Pocas noticias culturales podrÃan ser más tristes que la desaparición de quien diera tanto a la cultura catalana de los últimos veinte años. Isidor Cònsul falleció el 27 de agosto, a los 61 años, vÃctima del cáncer de pulmón que le fue diagnosticado hace un año y medio.
En los once años en los que ha estado al mando de Edicions Proa y de Pòrtic, dos editoriales pertenecientes a Enciclopèdia Catalana (ahora en el Grupo Planeta), Cònsul aportó su amplio conocimiento para darle una nueva vida a ambos sellos, manteniendo activo el catálogo existente, apoyando a figuras clave de la literatura catalana (Carme Riera, Joan Margarit o Jaume Cabré fueron algunos de sus valiosos compañeros de navegación) y dando aire fresco al panorama de las letras gracias a las obras de jóvenes autores a quienes brindó la oportunidad de publicar (LluÃs-Anton Baulenas, Mònica Zgustova, Àngel Burgas o Hèctor Bofill, entre otros). Nunca llegó a olvidar a los clásicos, lanzando al mercado colecciones de obras completas o nuevas traducciones, como la internacionalmente reconocida edición de la Divina Comèdia de Dante, traducida por Joan Francesc Mira.
Cònsul también ejerció la crÃtica en las publicaciones Serra d’Or y El Temps y se le considera uno de los más importantes especialistas en Jacint Verdaguer. Su obra como escritor fue, asimismo, representativa, a pesar de que en los últimos años su trabajo como editor y asesor de Grup 62 lo mantuvo algo alejado de la creación. El pasado año obtuvo el premio Marian Vayreda por Tractat de geografia, un dietario en el que exploraba algunos de sus viajes. En noviembre aparecerá, publicado por Empúries, Ànima de bolero, una recopilación de cuentos en la que estaba trabajando.