Hernán Rivera Letelier, Premio Alfaguara 2010

El escritor chileno Hernán Rivera Letelier ha sido galardonado con el Premio Alfaguara de Novela 2010, dotado con 175.000 dólares (unos 129.279 €) y una escultura de Martín Chirino, por la obra El arte de la resurrección, presentada con el seudónimo Manuel Madero. El jurado, presidido por Manuel Vicent y compuesto por Soledad Puértolas, Gerardo Herrero, Juan Miguel Salvador, Juan Gabriel Vásquez y Juan González, ha destacado que «ambientada en el desierto de Chile en las primeras décadas del siglo xx, la novela narra las andanzas de un iluminado, el Cristo de Elqui. El Jurado ha valorado el aliento y la fuerza narrativa de la novela, así como la creación de una geografía personal a través del humor, el surrealismo y la tragedia.»

Hernán Rivera Letelier nació en Talca (Chile) en 1950. Su novela La Reina Isabel cantaba rancheras fue premiada por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura en 1994, y es una de las obras literarias de más vasta difusión de la narrativa chilena reciente. El mismo Consejo premió dos años después Himno del ángel parado en una pata. A éstas le siguieron: Fatamorgana de amor con banda de música (1998), Premio Municipal de Novela; el libro de cuentos Donde mueren los valientes (1999); Los trenes se van al purgatorio (2000); Santa María de las flores negras (2002); Canción para caminar sobre las aguas (2004); Romance del duende que me escribe las novelas (2005); El fantasista (2006); Mi nombre es Malarrosa (2008) y La contadora de películas (2009). Todas han sido reeditadas varias veces en Chile, Argentina, México y España, y sus traducciones publicadas en Francia, Italia, Alemania, Grecia, Brasil, Portugal y Turquía. En 2001, Rivera Letelier fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia.

El arte de la resurrección es “la  historia de la segunda venida de Cristo, durante la primera mitad del siglo XX, a los perdidos territorios de las salitreras chilenas”. Se trata de una original novela, que mezcla la crónica histórica y social (muy cercana a la tragedia de Santa María de Iquique) con poderosos elementos del realismo mágico. Su fuerza está en sus personajes; sobre todo, en el Cristo que recuerda a otros de Valle Inclán, García Márquez o Vargas Llosa. Lo mejor es que la historia de Domingo Zárate se lee con la fascinación y la facilidad de las leyendas de la infancia.

En 1942, Domingo Zárate Vera, más conocido como el Cristo de Elqui, un vagabundo que se cree la reencarnación de Cristo y que desde los treinta y tres años lleva diez predicando por las tierras chilenas, se entera de que en una de las oficinas salitreras vive una prostituta que siente veneración por la Virgen del Carmen y a la que sus clientes consideran una verdadera creyente, Magalena Mercado. Domingo, que ya ha tenido una serie de discípulas-amantes, va en busca de ella para convencerla de que le acompañe en su sagrada misión de advertir a las gentes de la inminente llegada del fin del mundo.

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1 Comentario

  1. Hernán Rivera Letelier premio Alfaguara 2010.
    Nuestro compatriota, nuestro sencillo compatriota, sin egos, con la sencillez del escritor que no necesita aparecer en cuanto evento publico exista para ser reconocido, el que camina sin vanidad por las calles de su ciudad saludando con una risa instalada en ese rostro que como el dice parece de boxeador en decadencia.
    Me siento orgullosa de su logro, de su humildad, de esa capacidad admirable de no olvidar su origen como minero explotado.
    Vaya para el mis mas sinceras felicitaciones.

    Elizabeth González Altamirano
    Chile

    “La nube esperaba humildemente en un rincón del cielo, y la mañana la coronó de esplendor”
    Rabindranath Tagore

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