Cartas del Norte: de verdades, fabulaciones y relatos

Fernando Delgado ha regresado a la radio. Y lo ha hecho a través posiblemente de una de sus novelas más complejas, También la verdad se inventa. Almudena Farizo, locutora de radio de éxito, “es la mujer de la radio de la noche”. Y desde las ondas hercianas invita a la complicidad y a los testimonios más diversos. Una noche, entra en escena una misteriosa mujer que se niega a dejar su nombre, y con su exposición comienza un curioso juego de imposturas en el que posterior y progresivamente irán participando sucesivamente algunos de sus oyentes. Un juego con connotaciones sexuales de unos  seres amparados en la noche y el anonimato. Porque También la verdad se inventa es a su modo una novela reivindicativa sobre la impostura desde las ondas, ahora que estamos en el mundo de internet. Una novela de imposturas a la que no es ajena la propia locutora y protagonista Almudena Farizo, quien ella misma guarda un secreto relacionado con su propia identidad. Es posible que Fernando Delgado haya construido una de sus mejores novelas, y también es probable que se sirviera para ello de su etapa de locutor en sus comienzos. Pero el talento literario, como la verdad, aunque lo parezca, no se puede inventar. Se tiene o no se tiene. Y Delgado lo tiene.

Es posible que a Eduardo Galeano no le den nunca el Premio Nobel (quien sabe, que los a los miembros de la Academia les gusta a veces realizar actos de indulgencia con el mundo y con ellos mismos) pero sí que es probable que a no tardar mucho, tomen nota, Eduardo Galeano se alce con el Príncipe de Asturias de Literatura a poco que los miembros del Jurado se dejen llevar por su reconocimiento literario además de por el humanístico. En fin. A lo que vamos. Eduardo Galeano presenta nuevo libro, y ya van (….), y uno no deja de sorprenderse de la capacidad fabuladora del escritor uruguayo (por una parte) y de su sentido de la responsabilidad para con el Continente Americano (por otra). Pero en los estrictamente literario (y social, que no se puede apartar por mucho que se intente) Los hijos de los días está compuesto de 366 capítulos, tantos como días tiene un año bisiesto, en donde el autor va desgranando su particular Historia del mundo, los acontecimientos más importantes sucedidos cada día del año. La muerte de Li Po, el último viaje de Colón, la muerte de Jesús, la batalla de Salamina, la muerte del Che, Orson Welles y su invasión marciana…. Una original historia de la Humanidad solo apta para los lectores de Galeano.

Es Gonzalo Calcedo un autor de relatos avalado, además de por la gran variedad de libros que tiene en su haber, por ganar en  dos ocasiones el Premio NH (una al mejor libro inédito de relatos y otra al mejor relato presentado en solitario) y por haberse alzado en solitario con el Premio Alfonso Groso al mejor libro de cuentos. Decir esto de un autor delimita un poco el terreno de juego en el que nos estamos moviendo ya que, si bien el relato corto como género goza de un inmejorable prestigio (pocos son los escritores que no se acercan en algún momento de sus carreras literarias al mismo), dicho prestigio no suele verse correspondido por una decidida apuesta editorial. Tropo, puede decirse que es de las pocas que lo hace, junto a alguna otra que no mentaré por respeto, y a ellas les debemos la reivindicación del mismo. Ahora, dicha editorial acaba de reeditar Liturgia de los ahogados (Premio Alfonso Grosso 1997) y Otras geografías (Premio NH 1996) y lo hace en un solo volumen, Siameses porque, en palabras del propio Calcedo, fueron dos libros delgados, menudos, hoy son siameses. Son relatos con reminiscencias de Carver, Ford, Melville, Cheever…, relatos de iniciación de quien sin duda es, con permiso del granadino Ángel Olgoso, uno de nuestros mejores cultivadores del relato corto. Decía en una entrevista que “los latinoamericanos representan el ingenio, el artificio de las palabras y su tramoya; se aproximan a la realidad desde la ‘literatura’, dando rodeos. Los norteamericanos contemplan la vida de frente, ejercen de forenses de las situaciones, se codean con los mitos de la modernidad con la ropa de andar por casa, lo cual no quiere decir que carezcan de técnica, muy al contrario”. Siameses es un ejemplo de todo ello. Qué bueno sería volver a verlo en las mesillas de los hoteles.

Luis García
Las Cartas del Norte

************************************************************************************

. También la realidad se inventa. Fernando Delgado. Planeta (Barcelona, 2012)

. Los hijos de los días. Eduardo Galeano. Siglo XXI (Madrid, 2012)

. Siameses. Gonzalo Calcedo. Prólogo de Juan Bonilla y Carlos Castán. Tropo Editores (Zaragoza, 2012) 

Luis García

Luis García, ha colaborado en, entre otros medios, Clarín, Lateral, El Péndulo, Mercurio, Turia, Cambio 16, La Clave, El Siglo de Almería, La Opinión de Granada, y los suplementos El Argonauta de El Diario de Ávila y el de La Nueva España. Mantuvo la sección Cartas del Norte en el suplemento La Mirada, del Correo de Andalucía, y en El Mirador, de El Diario de Andalucía. Es Director de Contenidos de www.literaturas.com y escribe en Cuadernos del Sur de El Diario de Córdoba; Oviedo Diario y El Comercio. Sus relatos y poemas se pueden leer en Fábula, El Cobaya, La Pluma y el Tiempo, Barcarola, o Galerna.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Previous Story

«Hombre muerto corre», de E. P. Kaplan

Next Story

«La soledad del lector», de David Markson

Latest from Reseñas