Do it! Escenarios de la revolución. Jerry Rubin
Traducción de Pablo Ãlvarez Ellacuria
Blackie Books (Barcelona, 2009)
Publicado originalmente en 1970, Do it! es el manifiesto yippie; la crónica de una etapa vital para los que estuvieron implicados; el testimonio de un sueño utópico hecho realidad durante un corto periodo de tiempo; el puntapié al orden establecido hecho texto; la guÃa de lo que pudo haber sido y acabó siendo a medias; un canto a la libertad; el manual de guerrilla urbana por excelencia. Pasado el tiempo, en el alegato de Jerry Rubin reconocemos el eco de la Revolución, de la izquierda subversiva, del grito comunista, del clamor en la calle, de la lucidez ácida. No es de extrañar que el libro fuera incómodo, censurado, por lo que dice y por cómo lo dice.
El grito y, a la vez, el movimiento que definió a esta especie de brazo polÃtico de los hippies (sin ser hippies), surge en una reunión de fumetas una Nochebuena, en la que se encontraban Paul Krassner, un periodista satÃrico afÃn al movimiento y el dueto Jerry Rubin-Abbie Hoffman, dos de los lÃderes del CDV (Comité del DÃa de Vietnam). En sus batallitas contra el sistema, utilizaban este grito caracterÃstico que convirtieron en las siglas de Young International Party, nombre que ya ofrecÃa algunas claves para entender el significado de sus acciones: fiestas en las que ondeaban la bandera pacifista y se aupaban como abanderados de un nuevo sistema crÃtico con el capitalista.
Rompiendo esquemas, los activistas de este movimiento convertÃan en un teatro cualquier escenario donde se ejerciera el poder y se tomaran decisiones: desde un juzgado hasta la Bolsa. AsÃ, ridiculizando a las jerarquÃas y a las altas instituciones, lograban la atención de los medios y difundir sus mensajes de protesta.
Jerry Rubin es uno de los hombres clave del ’68. Desde su etapa universitaria en Berkeley, destacó como lÃder del activismo social. Como creador del CDV, fue de los primeros en manifestarse contra la guerra en Vietnam y en utilizar acciones teatrales para dar a conocer sus mensajes: desde parar los trenes en los que se desplazaban las tropas americanas a postularse para alcalde de Berkeley, pasando por un divertido asalto a la Bolsa, en el que sus seguidores quemaban billetes de un dólar ante la mirada aterrorizada de los brokers, o la creación del candidato a la presidencia del cerdo «Pigaso» . También impulsó muchas de las originales ideas creativas de los yippies, siendo las más destacadas el sabotaje de la Convención Nacional Demócrata de 1968 en Chicago y el posterior juicio polÃtico contra los «8 de Chicago», uno de los más sonados que se recuerdan.
Curiosamente, finalizada la guerra de Vietnam, se convirtió en un exitoso y acaudalado hombre de negocios.
RUN IT!
Elvis era yippie!
Fidel era yippie!
Che Guevara era yippie!
Los Panteras Negras eran yippies!
Holden Caulfield era yippie!
The Beatles eran yippies!
También los Rolling, claro!
La lista es importante… Reflejo de ideas, flujo de influencias, iconos de una generación insatisfecha que mostraba su rechazo a la autoridad y a las normas establecidas asaltando parques, quitándose la ropa, practicando sexo sin pudor y expresando libremente lo que otros querÃan hacer callar. Peleas, conflictos con la policÃa, cárcel, juicios e indignación.
El libro que ahora recupera Blackie Books es, en sà mismo, una crónica de lo que sucedió con este movimiento y, además, el programa ideológico del mundo yippie. En ambas direcciones, Do it! resulta excepcional: como crónica, Rubin nos introduce en el mundo revolucionario a través de los episodios que marcaron sus pasos: el encuentro con el Che, quien le abrió los ojos («Vosotros, los norteamerikanos, tenéis mucha suerte. VivÃs en el vientre de la bestia. Estáis librando la pelea más importante de todas en el corazón mismo de la batalla»), las huelgas universitarias, sus acciones con el CDV, las primeras incursiones polÃticas, los juicios y la marcha contestataria hacia Chicago, entre otros. Como panfleto, se incluyen las bases ideológicas del movimiento desde un punto de vista absurdo, sin dejar de lado el cinismo («lo que los yippies entendemos por diversión es derrocar al gobierno»; «para ser yippie tienes que ver televisión en color al menos dos horas al dÃa, en especial las noticias»; «cuando alguien se pasa más que los yippies, es hora de pasarse más todavÃa o de disolver los yippies»).
Pero aún hay un tercer contenido, quizás el más significativo, que son las propias reflexiones de Rubin acerca de la sociedad, la polÃtica, la guerra, los mass media, la justicia. Estamentos e instrumentos que utilizó para lanzar su mensaje, sin miedo a las consecuencias («un movimiento que no está dispuesto a arriesgar daños, o incluso muertes, no vale una mierda»). Las armas empleadas fueron las que encontró a su paso, sus propios enemigos le pusieron en bandeja un altavoz que provocó la adhesión de miles de jóvenes, cada uno con ideales diferentes, pero unidos por el pensamiento libre. Esas reflexiones directas son las que otorgan al personaje el valor de lÃder, aunque muchas fueran originadas por otros en las largas y divertidas sesiones acompañadas por alcohol y marihuana. Rubin las hacÃa suyas y formaron parte de la «Biblia» yippie.
ILLUSTRATE IT!
Un manifiesto de esta calaña no podÃa estar completo sin ilustraciones que hagan del libro un objeto. El diseño de Do it! es tan espectacular, tan exclusivo, que se hace imposible entenderlo sin el trabajo de Quentin Fiore, uno de los grandes diseñadores gráficos de la historia, autor, junto a Marshall MacLuhan, de El medio es el masaje. Influenciado por todas las tendencias, sin hacerle ascos a nada, pasó del dadaÃsmo al expresionismo, el pop-art, el cómic… En Do it! dio rienda suelta a su imaginación ofreciendo un grafismo acorde al contenido: collage de imágenes, caricaturas, fotos, juegos tipográficos, dibujos… Es todo un acierto por parte de la editorial española el haber respetado el trabajo de Fiore, sin el cual serÃa imposible entender la trascendencia del libro como tal.
FINISH IT!
Quizás la obra de Rubin llega demasiado tarde para resultar efectiva, aunque podrÃa verse como la versión hardcore de los libros de autoayuda, lo que no estarÃa nada mal si tenemos en cuenta el éxito del género. Por supuesto, queda como testimonio de la juventud del ’68 y de los movimientos pacifistas y revolucionarios que coincidieron en una época de protesta en todo el mundo. Y un modelo que, a nivel sociopolÃtico, deberÃa ser estudiado en las universidades de una manera más profunda, ya que muchas de las ideas vertidas por estos locos idealistas resultan ser los pilares en los que se asientan la mayorÃa de los discursos actuales de movimientos solidarios, ONG’s, partidos verdes y, claro, liderazgos polÃticos «de buen rollito». Es, en definitiva, un bien cultural que conviene recordar más de lo que lo hacemos.
José A. Muñoz
Qué buena pinta tiene este libro, creo que me haré con él, gracias por la magnÃfica reseña, un saludo de un lector asiduo.
¿ONG’s? ¿Movimientos «del buen rollito»? Si a algo ha podido influenciar es a los movimientos más contestatarios, que aún siguen vivos y coleando. Situacionistas, anarquistas, movimientos asamblearios, autónomos, izquierda radical, movimientos de parados etc…