Senectud. Italo Svevo
Traducción de Carmen MartÃn Gaite
Acantilado (Barcelona, 2006)
Una vez que murió Italo Svevo, James Joyce asumió la tarea de que se tradujera y circulara su obra. Silenciados anteriormente la mayor parte de sus libros, no parece extraño que Italo Svevo tomara la decisión de abstenerse de escribir para siempre. No obstante, con el tiempo retomó la escritura. Asà expresó su silencio durante esos largos años:
Me resigné ante aquel juicio tan unánime (no existe unanimidad más perfecta que la del silencio), y durante 25 años me abstuve de escribir.
Fue tras la publicación de su libro Senectud cuando se dio esa perfecta unanimidad del silencio por parte de la crÃtica y del ámbito literario. Hoy, sin embargo, la obra de Italo Svevo, todavÃa desconocida por muchos lectores, goza de buena salud. También Senectud, aunque La conciencia de Zeno sea considerada su obra maestra. En mi opinión, sin desmerecer un ápice en valÃa sus magnÃficos relatos, editados en Gadir en la traducción de Carlos Manzano. Todos ellos llevan el sello peculiar de la narrativa de Svevo y su modo sutil y distante de abordar el imaginario como maquinaria activa capaz de crear nuevas realidades o mundos paralelos.
Esta manera de proceder me parece una de las caracterÃsticas, si no el distintivo principal, de Senectud.
Escuetamente dirÃa que este libro trata de la desbordante pasión que arrastra a un hombre de 35 años a los brazos de una joven, criatura de su imaginación. Un tema bastante trillado, dada la naturaleza ficticia de todo amor. Sin embargo, Italo Svevo lo afronta bajo una mirada particular a la que parece no escapársele ningún ángulo de la pasión o relación amorosa. Capaz de narrar las mutaciones que experimenta un sentimiento para tornarse en otros en un cÃrculo vicioso, su narrativa parece moverse al filo del abismo en ese espacio que se abre entre las orillas de la felicidad y la infelicidad, la dicha y el dolor. Y no solo en el ámbito de la pasión, sino también en el de las relaciones humanas en general, puesto que Senectud es mucho más que el relato de una desbocada pasión. Sus personajes representan, en cierto sentido, la inalcanzable soledad que habla de las dificultades de vivir y de relacionarse mutuamente de forma auténtica. Ensimismados en su intimidad y sujetos al autoengaño, de su condición inasequible se desatan situaciones de equÃvocos, mentiras, incertidumbres, perplejidad, celos, envidia, desconfianza…
Ni siquiera dolores de origen semejante sirven para acercar a los afectados. Es el caso del protagonista Emilio Brentani y su hermana Amalia. El primero hace ostentación de su sufrimiento por la pasión hacia la inaccesible joven Angelina, mientras la segunda queda encerrada en su mudo abatimiento por un amor imposible.
El sufrimiento le llega a los dos hermanos de la misma fuente de la que brota la felicidad, ilusoria en cualquier circunstancia porque responde a una creación imaginaria. No obstante, ambos proceden de modo muy distinto. El amor no correspondido de Amalia hacia Balli, el mejor amigo de Emilio, se reduce al plano del deseo y de la pureza. Emilio, sin embargo, lleva su pasión a la realidad, reclamando en vano interiormente de forma insistente que la joven Angelina se adecue a la criatura de su imaginación. Ejerce incluso la violencia verbal y fÃsica por no conseguirlo. Antes, al comienzo de Senectud, se plantea Emilio su relación con Angelina como una aventura, ajeno a todo compromiso y a la búsqueda de una estabilidad con ella. Con aire altivo se propone educarla en esa dirección. Pero cuando ella acepta, los papeles cambian. Será ella entonces el alma dominante y libre, cuestión que atormenta a Emilio a la vez que funciona como desencadenante de su deseo.
La posesión incompleta de la joven enciende aún más su pasión en la misma medida en que lo hace sufrir. Envenenado de celos, verá entonces a Angelina como una mentirosa y traidora de la que, no obstante o quizás por eso, no puede prescindir.
Se propone un método para reeducarla y mantenerse libre de ataduras y su plan de tratarla como un juguete se le vuelve en contra. De ahà que Emilio vague a lo largo del libro moviéndose emocionalmente de un extremo al otro. También respecto a su hermana Amalia y a su amigo Balli.
Pasa fácilmente de la pena a la ira, del resentimiento a la plena entrega, del sentido de culpa al convencimiento de tener la conciencia limpia. En una fracción corta de tiempo el rencor y la rabia se vuelven remordimiento cuando no ternura.
Queriendo continuamente despedir a Angelina de su vida, por ser precisamente igual a como él habÃa querido en su plan forjado, vuelve una y otra vez a rendirse ante ella. Celoso sin escapatoria posible, también de su pasado antes de conocerla, llega antes a indignarse, una vez que retorna a su encuentro, por verla tranquila y sonrosada que por los hombres que él supone han formado y forman parte de la lista amorosa de la joven. De nada le servirá sacar a paseo su imaginación para reencontrarse dichosamente con su amada, pues la realidad se impone y aflorarán todos sus reproches hacia ella. Incluso en momentos de ira en que se plantea ir a su casa para cantarle las cuarenta, culpabilizará a Angelina de cualquier leve accidente que le ocurre en el camino. Asà se lee en un fragmento del libro:
Con el fin de esquivar el denso barrizal del centro de la calzada, se hizo a un lado sobre la grava, pero dio un paso en falso en el suelo desnivelado, y en su intento de evitar la caÃda se lastimó las manos contra la tosca muralla. El dolor fÃsico le alteró, aumentando sus afanes de revancha. Se sentÃa más burlado que nunca, como si aquel traspié fuera una culpa más que achacarle a Angelina.
Emilio necesita también dañarla para comprobar si ella le ama. Interpreta el sufrimiento de Angelina como una prueba de amor.
Los lectores que quisieran indagar en el imaginario femenino y en el masculino encontrarán en Senectud un material narrativo fabuloso. Esta novela, tal vez innecesariamente demasiado larga, nos sumerge en las dificultades de las relaciones humanas, pero especialmente en las de los hombres y mujeres, tan distantes entre sÃ, que parecen existir para no encontrarse.
Elisa RodrÃguez Court
[…] Fuente: ‘Revista de Letras’. […]
Si tiene problemas con la función requiere iniciar de inmediato el tratamiento de la enfermedad, para que el problema no se deterioraba en el futuro. Para mejorar la calidad de la vida sexual de los hombres, utilizan diversos medios, pero algunos dan un efecto a corto plazo, otros dan una serie de efectos secundarios, y otros tienen demasiado alto. http://elmacho.xyz/titan-gel-para-hombres-ubicados-en-espana-existen-testimonios-y-opiniones-del-producto-de-como-usarlo-y-como-adquirirlo Testimonios de Quienes ya Utilizaron Titan Gel. Los testimonios que te presentamos a continuación, han sido extraÃdos directamente de comentarios en otros sitios web de reviews y enviadas por los usuarios. Estos hombres ya lo experimentaron y todavÃa disfrutan de los beneficios de usar este agrandador de penes. Testimonio de Simón, 34 años: Toda mi vida sentà vergüenza del tamaño de mi pene (9 cm).