]
un verdadero escrito
Leyendo esta reseña no nos parece que sea una «gran» investigación con los supuestos que se presentan. Es filosofÃa pero no es «filosofÃa». Se ha estudiado ya bastante esto en Pessoa y en muchos otros. Pero hay una distinción clara y lo importante en un poeta no es que tenga «filosofÃa». Bien mirado todos los grandes poetas, e incluso novelistas la contienen. Esa clase de «filosofÃa» que atiende al sentido de nuestra existencia.
Pero lo importante en un poeta es que es poeta, y su «filosofÃa» es un añadido, aunque no deja de estar inmerso en quien fue un autor inteligente, perceptivo y gran lector como Pessoa. Sus Textos Filosóficos (Edicoes Atica) nos dicen que lo fue. Y, si su decir es que no era «filósofo», a qué tantas páginas sobre él cuando lo mejor es leerlo a él. Es bastante claro e insustituible. Con comentos e interpretaciones, acaso muy personales o con supuestos filosóficos que le son ajenos, no lo entenderemos mejor.
Hay un libro donde se trata también esto: Poética y metafÃsica en F.P. de Pedro MartÃn Lago (Universidad de Santiago de Compostela, 1993). En portugués y otras lenguas hay un montón.
SerÃa intereseante, ante la abundante bibliografÃa pessoana, qué de valioso tendrÃa este libro que se edita y reseña. No lo encontramos en la nota. Pero aquà es un decir, tan sólo, sin conocer la obra. Ojalá nos equivoquemos.