Turquía, cuando el autoritarismo se disfraza de democracia

La periodista Zeynep Oral y la escritora Elif Shafak reflexionan sobre la erosión de las libertades en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona

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 Dos mujeres reparten banderas turcas | Foto: Quinn Dombrowski | Flickr CC
Dos mujeres reparten banderas turcas | Foto: Quinn Dombrowski | Flickr CC

-Abuela, ¿no tienes miedo?

Eso es lo que le preguntan, día tras día, los siete nietos que tiene la periodista cultural Zeynep Oral. La situación en Turquía cada vez es más compleja y, por ello, el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona ha organizado un ciclo titulado En los márgenes de Europa, en el que también ha participado la escritora Elif Shafak, ambas presentadas por Carme Colomina.

Oral ha visitado Barcelona para recoger el VII Premi Internacional Veu Lliure, que le ha concedido el PEN Català. La creadora del suplemento cultural turco de referencia, Cultural Review, ha analizado el autoritarismo, y el incremento de la censura, en una sociedad que se presenta como democrática. Los números que aporta son demasiado evidentes. Desde que Erdogan decidió vengarse del golpe de estado fallido del julio pasado, más de 60.000 profesores han perdido su trabajo. Decenas de periodistas y escritores aún están en prisión, acusados de terrorismo. No se sabe cuándo serán juzgados. Si es que finalmente se celebra el juicio.

Recuerda Zeynep Oral que los líderes europeos aplaudieron al actual presidente cuando ganó las elecciones de 2014. Creyeron que era un reformista, pero, según la periodista, estaba claro que él sólo utiliza la democracia como un instrumento. Cuando le sirve, la emplea. Cuando no, la manipula.

En la misma línea se ha manifestado la escritora Elif Shafak, quien ha presentado en español su novela Las tres pasiones, publicada por Lumen.

-Hemos perdido el pluralismo y nuestra visión cosmopolita. –lamenta.

Elif Shafak y Zeynep Oral | Fotos: CCCB, Miquel Taverna
Elif Shafak y Zeynep Oral | Fotos: CCCB, Miquel Taverna

Shafak considera que ahora la agresividad de la política afecta, incluso, a las relaciones de amistad. Le preocupa especialmente el rol que quieren asignar a las mujeres, a través de un mensaje oficial que es, al mismo tiempo, cada vez más homófobo y más nacionalista.

También Elif Shafak acude al ejemplo familiar para explicar una sociedad tan compleja como la turca. Cuando sus padres se divorcian, se desplaza con su madre, muy joven, a vivir a Ankara. Ambas familias, tanto la paterna como la materna, son religiosas. Pero narra cómo la religión se vive en Turquía de formas totalmente distintas. No hay un islam. Hay muchos. La abuela paterna le muestra el Corán -que no puede ni tocar- como una enseñanza del miedo. Dios te está vigilando todo el tiempo. Sin embargo la abuela materna, pese a ser muy conservadora y supersticiosa, le descubre cómo el islam también puede leerse desde el amor (Shafak, aunque se define como agnóstica, se ha interesado muchísimo por el sufismo). Cualquier cliché que intentemos reproducir para describir Turquía nos impide ver lo que está pasando en realidad.

Zeynep Oral, por su parte, nos cuenta que la oposición está muy dividida. Todos los gobernantes han prometido cambiar el sistema electoral pero, cuando llegan al poder, no lo hacen.

Erdogan no es verdaderamente representativo de Turquía. –sostiene la periodista.

Shafak, en la misma línea, insistirá durante toda su conferencia en esa idea. Pide a Europa que no confunda al gobierno turco con su población. Hay una trampa que ambas escritores señalan. Ganar elecciones es democrático, sí, pero votar no es suficiente. Necesitas, además, una cultura democrática. Hay que proteger a las minorías, hay que garantizar la separación de poderes, y hay que respetar la libertad de los medios de comunicación. Oral ha sufrido directamente esa erosión. Tiene muchos amigos en la cárcel. Y constantemente recibe cartas de gente anónima que le agradecen sus columnas críticas.

-Sé que no estamos solos.

Pero añade que ya nadie cree en la ley. Apuesta por el secularismo para acercarse definitivamente a Europa, pero reconoce que la Unión Europea siempre se ha mostrado más cómoda con un islamismo moderado en Turquía. ¿Vemos el país euroasiático como una puerta a Oriente o como un dique de contención?

La polarización es un hecho palpable en la calle. Es muy arriesgado, nos dice Shafak, no dejar espacio al individuo. El artista ha de reclamar más que nadie esa mirada libre.

-Yo también me planteo qué decir y qué escribir. Inconscientemente, te lo preguntas… -reconoce Oral.

eh403919Elif Shafak, autora también de títulos como La bastarda de Estambul, señala una paradoja que describe bien una sociedad tan patriarcal. En la casa la mujer es la que tiene la voz. Y es la mujer la única capaz de transmitir de una generación a otra la memoria en una comunidad que parece amnésica. Hay que conquistar, según la escritora, el espacio público. Y la única manera de hacerlo, afirma, es a través del asociacionismo feminista.  No se trata de crear una identidad nueva para la mujer, sino de unirse desde la diferencia.

También la ficción es una herramienta poderosa contra el dogmatismo. Leyendo se escucha mejor que en medio del ruido.

-En la soledad estamos más preparados para conectar con las diferencias. No es una coincidencia que el fascismo necesite la masa.

El escritor, nos dice, ha de ser un gran oyente. Tiene que escuchar a todos, incluso a los reaccionarios.

-Hemos crecido temiendo a los enemigos exteriores. Eso ha vuelto, y es muy poco saludable.

La aceleración actual tampoco ayuda a pensar con perspectiva. Dice Shafak que en Turquía nadie digiere lo que está pasando.

La lucha es diaria y continúa. Tanto Oral como Shafak denuncian que la creatividad se ha silenciado. Las adolescentes intervienen menos en los debates en el colegio o el instituto. La prudencia puede transformarse rápidamente en sumisión.

-Abuela, ¿estás segura de que no tienes miedo? –vuelven a preguntarle los nietos a Zeynep Oral.

-Me siento enfadada, furiosa, y triste. Pero no tengo miedo. También superaremos esta situación. Aún lo sigo creyendo.

Albert Lladó

Albert Lladó (Barcelona, 1980) es editor de Revista de Letras y escribe en La Vanguardia. Es autor, entre otros títulos, de 'Malpaís' y 'La travesía de las anguilas' (Galaxia Gutenberg, 2022 y 2020) y 'La mirada lúcida' (Anagrama, 2019).

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