Tabula rasa.
Nuria Ruiz de Viñaspre y Ana MartÃn Puigpelat
La Garúa Libros (Sta. Coloma de Gramenet, 2013)
En una catástrofe universal, ¿qué merecerÃa la pena salvar de nuestra civilización? Podemos encontrar una posible respuesta en el final de la pelÃcula La Misión, de Roland Joffé, donde vemos, -tras la traumática destrucción de las misiones creadas por los jesuitas en medio de la selva entre los rÃos Paraná e Iguazú-, a un grupo de niños indÃgenas subidos en una canoa que ven pasar, rÃo abajo, un crucifijo y un violÃn; la pelÃcula finaliza con los niños cogiendo el violÃn y dejando el crucifijo a su suerte. La música, sÃ, la música como metáfora de lo mejor de la cultura occidental, merecerÃa ser salvada. Estoy seguro de que Nuria Ruiz de Viñaspre y Ana MartÃn Puigpelat estarán de acuerdo conmigo.
PoesÃa y música comparten conceptos como tono, ritmo, sonoridad, etc. pero mientras el lenguaje musical es abstracción absoluta, la poesÃa necesita de un lenguaje algo más figurativo. Toda obra creativa ha de contar con la interpretación y la recepción de la misma, pero la abstracción del lenguaje musical ha permitido que la misma música esté en medio de conclusiones o interpretaciones de lo más encontradas o contradictorias. El ejemplo más conocido son las obras de Wagner, que, sin duda, han podido servir al ensanchamiento de la civilización pero también al de la barbarie. Tabula rasa realiza este tipo de ejercicio de interpretación. Ambas poetas nos proponen su particular playlist musical y firman solidariamente un recorrido poético -a la manera romántica de Wordsworth y Coleridge en sus Baladas lÃricas-, donde, a pesar de que en las páginas finales se nos indica la autorÃa de cada uno de los poemas, el yo autoral ha sido relegado a un segundo plano, admitiendo al otro sin trampas, creativamente, incluso cuestionándose la propia identidad.
Por otro lado, en este ejercicio no se confunden las voces de las poetas, sino que se refuerzan y combinan a la perfección, unas veces para coincidir en sensaciones y sonoridades, y otras para distanciarse en el contraste, pero siempre creando atmósferas complejas en referencias e impresiones personales. La propuesta es sencilla, las autoras van presentándonos una obra musical y a continuación se plasman los dos poemas que han compuesto a propósito de su escucha. Durante el recorrido poético musical se nos proponen composiciones y compositores de muy diferentes épocas, desde la música antigua, pasando por la barroca o la romántica, hasta llegar a la Tabula rasa, final y tÃtulo del libro, que hace referencia a una obra muy significativa del compositor estonio Arvo Pärt que marcó una inflexión esencial en su carrera musical en busca de una nueva espiritualidad. En palabras de una de las voces del libro:
(…)
un salmo metafÃsico
violines aullando a la luna
su zumbido animarlo
(…)
Al fin, la recepción de las obras musicales como el de las poéticas no es más que un diálogo entre un tú y un yo. Las poetas ahondan en ese camino de comunicación jugando a varias bandas: en la recepción de la música, en su interiorización creativa, en el diálogo entre ellas y, por supuesto, en el diálogo entre la poesÃa y la música. Tabula rasa es una obra que consigue, en cualquier caso, que la poesÃa no se agote en ella misma y que la continuación entre lenguajes y formas artÃsticas sea un campo abonado para fructÃferas y creativas relaciones.
AgustÃn Calvo Galán
http://proyectodesvelos.blogspot.com