Conversación con Albert Cossery.
Michel Mitrani
Traducción de Diego Luis Sanromán
Pepitas de calabaza (Logroño, 2013)
Alguien ha dicho, acertadamente, que, en una entrevista, la fiabilidad de la importancia del entrevistado depende sobremanera del entrevistador. Pues bien, aquà el aserto se cumple, por cuanto el escritor y realizador búlgaro Michel Mitrani ha realizado una labor encomiable para hacernos llegar el pensar-sentir de uno de los escritores acaso más desconocidos (pero de los más interesantes) del panorama europeo reciente.
De origen egipcio y formación cultural francesa, Albert Cossery viajó un dÃa a Paris y allà se quedó a vivir. Y transcurrieron en ello cuarenta años sin cambiar de domicilio de la que fue su habitación en un hotel hasta su fallecimiento en 2008. El caso es que en este escritor sobrio, directo, con un estilo desnudo que llega con un gran verismo e intensidad al lector, tiene casi como único tema la vida -entiéndase, sobre todo el carácter-, del desheredado social. Significativamente el desheredado urbano en su paÃs natal, Egipto.
¿Se trata de una literatura de realismo social? SÃ, pero serÃa una descripción muy pacata para definir su prosa refinada, elegante, profundamente descriptiva, hecha de imágenes fácilmente representables por la imaginación del lector.
Sus héroes, más que marginados al uso son unos soñadores cuyo objetivo de burla permanente son los poderes establecidos -hipócritas por naturaleza- y que han llegado a hacer de la pereza un arte de vivir. Una cultura de la dignidad, la más sencillamente humana, la más sutil.
Se trata de un libro-entrevista pero debe entenderse que va más allá por cuanto, para cada tema abordado, están los fragmentos de las obras de Cossery (no muy numerosas) para introducir o refrendar cuanto se cuenta aquÃ, cuanto se piensa: “La multitud humana que deambulaba con el ritmo despreocupado de un paseo veraniego por las aceras deterioradas de la ciudad milenaria (siempre El Cairo como fondo, su ciudad de origen) de Al Qahira, parecÃa adaptarse con serenidad, e incluso con un cierto cinismo, a la degradación incesante e irreversible del entornoâ€.
Dice que sus “temas†los deriva de recordar con exactitud lo que vivió de niño, incluso en su ambiente familiar, que en ocasiones le sirve de modelo, y sostiene por eso, a pesar de su exilio voluntario, que “Egipto nunca me ha abandonadoâ€.
Pobreza y droga suave para sobrellevar la incomprensión de los corruptos estamentos administrativos, amor y humor, la mujer (joven) como un referente inexcusable… El libro no sólo enseña la noble naturaleza de un hombre y escritor, sino que, me temo -y para nuestro bien-, es una invitación irrenunciable a seguir leyéndole.
Ricardo MartÃnez
www.ricardomartinez-conde.es