«Carretera abierta al amanecer», de Alejandro Díaz del Pino

Carretera abierta al amanecer.
Alejandro Díaz del Pino
Premio de Poesía Andalucía Joven
Renacimiento (Sevilla, 2011)

Diversos puntos de vista, subsumidos todos dentro de una atmósfera sombría, conviven en el primer libro de Alejandro Díaz del Pino (Málaga, 1984), que con Carretera abierta al amanecer se alzó con el Premio de Poesía Andalucía Joven 2010, publicado por Renacimiento. La cita inicial de Kerouac (cuyo resumen sería que todos buscamos penetrar en el corazón de las cosas) es preludio de lo que se encuentra el lector en sus páginas, añadiendo que el quehacer de Díaz del Pino, a mi modo de ver, consiste en entrar en el corazón de las cosas cotidianas, lo que no excluye que el libro posea una fuerte presencia de la reflexión abstracta, con tintes que rozan lo metafísico, normalmente ambientadas en un contexto nocturno y, en mayor medida, durante el amanecer (de ahí el título).

Alejandro Díaz del Pino (foto: desencaja.es)

Como decía más arriba, el mundo que presenta Alejandro Díaz es sombrío, oscuro, agobiante; versos como “Y es cierto / todo eso que ya sabes: // la tinta enferma de la piel / con la que el hombre rompe al hombre, / la humillación, con sus omnipresentes maneras; / el trauma cotidiano de salir de la cama, / esa verdad de mierda / que resume sabernos nada.” u “ Otra vez por las calles, impuntual / con la tristeza a cuestas, madrugada / que destiñe en los ojos, la palabra / perdida en este mapa personal,/ pero ajeno; otra vez la soledad / con su delicadeza puta, parca;”, me lo confirman. El intento de salir de esa angustia se produce a través del amor o del sexo, única redención, única carretera por la que escapar. Ahora bien, no me interesa tanto la tónica general (ya he dejado aquí una muestra de ellos) y sí comentar brevemente los temas de algunos poemas que se apartan de esa línea. Queda lugar para la reflexión sobre la poesía, sobre su creación y propósitos, o lo que yo interpreto como tal, como en el poema que abre el libro, donde convergen dos ideas: la dificultad (casi imposibilidad) de escribir y la necesidad de hacerlo: “Conversar con el silencio / a la hora exacta. /Expresar la amnesia /con cualquier eufemismo. […]Convivir en el vacío / difícil tarea / y no hay nada más / que decir // a esa hora / inexacta…”. Asimismo, aparecen poemas con una pátina de humor, que, en mi opinión, emana habitualmente de un juego con la polisemia de algunas palabras, como el que lleva por título “Conjugación del Estafilococo”, donde acaba diciendo Díaz del Pino (y perdonen que les chafe el poema): “Yo vacilo. / Tú vacilas. / Él bacilo.”.

El libro, en su aspecto externo, está estructurado de forma que cada poema lleva por título un punto kilométrico, a veces con algún subtítulo aclaratorio, pero la mayoría sin ellos, lo que dota de coherencia a un libro polisémico, en el que se tocan varios palos y que no podemos resumir bajo ninguna etiqueta temática.

No conviene, a mi parecer, desvelar mucho más sobre el libro; acaso la única reflexión personal que me interesaría resaltar, si me lo permiten, sería que estamos ante unos poemas con un planteamiento sugerente a nivel de ideas, y con un buen trabajo desde el punto de vista lingüístico, pues, sin olvidar la profundidad, sus textos no adolecen en ningún caso de recargamiento innecesario. Un buen primer paso, sin duda.

Rafael Banegas Cordero
http://arsspoetica-rafa.blogspot.com

Rafael Banegas Cordero

Rafael Banegas Cordero (Barcelona, 1989) es poeta y narrador. Ha participado en diversos recitales y ha colaborado en revistas como "Poesía y Manta" o "Piedra del Molino". Estudia Humanidades y Filología Hispánica en su ciudad natal.

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