Vidas de Pitágoras. David Hernández de la Fuente
Atalanta (Girona, 2011)
La cultura (la Historia, la Ciencia…) han reservado siempre para los siglos venideros algunos nombres que pudieran hacer, en su momento, la función de paradigmas para la imitación de los hombres, que sirvieran de ejemplo y guÃa como referentes didácticos, ya fuere de bondad, de ingenio, de inteligencia… Es como si la cultura, la Historia, tuviese algo de fetichista y quisiera, mediante un nombre, adquirir el valor de sÃmbolo para el resto de los hombres.
Uno de esos casos podrÃa constituirlo, precisamente, el hombre aquà estudiado, Pitágoras, quien, en algunos casos, representó un papel más allá de su propia realidad humana. Tal es lo que explica el autor de este estudio, el profesor David Hernández de la Fuente, en las siguientes palabras: “El hombre divino, el mediador entre la comunidad polÃtica y la divinidad que es a la vez lÃder de una secta social y religiosa, es una de las concepciones humanas más antiguas y, como es obvio, su discusión sigue vigente. El liderazgo carismático en un grupo humano, ya sea religioso o polÃtico, se aborda a menudo en el debate académico moderno como un don y un riesgo al mismo tiempoâ€.
Pasa luego el autor a analizar pormenorizadamente la obra de este sabio y eminente matemático en diversas perspectivas, desde ‘Las enseñanzas del hombre divino’ a ‘El legado del modelo polÃtico pitagórico’, donde queda explÃcito el significado de su figura polÃtica, más allá incluso de su propia condición mortal.
Después, en una complementaria y oportuna segunda parte, recoge el libro la transcripción de varias de las biografÃas (casi hagiografÃas) de Pitágoras existentes: la de Diodoro de Sicilia, Diógenes Laercio (quien cuenta que el filósofo solÃa aconsejar a sus discÃpulos que dijeran lo siguiente cada vez que entrasen en sus casas: “¿Qué precepto vulneré? ¿Qué conseguÃ? ¿Qué deber no llevé a cabo?â€). También Porfirio de Tiro y Focio de Constantinopla dejaron referencias a su vida en sus escritos.
Un libro de consulta y estudio a la vez, de lectura amena por lo rico de la circunstancia vital de quien mantiene viva aún la antorcha de su nombre, de su filosofÃa, tal como recogen los versos que podemos leer en el Apéndice: “Y apréndete bien estas cosas, domina tus costumbres:/ lo primero el vientre, el sueño, la lujuria/ y la cólera. Nunca hagas cosas vergonzosas, no con otros/ ni por tu cuenta; pues has de avergonzarte sobre todo ante ti mismoâ€.
Pura vida en las palabras.
Ricardo MartÃnez
www.ricardomartinez-conde.es