Drew Hayden Taylor | Foto: Appaloosa

Cuando la magia regresa en motocicleta

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Drew Hayden Taylor | Foto: Appaloosa
Drew Hayden Taylor | Foto: Appaloosa

Tiene un gran parecido a David Foster Wallace. De hecho, al verlo enfundando en unos vaqueros ajustados, con botas de cuero y camisa blanca con un dibujo nativo, se diría que fuera connatural a este hombre polifacético el andar en compañía de pastores alemanes –como en la icónica fotografía de DFW con su mascota- o hablar sobre la interacción de la Naturaleza y el hombre. El hombre ojibwa de la nación indígena de Curve Lake, en Canadá, para ser más concretos.

La sangre nativa de Drew Hayden Taylor, novelista, dramaturgo, periodista y guionista, se refleja en sus libros mediante una de sus vertientes más conocidas, la de humorista. Su tercera novela para adultos, Motocicletas & Hierba de bisonte, se convirtió en un bestseller en su país de origen y fue finalista de los premios literarios del Gobernador 2010 y del Premio de las primeras naciones aborígenes de Canadá, este mismo 2013.

Las dos sociedades, la blanca y la indígena están presentes, cómo no, en esta novela editada por Appaloosa en España. Pero, sobre todo, en sus páginas está presente la magia, elemento fundamental para el autor, en el que incide nada más comenzar la entrevista:

“Creo que todo es posible y lo trato de transmitir en este libro. He publicado unos veintitrés y nunca fui a la universidad. Soy un miembro de las masas no educadas y he llegado adonde quise. Así que soy un creyente firme en la magia, en cualquiera de sus formas”. De ahí la seducción de Motocicletas & Hierba de bisonte: el lector se imbuye en el “todo es posible” gracias al protagonista, John, un atractivo motero de largo pelo rubio y ojos verdes que, montado en una Indian Chief, llega al pueblo indígena de Otter Lake con una misión especial. “Cuidado –aclara el autor- John, que también encarna al mito de Nanabush, un ser mitológico en el que se encuentran todas las pasiones humanas- no es Superman. No llega a la Reserva para solucionar todos los problemas. Él es un recurso, un conducto, una herramienta a través de la cual mejorar, volver a la esencia de la Naturaleza, vernos a nosotros mismos. Propicia el entorno para mejorar las vidas de Maggie, Virgil o Sammy”.

Appaloosa Ediciones
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A pesar de la fuerza del terrenal John, convertido a ratos en el mito de Nanabush, el resto de personajes gozan de un amplio abanico de virtudes y defectos con los que el lector se identifica: una mujer viuda y madre que tiene que conciliar vida familiar con el trabajo (Maggie, la jefa de la reserva india); Virgil, su hijo adolescente; Lillian, la madre de Maggie y antigua novia de John; o Wayne, el solitario hermano de Maggie. Todo un clan que ve tambalear sus cimientos con la llegada del inmortal motorista.

La diferencia existente entre la narrativa de Hayden Taylor frente al resto de literatura aborigen es que el primero destaca el humor de su pueblo, hasta ahora soterrado por la seriedad de la lucha por las tierras frente a los blancos y por la defensa de sus derechos. Temas que también aparecen en Motocicletas & Hierba de bisonte pero de un modo natural y fresco que puede llevar, incluso, a la carcajada.

“En ocasiones, los propios indígenas llegamos ser nuestros peores enemigos. Hay muchas disputas internas en la comunidad nativa. Hay 630 comunidades nativas en Canadá. Somos gente de ambos océanos, gente de las montañas, gente de las llanuras, gente de los bosques, gente del Ártico. Nos agrupan como una nación aborigen, pero somos docenas. Así que es inevitable que haya discusiones, peleas y una falta de objetivos políticos cohesivos”. Pero la visión optimista de Hayden Taylor vuelve siempre: “Claro que hay muchos problemas con el gobierno, pero, si los comparamos con cómo era todo hace 50 años, son considerablemente distintos y ahora tenemos la capacidad de afrontarlos. Hace 50 o 60 años no teníamos ninguna manera de hacerlo. Por ejemplo, antes era ilegal que los nativos contrataran a abogados o que pudieran asistir a la Universidad. Incluso que pudieran votar. Ahora, sabemos qué herramientas tenemos”.

Una de ellas es la creencia de tono animista del pueblo ojibwa, muy presente en la novela. Los personajes se hayan en comunión con la Naturaleza que les rodea y existe un despliegue fascinante de atrapasueños, hierba dulce o de bisonte, mapaches que hablan, danzas sensuales bajo la luna y pasiones atemporales que crean un imaginario selvático, muy del realismo mágico. Inevitablemente se cae en las redes de una cultura que posee, en palabras de Hayden Taylor

“Una conexión única con la tierra”. “La diferencia principal entre el cristianismo y la espiritualidad nativa es que formamos parte de la tierra, somos uno con ella, tan importantes como un ciervo, un pájaro, un oso. Mientras que la Biblia dice que Dios nos dio dominio sobre la Naturaleza y que se puede cambiar a ésta de la manera que queramos por una especie de ‘destino manifiesto’, nosotros creemos que formamos parte de un panorama más amplio. No somos los dueños de lo que nos rodea”.

Otra de las características de su cultura es la importancia de la tradición oral, en manifiesto declive frente al avance de la tecnología. Como un narrador contemporáneo, el novelista ha contado historias alrededor del fuego y también lo ha hecho en un escenario o en la pequeña pantalla.

“Pero se pierde algo cuando hay cámaras de por medio”, afirma el autor. “Como doy muchas conferencias y suelo hablar de lo que hago, creo que mantengo un cierto je ne sais quoi, un cierto conocimiento de cómo llevar a un público en un viaje. Me crie escuchando las historias que mis abuelos contaban y sé contar una buena historia oral. Pero también sé contar, sé progresar hasta la etapa de la lengua escrita. Es cuestión de elegir la forma de contar lo que quieres. Pero las leyendas están desapareciendo por culpa de la televisión. La gente no sabe imaginar, quieren que se lo imaginen todo por ellos.”

Hablamos del poder absolutista de la pequeña pantalla que ha convertido los mitos atemporales en otros mucho más rápidos de consumir y de olvidar.

“Siempre necesitamos mitos, sean mejores o peores. Los mitos son importantes porque no puedes saber adónde vas hasta que sepas dónde has estado.” ¿Cuáles son los mitos actuales de hoy día? “No entiendo esa pregunta. No sabría contestar eso. Algo que me parece interesante es que, hasta hace treinta o cuarenta años, casi todas las menciones, fueran literarias o verbales o proverbiales, pertenecían a la Biblia o a Shakespeare. Hoy en día, pertenecen a Los Simpson. O a Star Trek. Ahora la gente cita a Bart Simpson. Habría que analizar ese cambio en profundidad”.

Mientras más habla el autor de la mitología nativa, más parece estar el mundo blanco huérfano de una propia, aunque Hayden Taylor piense que nosotros también buscamos la magia.

“Todas las culturas tienen un interés histórico y una creencia en un entorno cuasi mágico. Creo, a diferencia de lo que opinas, que existe un nuevo impulso para redescubrir esa pasión por la magia. ¿Y qué es la magia? ¿Cuántas definiciones existen? ¡Múltiples! Una parte del viaje o de la trayectoria individual que todo el mundo debe hacer consiste en encontrar esa magia, la específica, la que funciona para ellos”. Y suelta a continuación una carcajada: “¡Qué bien suena esto que he dicho, que alguien lo apunte!”.

Este hombre que nunca pensó en ser escritor –y que todavía piensa que le van a descubrir fingiendo que lo es- volverá tras su gira europea a una casa rodeada de cientos de acres de esa tierra en la que se inspira. Una tierra sin domesticar, tan salvaje como ese protagonista que seduce a las mujeres de un pueblo nativo a base de leyendas y de bailes ancestrales. Un hombre fieramente humano, pues ésa es la esencia del mito de Nanabush, que ronda cada página de su novela:

“Nanabush, aunque se haga mortal en la piel de John, es una criatura de apetitos. Quiere lo que quiere cuando lo quiere, sea comida, aventura o mujeres. Y tenemos que aprender de sus deseos, de sus errores. E intentar no copiarlos. Es la encarnación de lo que somos”.

Para conocer a la parte más seductora de la naturaleza humana, sólo hay que acercarse hasta este libro singular y altamente poético.
Si de cada lectura se construye un imaginario propio, de la reserva de Otter Lake se crea un aura de incredulidad. Porque sigue siendo fascinante la interacción entre el soberbio occidental y la errática Naturaleza. Porque, aunque parezca mentira, narradores como Hayden Taylor siguen trabajando sin más objetivo que el de recuperar la magia.

 

Carmen Garrido

Carmen Garrido (Fernán Núñez, Córdoba, 1978) es poeta y periodista especializada en Relaciones Internacionales. Premio Andalucía Joven 2008 con 'La hijastra de Job' (Editorial Renacimiento), en 2011 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Fundación Cultural Miguel Hernández por su poemario 'Garum' (Editorial Devenir), y fue designada autora 2011 de la Diputación de Cádiz con 'El parteluz' (Proyecto Alumbre).

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