De camino al encuentro de Fernando Sáenz, con quien ya habÃa intercambiado algún que otro mail, pero al que no conocÃa personalmente, me preguntaba cómo serÃa aquel hombre que, obviamente, sabe tanto. Cuando llegué al Comercial, me encontré con un hombre amable, de mirada serena y acento extraño para ser de Madrid (ciudad en la que yo le situaba de nacimiento). Fui sacada del error inmediatamente “soy de Algecirasâ€. Un gaditano y una gaditana ante una cerveza frÃa, de ahÃ, obviamente, debÃa salir una entrevista amena.
Hay que estar muy loco para montar una editorial de poesÃa, ¿no?
Bueno, yo no soy un editor de poesÃa, soy un editor literario. La especialización, digamos, en poesÃa viene por azar. Cuando creamos Calambur no pensamos que fuera una editorial de poesÃa, sino una editorial literaria. De hecho empezamos con una colección de narrativa de temas muy curiosos: de repente empezamos con narrativa de tema taurina y narrativa de humor anglosajón (Swift, Bierce). Y luego fue el azar el que nos derivó hacia la poesÃa sin que nosotros pusiésemos especial interés.
Si os dedicabais a la narrativa taurina, conocerÃas a Fernando Quiñones, ¿no?
Claro que sÃ. No llegué a conocerlo personalmente, pero sà conozco su obra, su entrevistas, sus comentarios, sus chistes.
¿Y todavÃa hay mucho de taurino en este paÃs?
Yo creo que cada vez menos. El otro dÃa leà un comentario que creo que es muy acertado de alguien que decÃa que los propios taurinos son los que se están cargando los toros. Se ha convertido en un negocio tan repugnante que ya queda poco del supuesto arte que pueda haber en la llamada Fiesta Nacional. Si hubo alguna vez alguno, cada vez queda menos.
Libros del Aire por Cernuda. Libros del aire por “Calle del Aireâ€. Yo no sabÃa que Renacimiento tiene una revista que se llama “Calle del aire†y para no entrar en colisión con ellos, pensé en cambiar a Ediciones del aire, pero habÃa ya una editorial que se llamaba de una manera parecida, asà que, finalmente, se quedó el nombre que tiene ahora: Libros del Aire.
O sea, que estás condenado a la poesÃa…
Al aire… (risas)
Bueno, sÃ, porque editar poesÃa es querer vivir del aire, ¿no?
SÃ, sÃ. Editar poesÃa cuando uno no tiene mucha ambición de tipo económico es posible. Editar poesÃa conlleva poco gasto y tiene un nicho comercial, como se dice ahora, muy fijo, muy fiel, pero también muy pequeño. Cuando uno edita poesÃa le pasan cosas bonitas y tiene sus gratificaciones. El mundo de la narrativa es un mundo muy cruel, muy competitivo, muy difÃcil. El mundo del ensayo cada dÃa está peor… En cambio, en el mundo de la poesÃa hay una posibilidad de salir adelante.
Pero tú eres un poco funambulista, ¿no?, porque Libros del Aire sale con una colección de poesÃa y otra de ensayo, dos géneros que no son los que más se venden, sólo te queda editar teatro…
SÃ, la literatura es eso, no hay otra.
También es muy valiente que un editor se incline por géneros de los llamados “minoritariosâ€. Todos sabemos que una novela puede vender fácilmente 1.000 ejemplares, pero vender esa cantidad en poesÃa es prácticamente imposible.
1.000 ejemplares de una novela para una editorial pequeña es un número aceptable, pero para una editorial mediana es un número inaceptable. Con menos de 5.000 ejemplares vendidos no se repite la edición.
En poesÃa hay que estar acostumbrado a números muy pequeños. Lo que ocurre es que estamos ahora con sistemas de impresión muy distintos, contamos con la edición electrónica, contamos con una cantidad de cosas… La gran dificultad de la poesÃa es llegar al lector. Hay unas estructuras comerciales que están impidiendo que lleguen los libros de poesÃa a los lectores, que, a veces, ya los conocen porque la difusión por la red está funcionando muy bien, pero van a la librerÃa de su pueblo y no tienen ese libro, ni lo van a tener. Incluso las librerÃas de su ciudad lo tuvieron hace un mes, pero ya no lo van a volver a tener porque no lo van a reponer.
El conocimiento de las novedades está funcionando bien porque hay mecanismos de difusión ahora mismo que hacen que sea posible dar a conocer los libros, pero el hecho de que llegue el libro fÃsico es lo que está complicado. Creo que la idea es saltarse todos los mecanismos intermedios.
¿El distribuidor es el que más va a sufrir con la llegada de la edición digital?
Lamentablemente, sÃ. El distribuidor y el librero también.
¿Crees que serán las librerÃas especializadas las que van a triunfar finalmente?
Las librerÃas especializadas y de fondo son las únicas que me interesan.
¿Va a apostar Libros del Aire por autores nuevos?
SÃ. Libros del Aire ha comenzado con una colección de poesÃa que se llama “JardÃn cerrado†que también se llama asà por Cernuda. Arranca con una colección de poesÃa que pretende llegar al lector por medio de suscripción para el 2010. Pero mi idea es tener también colecciones de cierta narrativa y de ensayo filosófico que son los géneros que, con la poesÃa, más me gustan.
La idea con la que arrancamos, porque salÃamos de la nada, era montar una colección de poesÃa con “nombres ilustresâ€. Es verdad que los cinco nombres que hemos pergeñado para este año son nombres grandes. Pero mi idea es introducir también obras de personas que tienen menos obra editada.
Editar poco y editar cosas que tengan interés, ya sea porque los nombres estén ya consolidados, ya sea porque los textos lo merecen.
Yo hablaba con otro poeta, Hasier Larratxea, de que para mà hay dos tipos de poesÃa en la actualidad: la “poesÃa outâ€, que es la que se crea pensando un poco en montar una performance en torno a ella; y la “poesÃa inâ€, que es la que, para mÃ, tiene más poso. ¿Cuál es la poesÃa que más sigue Fernando Sáenz?
Yo sigo de todo. No creo en los grupos… No sé, hace poco tuve ocasión de ver un espectáculo poético en Facebook, un vÃdeo que me pareció lamentable. A mà me gusta todo tipo de poesÃa. No es para mà muy importante la cuestión de la performance.
Vamos, que no te interesa tanto el envoltorio como lo que contiene.
No, no. No crea que sea una cuestión de envoltorio, sino que es una cuestión de lenguaje. Es la palabra.
¿Por qué crees que se ha producido en España, desde el siglo XIX, un alejamiento del ensayo, teniendo este paÃs grandes ensayistas como Jovellanos, también de la poesÃa y hay un mayor número de lectores de narrativa?
Yo creo que es la facilidad. La narrativa es muy fácil, entretiene. La lectura es un placer, pero el placer más fácil, el que requiere menos esfuerzo a priori porque, claro, luego hay narrativa muy complicada. La novela es la que llega a las masas. Tenemos tendencia a consumir distracción facilona. La edición se ha convertido en una industria, como le ha pasado al cine. Da pena ver en lo que se ha convertido el cine. Salvo excepciones. Seguramente será para llorar también lo que está empezando a pasar con la narrativa. Pero siempre habrá buenas pelÃculas y buenas novelas. Alguien decÃa que los bets sellers sirven para financiar las obras de calidad. No sé si habrÃa que decir mejor de “caridadâ€.
De hecho hay editoriales que según saca un libro piensas: esa novela es mala.
SÃ, piensas, esa novela se va a vender mucho, pero seguramente será mala.
En este paÃs hubo un momento en el que casi todos los poetas se tenÃan que exiliar por el franquismo y, en aquel momento, surgió un grupo de cantautores que tomó el relevo y componÃa letras realmente poéticas. Ahora, también la música ha caÃdo un poco en esa facilidad para llegar a la masa. ¿Crees que está interrelacionado, o piensas que los medios de comunicación van por un lado, la música por otro, la poesÃa por el suyo…?
Sà y no. Conozco escritores que creen y mucho en esa interrelación. Muchos creadores están en ese asunto. Mi amigo Ilia Galán es un buen ejemplo. Calambur ha publicado cosas de poesÃa y música.
¿Cuál es la figura de la mujer en el mundo literario?
Yo no sé si hay una literatura de mujeres, quizá yo no la pueda diferenciar. Quizá la de Virginia Woolf, la de Luisa Futoransky. Hay mujeres muy valiosas en el mundo literario. En la creación y en el campo editorial. Creo que en nuestro mundo no hay mucho machismo. Cuando estaba codirigiendo Calambur, habÃa muchas mujeres jóvenes haciendo poesÃa. Escritoras estupendas como Beatriz Russo, Vanesa Pérez-Sauquillo y muchas otras.
¿Alguna vez te has dicho esta persona es buena, o este libro va a vender mucho y te has equivocado?
SÃ, me he equivocado algunas veces. No en que un libro se iba a vender mucho, pero sà he creÃdo que un tÃtulo iba a funcionar y luego no ha sido asÃ.
¿Y qué se siente?
Mucho coraje porque uno se equivocó y porque no entiende nada.
¿Las editoriales pequeñas compiten con las grandes en igualdad de condiciones para subvenciones?
Compiten bien. Hay una gran sensibilidad en la Dirección General del Libro a ese respecto. Si analizas los resultados de las subvenciones del Ministerio de Cultura, verás que no hay ningún favoritismo.
Y si te digo el nombre de algún poeta, ¿te mojas? ¿Me dices qué te parece de verdad?
Si lo conozco, sÃ.
Carlos Edmundo de Ory.
MagnÃfico. Ha sido poco reconocido, pero el mundillo poético lo adora. Yo también le adoro, además de considerarle un poeta magnÃfico. Es muy simpático. Yo tuve la oportunidad de visitarle en su casa de Amiens porque en Calambur publicamos los últimos Aerolitos que tenÃa.
Gloria Fuertes.
Es una poeta popular. Una poeta entrañable, una mujer entrañable.
Luis GarcÃa-Montero.
Es un hombre mimado por la fortuna, envidiado y muy criticado. A mà me parece que tiene sensibilidad y sabe llegar muy bien a la gente. Me gusta y me encantarÃa editarlo.
Chantal Maillard.
Me gusta. Tiene una escritura complicada, muy sugerente, muy llenas de pistas. Me inquieta y me gusta.
Fernando Quiñones.
Sólo conozco su prosa y me encanta. Me parece una escritura fresquÃsima y con muchÃsima gracia..
Si a usted le vinieran Byron, César Vallejo o Manuel Altolaguirre con un manuscrito ¿a cuál de los tres le dirÃa no?
A ninguno, por supuesto.
Carmen Moreno
http://letratlantica.blogspot.com