Michael Kimmelman en Barcelona | Foto: Wikipedia

Kimmelman: «No hay ninguna ciudad inmune al cambio climático»

El crítico de arquitectura de 'The New York Times' apuesta por la 'resiliencia social' para encontrar soluciones más imaginativas ante los grandes retos de las urbes contemporáneas

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Michael Kimmelman en Barcelona | Foto: Wikipedia

Michael Kimmelman, el crítico de arquitectura de The New York Times, ha visitado el CCCB para impartir una conferencia titulada Las ciudades que necesitamos, en la que el profesor de Columbia ha expuesto los riesgos, pero también las oportunidades abiertas, que supone el crecimiento de algunas de las ciudades globales más importantes del mundo. El acto, presentado por Anna Puigjaner, se ha realizado en el marco de la décima edición del Premio Europeo del Espacio Público Urbano.

¿Qué quiere decir ser una ciudad más creativa y humana? ¿Cómo afecta el cambio climático a las grandes urbes contemporáneas? ¿Qué podemos aprender de los grandes errores cometidos hasta ahora?

Kimmelman ha puesto ejemplos de lugares tan diferentes como Ciudad de México, El Cairo, Yakarta o Nueva York para ilustrar algunos de los problemas más visibles, y también los más invisibles, que acechan la idea de comunidad en una metrópoli que, en muchas ocasiones, no ha atendido a temas como la sostenibilidad en el uso del agua o la invasión de los coches privados en las calles que, aparentemente, son peatonales.

Foto: CCCB, Miquel Taverna

La idea de resiliencia teje todo el pensamiento de Kimmelman, la capacidad de una ciudad (y sus habitantes) de adaptarse a los agentes que han perturbado su principal objetivo, vivir de una manera más equilibrada. El autor de City Squares (Harper Collins, 2016) se ha preocupado especialmente en estudiar cómo esta transformación se ha traducido en diversas caras, desde la búsqueda de alternativas imaginativas (es el caso de Róterdam​, que combate las inundaciones con zonas de reserva de agua que son utilizadas como pistas de remo) hasta la más absoluta resignación (como en Yakarta, que se hunde porque sus habitantes están extrayendo agua de los canales ya que no existen infraestructuras que les permitan vivir dignamente).

“Hemos aceptado que los coches hayan inundado la ciudad”, lamenta Kimmelman, que pone el acento en ese consentimiento al que hemos llegado por el efecto devastador del hábito y la repetición. Ya no nos sorprende, por ejemplo, que el espacio público no sea amable, y que las aceras prácticamente no sean transitables.

Kimmelman también se pregunta cuál es la solución armónica para que el turismo, gran fuente de ingresos en lugares como Barcelona, no acabe siendo un elemento de fagocitación. Si pasa como en Venecia, apunta, donde la mayoría de los vecinos han huido del centro, nadie va a luchar para defender zonas que ya se dan por perdidas. ¿A quién le pertenece una ciudad?

El periodista considera que hay que anticiparse a los cambios. En este sentido, explica que el 75% de la población mundial vivirá en ciudades en el año 2050. ¿Cómo evitar los guetos? ¿Qué hacer para que las comunidades no se refugien en urbanizaciones de puertas cerradas?

“No hay ninguna ciudad inmune al cambio climático”, afirma Kimmelman. La única solución, según el autor, acudiendo de nuevo al ejemplo de los Países Bajos, es una política basada en la ciencia, pero que no olvide nunca la necesaria medida humana de cada ciudad. Y pone de nuevo Róterdam como paradigma, donde han aprovechado la exigencia de crear diques y muros de contención para levantar, en el mismo sitio, parques públicos. La eficacia es solo uno de los argumentos a la hora de edificar.

Es a eso a lo que Kimmelman llamará resiliencia social, el proceso (nunca finalizado del todo) por el cual los residentes hacen suya la ciudad, humanizando los espacios. Es, pues, la toma de conciencia de que una estación de metro (él está trabajando en la posible remodelación de Pennsylvania Station, emplazamiento emblemático de Nueva York) es un lugar funcional y, al mismo tiempo, de creación de comunidad.

Allí donde nos encontramos como habitantes de una ciudad, durante las trampas de la cotidianidad, podemos construir tanto un ágora como un descampado de cemento.

Penn Station, en 1962 y en la actualidad | Fotos: Wikipedia

Albert Lladó

Albert Lladó (Barcelona, 1980) es editor de Revista de Letras y escribe en La Vanguardia. Es autor, entre otros títulos, de 'Malpaís' y 'La travesía de las anguilas' (Galaxia Gutenberg, 2022 y 2020) y 'La mirada lúcida' (Anagrama, 2019).

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