El papel está en crisis y todavÃa no se ha desarrollado el libro digital. ¿Acaso se lee menos? Schiffrin niega y matiza: “No se lee menos, se lee otra cosa. El sistema editorial, hasta los ’80, perseguÃa una rentabilidad de un 2%. Ahora se exige un 10% de beneficio. Esto provoca un cambio en los catálogos, puesto que no se asumen los riesgos que se asumÃan y se publican menos tÃtulosâ€.
“Todo ha cambiado,†murmura. “Soy un viejo editor del siglo XX, y veo las cosas de otra forma: el editor debe publicar, además de lo que los lectores quieren, lo que deben leer. Muchas grandes obras están entre nosotros por la confianza de criterio de sus editores, y el nuevo modelo lo hace muy complicadoâ€.
Las librerÃas
El problema se ceba en las librerÃas. La vida media de un libro en depósito ha bajado vertiginosamente, hasta el punto de que algunas novedades permanecen una semana, e incluso menos, en la mesa de novedades. Schiffrin explica que “cuando era un joven librero, un libro que vendiera dos ejemplares en un año permanecÃa en los estantesâ€. Aquel era el reglamento de la Asociación de Libreros.
Pero las grandes superficies, como Barnes & Noble, siguen la pauta de los conglomerados de comunicación: sólo ofrecen lo que vende mucho. Destaca el caso de dos librerÃas vecinas, una grande y una independiente: “sólo el 4% del catálogo coincidÃa.†Sin embargo, las pequeñas desaparecen al no poder asumir los costes, y ahà se conjuga el problema del libro con el inmobiliario.
Y hay un nuevo factor: Amazon, la tienda online que envÃa libros a domicilio y cuenta con un stock enorme. Si David es la pequeña librerÃa y Goliat la gran superficie, “Amazon llega como un Super Goliatâ€, ilustra este editor.
Una de las soluciones que aporta es la de Noruega. AllÃ, el Estado surte las bibliotecas públicas con una gran cantidad de libros nuevos, de forma que las editoriales, pequeñas y grandes, tienen asegurada una cuota de venta. ¿Pueden considerarlo injusto los contribuyentes que no leen? Schiffrin alude a las experiencias francesa y noruega: “jamás se ha generado este debate allÃ, y hay mucha gente que no lee. Se trata de convencer a la gente de que tener ideas en circulación es bueno para todosâ€.
Pero antes de terminar la entrevista, Schiffrin repite, tajante: “digital o en papel, la catástrofe del sector editorial es el beneficio que se exige a los libros. Antes, el editor tenÃa pasión por su oficio, no codicia por un negocioâ€.