Quien sin conocer a Enrique Vila-Matas se tope de frente con la portada de Ese famoso abismo, quedará a partes iguales fascinado y extrañado por el rostro que le mira. La impostura que el fabulador encarna es reflejo fiel de una vida consagrada a sumergirse en lo abisal de la imaginación. Considerado un «raro» en sus inicios, debido a una forma singular de entender la narrativa, hoy es uno de los escritores más excepcionales de la literatura en lengua castellana. La periodista cultural Anna Maria Iglesia penetra con maestrÃa en su universo narrativo y de referencias artÃsticas y literarias, junto a recuerdos y anécdotas personales del autor. Como la Alicia de Lewis Carroll se asoma y nos asoma a una de las mentes más fascinante de la literatura contemporánea. El resultado es una extraordinaria recopilación de conversaciones reunidas por la editorial WunderKammer (2020) en su, ya de culto, Colección áurea.
Felicidades por el libro, ¿ha sido fácil conversar con Vila-Matas?
Sólo puede decir que ha sido un lujo trabajar con él. Ha sido muy fácil y además nos hemos acompañado en pleno confinamiento con este trabajo. No hubo encuentros presenciales, todo se ha realizado a través del correo electrónico.
¡Qué suerte levantarte por la mañana y encontrarte con un correo suyo!
¡Desde luego! Correos y también llamadas, fue algo muy bonito porque, como nos ha sucedido a muchos, el confinamiento ha sido especialmente difÃcil. Estas conversaciones han resultado ser un placer intelectual y una compañÃa determinante en momentos tan complicados. Enrique ha sido muy generoso.
Para empezar, es una conversación entre una periodista cultural y un escritor consagrado con una diferencia de edad de casi cuarenta años. Eso es casi una declaración de intenciones.
¡Lo es! Leo a Vila-Matas desde hace muchÃsimos años, en parte gracias a mi profesora de literatura, Paula Massot, que me lo dio a conocer. La idea con estas conversaciones es la de confrontar esas lecturas teniendo en cuenta la diferencia generacional, porque asà se da otra perspectiva diferente. Sobre todo, porque no es una lectura que se realice de forma lineal a medida que él publica, sino que cuando yo le leo ya ha publicado mucha de su obra y es un autor consagrado, lo que resulta en una lectura marcha atrás, pero con la mirada contemporánea. Además, no compartimos el mismo tiempo histórico y cultural, el tiempo de vida, y eso es importante porque la mirada es diferente.
El gesto de tu profesora dice mucho de la importancia de este gremio a la hora de hacer lectores.
Sin duda. Si yo comencé a leer aquel verano que marcará mi vida fue porque ella me estimuló a leer, incluso cosas que yo mismo no entendÃa, como Pedro Páramo de Juan Rulfo, y me decÃa «Â¡No importa, sigue adelante!». HabÃa cosas que se me escapaban, escenarios que no conocÃa, o referencias culturales completamente ignotas, pero ella siempre me animaba a continuar. Y por su puesto a leer más allá de las lecturas obligatorias, que muchas veces pueden tener el efecto contrario… Paula Massot también me dio a conocer a Vila-Matas, su marido, y me regaló un libro suyo de la biblioteca de la casa de ambos. Historia abreviada de la literatura portátil. Ese fue el primer libro que leà de él. Aunque me lo dio ella, me dijo que la elección vino de ambos, de Paula y Enrique.
¿Por qué precisamente Historia abreviada de la literatura portátil?
Nunca supe exactamente por qué, pero sà te puedo decir que en su dÃa me entusiasmó y hoy me sigue interesando mucho porque abre cantidad de puertas. Es un libro difÃcil de catalogar. Algunos textos se pueden leer como relatos, o como ensayos. Conmigo logró que yo diera ese paso de dejar de ser una lectora de libros más inocentes -literatura más fácil o más juvenil- y pasara a ser una lectora más adulta. El libro da mucho que pensar. Posteriormente he vuelto a él y he encontrado numerosas referencias e incluso lÃneas de indagación de preguntas que él mismo formula, como la muerte de la literatura, que hace que el lector también se las haga y reflexione. Uno de los objetivos de Ese famoso abismo es interesar a los que ya conocen su obra, pero también que sea una invitación para aquellos que aún no le han leÃdo.
Da la impresión de que hay compenetración, de que lleváis tiempo conversando.
SÃ. Yo ya lo habÃa entrevistado varias veces, la primera vez para Revista de Letras, precisamente. A partir de entonces hemos tenido varias conversaciones y encuentros, generalmente en la librerÃa +Bernat, que sirvieron para intercambiar ideas. DirÃa que esta afinidad entre ambos comenzó a ser más evidente a partir de que me pidiera que presentara su libro Mac y su contratiempo y, sobre todo, cuando me propuso moderar la conversación entre él y Gonçalo Tavares, en el CCCB. Supongo que aprecia el modo en el que leo su obra, asà como la perspectiva que yo le puedo dar y se animó a participar en este proyecto en el que ha sido fundamental que ambos nos sintiéramos cómodos. Yo también he ido liberándome de los miedos iniciales de compartir con él mis lecturas sobre su trabajo. En estas conversaciones encontramos muchos puntos en común sobre los que pudimos conversar.
Viendo la cantidad de referencias literarias que manejáis me pregunto cómo tendrá ordenada su biblioteca…
Nunca he estado en la casa en la que vive ahora. Me imagino su biblioteca caótica, pero un caos con un orden interior hecho de conexiones que sólo él comprende. Desde luego no por géneros ni por divisiones nacionales, sino por un orden interior que él tiene claro y que tiene que ver con su propio imaginario. Yo creo que encontrarÃamos en la misma repisa a Pynchon, Nabokov, DalÃ, a quien él reivindica mucho como escritor… una mezcla de este tipo.
¿Por dónde empezar a leer a Vila-Matas?, ¿quizá por el Chet Baker que junto a estas conversaciones publica WunderKammer?
Chet Baker, obra que en Francia tuvo un gran eco, resume muy bien su trayectoria. Es un autorretrato literario y resume muy bien el universo vilamatiano. Se puede leer perfectamente para introducirse en su mundo literario, o, si ya se le conoce, permite entender muchas de sus claves. En cuanto a sus novelas y libros, para quien nunca le ha leÃdo, recomiendo comenzar por ParÃs no se acaba nunca, que es más ligero y ameno, aunque tiene más de una capa de lectura. También se podrÃa empezar por Bartleby y compañÃa, pero para comprender del todo esta novela hay que leer primero Historia abreviada de la literatura portátil, y desde luego Impostura, una de sus primeras novelas y donde está en gran medida el origen de su concepción de la literatura y de las lÃneas temáticas que desarrollarÃa posteriormente. Sin Bartleby, sin Historia abreviada y sin Impostura es difÃcil comprender lo que viene después.
Sobre Impostura dedica el crÃtico Jordi Llovet las siguientes palabras en La Vanguardia, en mayo de 1984: «Impostura se convierte al fin en una especie de ritual, en una misa ciertamente negra en la que no sólo asistimos al asesinato de la ficción, sino también al de aquella entidad supuesta rectora del juego literario, vaivén entre mentira y verdad: el narrador mismo. Terminada la celebración, no le queda al lector más remedio que iniciar y multiplicar la producción de lo ficticio: inventar una personalidad posible para el escritor mismo. Y, por supuesto, no fiarse ya nunca más de la personalidad propia, si la hubiera. Contra la teologÃa que preside, por analogÃa, la construcción de los perfectos mundos novelados del siglo XIX, Vila-Matas parece proponer una sólida herejÃa cuya única liturgia pasarÃa por sus libros. He aquÃ, en el caso de Impostura un libro lleno de maldad que, por lo menos, ofrece al lector la posibilidad de una sutil venganza contra el hechicero: imaginar al autor atrapado en la red de las resonancias que destila la lectura misma».
Teniendo en cuenta las categorÃas de la novela que Milan Kundera propone como ‘llamada del juego’, ‘llamada del sueño’, ‘llamada del pensamiento’ y ‘llamada del tiempo’. ¿Dónde situarÃas la novela vilamatiana?
Él se sitúa en la llamada del juego, pero también aparece mucho el elemento sueño en su trabajo. Ese sueño con lo que tiene de realidad e irrealidad. Su novela está mucho en esta frontera. Creo que su literatura tiene este concepto lúdico de ligereza. Por esto dirÃa que la novela vilamatiana podrÃa pertenecer a una nueva categorÃa a la que llamarÃa del duermevela, porque está en esa frontera entre ficción y realidad, o sueño despierto.
¿Sigue siendo Vila-Matas un «raro»?
Lo que ha cambiado en determinados cÃrculos es que la rareza de la originalidad de Vila-Matas ya no es tanta, gracias también a la literatura que ha llegado de fuera de España. A finales de siglo XX, Vila-Matas podÃa resultar raro para el lector español, pero no desde luego para el lector de literatura latinoamericana o francesa. La apertura que trajo el mercado editorial con obras que venÃan de fuera ha sido determinante para comprenderle mejor.
¿En qué escritores y escritoras actuales encuentras algo de la postura vilamatiana, en el sentido de romper todo molde establecido?
Hay autores muy interesantes, con voz original y auténtica y que de alguna manera abren un nuevo nicho de obra de autor, sin moldes existentes, como en su dÃa hizo él. Pienso en Miguel Ãngel Hernández, que en gran medida sigue a Vila-Matas, él mismo lo ha declarado, también por su forma de pensar el arte. Pero entre aquellos que sin ser Vila-Matas de alguna manera me lo recuerdan están Rubén MartÃn Giráldez, Pablo MartÃn Sánchez, Vicente Luis Mora o Fernández Mallo. Por otro lado, pensado en autoras, alguien que está haciendo una literatura muy coherente e interesante y de hibridación y que no tiene nada que ver con Vila-Matas, sino que más bien está en las antÃpodas, es Marta Sanz, muy original y auténtica. Para mÃ, es una de las autoras más destacadas actualmente, sobre todo dentro de lo que podrÃamos denominar la literatura polÃtica. Otras escritoras de aquà que citarÃa serÃan, sin duda, Cristina Morales y Alicia Kopf. Asimismo, destacarÃa la primera novela de Andrea Abreu, una escritora canaria que no se parece a nadie. Si miro más allá de estas fronteras, me quedo, sin lugar a dudas con Patricio Pron, Pablo Katchadjian, Alejandro Zambra, Valeria Luiselli, Nona Fernández, Mariana EnrÃquez, Daniel Guebel o Mónica Ojeda, cuyo libro de relatos Las voladoras es extraordinario. Dicho de otra manera, son muchos escritores los que dan una vuelta de tuerca a la literatura. Mira por ejemplo lo que hace MarÃa Sánchez con respecto a la llamada literatura rural, recupera una tradición para romperla desde dentro.
¿Con quién repetirÃas esta experiencia, también en el sentido de que te obligarÃa a inundarte en toda su obra?
El universo de Cristina Fernández-Cubas me parece muy interesante y creo que se podrÃa dar una conversación extraordinaria con ella, además para este tipo de conversación es necesario que tengan años de consagración, asà que quizá repetirÃa experiencia con ella. Por su literatura, el ambiente que crea… permitirÃa una conversación rica, profunda e interesante. Y Rodrigo Fresán dentro de unos años, porque tiene un enorme universo propio, es uno de esos autores que comentábamos antes que rompe moldes.
En vuestra conversación se aprecia ese Enrique Vila-matas irónico que tanto nos gusta a sus lectores. Esa ironÃa que siempre es un juego de distancias, de realidad e irrealidad.
Creo que la de Vila-Matas es una cercanÃa distante, propia de los grandes tÃmidos, cuya apariencia es de gran seriedad, pero luego resultan muy cercanos. Creo que con estas conversaciones he trascendido del escritor a la persona. En cuanto a la ironÃa, los dos hemos cuidado que esa distancia no acabara en malas interpretaciones, y a veces nos llamábamos para prevenir algún malentendido por una pregunta o una respuesta. El retrato que aquà queda, en estas conversaciones, es el de un escritor con un universo propio. No hay espacio para la crÃtica prosaica ni el cotilleo editorial. Vila-Matas es, tal como lo refleja, pura literatura.