Julia Alonso | Foto: Amargord

La proximidad es también una ilusión

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Julia Alonso | Foto: Amargord
Julia Alonso | Foto: Amargord

Julia Alonso Diéguez es doctora en Filosofía y también traductora de la obra de poetas portugueses contemporáneos. Ha participado en diversos congresos, seminarios y jornadas, cuyo objeto ha sido el tratamiento de la controvertida relación entre poesía y filosofía. Estas reflexiones se hallan recogidas en diversas publicaciones en España y Portugal. En su tesis doctoral, titulada Fernando Pessoa o la Belleza de la Geometría del Abismo, propone la concurrencia de racionalidades, lo que le permite reflexionar sobre la existencia de un pensamiento oculto en la poética pessoana que conduce a una interpretación del mundo atlántica, la cual puede ser extrapolada a otros autores líricos lusitanos.

Aprovechamos la ocasión que nos proporciona la aparición de una nueva colección de poesía portuguesa (con ediciones bilingües portugués-castellano) con el nombre Laberinto de Saudade, bajo el sello de la editorial madrileña Amargord, para entrevistar a su directora.

El pasado año 2013 el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana recayó en el portugués Nuno Júdice.
En efecto, la concesión del premio a Nuno Júdice ha sido un gran acierto, a la vez que una llamada de atención que se hace al mundo de habla hispana sobre la calidad de las producciones en lengua portuguesa. Esperamos que este reconocimiento sea un acicate que estimule, al menos, cierta curiosidad por la poética lusitana que, hasta la fecha y salvo contadas excepciones, no goza de la divulgación merecida en nuestro país. A este respecto, me atrevería a afirmar que un altísimo porcentaje de lectores españoles ignora la riqueza de esta poesía tan vibrante e intensa.

¿Cree usted que la poesía portuguesa actual está justamente reconocida en España?
Bien, si exceptuamos los movimientos culturales galaico portugueses y los grupos de investigadores integrados en el ámbito universitario, aparte de unos cuantos autores por todos conocidos, hemos de reconocer que en términos generales en el panorama español la cultura portuguesa, y más su poesía, pasa desapercibida para la mayoría porque, a mi juicio, si se alimenta la desconfianza no se pueden establecer los lazos de unión capaces de impulsar las transferencias interculturales y el flujo de relaciones, necesario para el desarrollo e intercambio de un conocimiento alejado de prejuicios obsoletos. Como dice la profesora Teresa Oñate, sería mucho más productivo fomentar el “enlace de las diferencias” y la generación de un diálogo fructífero que promover las rupturas y las imposiciones.

Hemos perdido más de lo que hemos ganado…
Al volvernos la espalda, (costas viradas dicen los portugueses), ya sea por indiferencia, desconfianza y reserva ante el otro hemos perdido mucho más de lo que podríamos haber ganado, sí. Sin embargo, y a pesar de este hecho, como muy bien observó el portugués Oliveira Martins no se puede obviar la existencia de una civilización ibérica distintiva e, incluso, cierta unidad de pensamiento caracterizada por el individualismo, por el espíritu inquieto que ama la aventura y por un ideal de vida, un paradigma, que aleja a los habitantes de este extremo de occidente, españoles y portugueses, de los patrones pragmáticos anglosajones y del método estricto germánico.

Estamos más unidos de lo que pensamos…
Sí, ambas comunidades se integran dentro de una particular tradición de pensamiento, ajena a la sistemática y al utilitarismo protestante, lo que nos permite afirmar que nuestra filosofía, la portuguesa y la española, no es la resultante de un método ortodoxo, sino que se halla implícita y dispersa en la novela, en el artículo periodístico y, por supuesto, en nuestra poesía.
En principio, esta concurrencia, por sí sola, sería suficiente para que se prestase atención a un pensamiento lusitano oculto en la poesía, diferenciado y, por más señas, atlántico, que amando la infinitud, sin embargo, resulta cercano a la vida misma, a nuestro límite más íntimo. Es este, pues, un pensamiento trágico, poético, vinculado a una lengua evocadora, sugerente y bellísima que tiene la facultad de despertar y conmover nuestro ser más profundo.

Usted realizó su tesis doctoral sobre la obra de Fernando Pessoa. Siempre que pensamos en literatura portuguesa contemporánea se hace presente la figura del poeta.
Efectivamente, Fernando Pessoa es uno de los grandes poetas universales. De eso no cabe la menor duda. Pero, tampoco se puede decir que este “poeta-pensador” (alguien podrá objetar que si es poeta no puede ser pensador) haya sido tan reconocido en nuestro país que hubiera podido deslucir a otros autores. Hemos de convenir que F. Pessoa fue también un gran desconocido en España hasta que Ángel Crespo comenzó a traducir y a divulgar su obra y el Dr. Pedro Martín Lago, autor de Poética y Metafísica en Fernando Pessoa, descubrió que en la poesía pessoana se hallaba también oculto un pensamiento filosófico, tal como, en su momento sugirió el portugués Álvaro Ribeiro. A partir de entonces, se intensificaron en nuestro país los estudios orientados, tanto desde la perspectiva poética como desde la filosofía, en los que hoy, a mi parecer, la figura más relevante en lengua castellana es el joven doctor Pablo Javier Pérez López, poeta y filósofo, gran conocedor de la obra de Fernando Pessoa.

¿Esa omnipresencia de Pessoa ayuda a que descubramos otros autores portugueses o simplemente los eclipsa u oculta?
Me atrevo a decir que Fernando Pessoa, a pesar de su omnipresencia, no ha podido eclipsar a otros poetas portugueses porque, aunque no nos resulte ajena su obra y aun siendo un autor bien conocido por reducidos grupos de investigadores españoles no lo es así, a mi juicio, por la mayoría de los lectores que se acercan a su obra. En este sentido, sigue siendo también un desconocido. Cuando hablamos de Fernando Pessoa solemos remitimos, casi siempre, al magistral Libro del Desasosiego y a los tres heterónimos principales, sin darnos cuenta que Pessoa es mucho más extenso, plural y complejo. Tras una gran pléyade de autores diversos, los heterónimos pessoanos, correlativos a otros estados diferenciados del alma que Teresa Rita Lopes cifra en más de 60 personajes, se oculta una estructura profunda que tiene por objeto el análisis y la re-construcción del sujeto, la cual responde a una estrategia compleja que apunta hacia un conocimiento superior, vinculado a un pensamiento atlántico. El problema, a mi parecer, viene dado por la distancia entre comunidades lo que dificulta el acercamiento a una poética metafísica intimista, vinculada al sentimiento de saudade.

¿Cómo surgió la idea de realizar una colección de poesía portuguesa?
Brotó de un encuentro imprevisto y fortuito, propiciado por la Dra.Teresa Oñate y Zubía. Fue la resultante de una larga conversación de café sobre Fernando Pessoa, en la que un editor, José Mª de la Quintana, Director de la editorial Amargord, poseído, como sólo pueden estar los poetas por un daimon, decidió, nada menos que en un tiempo como el presente, aventurarse con estas publicaciones. Quiero subrayar que todos los integrantes de este proyecto hemos apostado por un sueño y, en este sentido, no puedo menos que dar las más sinceras gracias a nuestro editor quien ha depositado su confianza en todos los actores implicados en esta aventura.

Son un grupo de «militantes»…
Así que esta colección, sin pensarlo nadie en concreto, es fruto del entusiasmo y de la entrega irreflexiva, de unos cuantos iluminados por la belleza de la poesía portuguesa, al Espíritu lusitano del Imprevisto, tan elogiado por el profesor Agostinho da Silva. Presos de estas circunstancias consideramos todos los implicados en el asunto que sería maravilloso excitar a los lectores de habla castellana, de forma que fuésemos muchos más los militantes de esa cofradía que se abandona a la cuerda locura, tal como sugiere Unamuno en El Sepulcro de D. Quijote, en la creencia de que cuando una locura de tal índole se generaliza, ya deja de ser demencia y se convierte en algo más general, aceptado.

¿Pero cuál es el objetivo principal?
Laberinto de Saudade responde a una intención: dar a conocer otra forma de pensar, finistérrea, que mira al infinito desde el pozo abismático que, en realidad, somos, a través de una gran variedad de formas imbricadas en un pensamiento atravesado por el sentimiento de Saudade, propio del pueblo galaico-portugués.

Un sentimiento conocido pero difícil de definir.
Casi todos hemos oído hablar de la Saudade, es un término casi familiar, pero, nos quedamos sin palabras cuando nos preguntamos ¿en qué consiste esa vivencia, ese anhelo? El profesor Paulo Borges sostiene en su obra Da Saudade como via de Libertação que la Saudade es una percepción que se traduce en nostalgia de una plenitud cósmica originaria, de una totalidad expansiva hasta la desmesura, no ensimismada, participativa, universal, pre-racional, propiciadora de un abandono en el sentimiento de Infinitud y Totalidad paralelo a la consideración de la vida como tránsito. Y es esta profunda percepción desasosegante de nuestra incompletud, derivada de una sentida carencia indefinida, la que cruza todo ese pensamiento finistérreo y atlántico, propiamente dicho.

Toda esa desmesura se halla a la espera de su descubrimiento en nuestro ser oculto.
Es el encubierto que nos habita y eclosiona, en este caso, en lengua portuguesa a través de la metáfora, la analogía, el oxímoron y la paradoja, dejando abiertos los dos extremos de la aporía, lo que supone acceder a un mundo de posibilidades infinitas, que se halla a la espera del descubrimiento por cualquier argonauta que se atreva a navegar a través de sus sueños de la mano de los poetas, los mensajeros que abren puertas insospechadas con palabras.

¿Qué criterio están siguiendo para ir dando forma a la colección?
La idea principal es dar a conocer a poetas contemporáneos de habla portuguesa, insertados en diversas tendencias, e inéditos en España. Pero siendo este el objetivo principal no queremos distraernos de la tradición en la que bebe la lírica actual. Por eso, estamos trabajando también en antologías que pretenden destacar la producción más desconocida de poetas clásicos e incluso anónimos, entre los que se encuentran ciertos trovadores de cantigas medievales. Nuestro objetivo, pues, como se puede comprobar no se reduce tan sólo a los poetas actuales, sino que pretendemos abrir un abanico en el que la diversidad de épocas y temas quede reflejado. Por lo tanto, pretendemos ir alternando estos dos tipos de producciones. A medida que se vayan ejecutando los trabajos de investigación que ya están en curso, en los que se hallan implicados profesores de reconocida solvencia, se irán dando a conocer las antologías en paralelo con las novedades que pretendemos dar a conocer. En esta primera incursión fue providencial la colaboración del profesor Paulo Borges (Universidad de Lisboa) y de la profesora María Celeste Natário (Universidad de Oporto).

Son autores con enfoques muy diversos.
Y muy dispuestos a la colaboración. Fue de esta manera como, de forma espontánea, comenzó a desarrollarse una red de relaciones, las cuales nos van dejando un hilo indicador que permanentemente va apuntando hacia primicias e itinerarios diversos. Así unos autores nos conducen a otros y se va abriendo un abanico magnífico. Por lo tanto, tenemos en espera ya un buen grupo de poetas y ensayistas, cuyas obras están en proceso de traducción. De esta manera, la diversidad de temáticas y opciones está asegurada.

Usted es también la traductora de los dos primeros libros, Entraña extraña de Paulo Borges, ¿qué características destacaría de esta obra?

Amargord
Amargord

En primer lugar he de decir que para mí fue un honor traducir a estos dos relevantes autores de las letras portuguesas, a los que les estoy inmensamente agradecida por haberme confiado sus obras. Paulo Borges es Doctor en Filosofía, es un intelectual sobradamente conocido en el ambiente académico y político lisboeta. Autor de numerosas publicaciones, es Profesor de la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa y, también, presidente de la Unión Budista de Lisboa y traductor del Dalai Lama, así como un comprometido activista político.

Combinación poesía, filosofía y budismo ha dado lugar a Entraña extraña.
Estas reflexiones minimales y densas contienen toda una sabiduría intensiva, concentrada, en la que se produce la fusión del reposo y la serenidad propia de un pensamiento oriental con la insatisfacción, la crítica despiadada y el rechazo al poder establecido, bajo el cual se adivina la sinrazón metálica y fría de la troika.

En estos aforismos encontramos una guía para nuestra perplejidad.
Es en este sentido un libro actual que nos remite, sin embargo, a problemas nunca resueltos y siempre presentes. Paulo Borges sugiere afrontar las dificultades con serenidad epicúrea, pero eso no le impide lanzar sus dardos certeros, ser herético, sarcástico e inconformista, en definitiva, heterodoxo.

La ironía bien dosificada obliga al lector a permanecer en estado de alerta .
Algunos de estos aforismos destilan un amor profundo y tierno al Portugal herido por la crisis, una crisálida en la que se oculta un hombre encubierto capaz de emprender otras aventuras y al que es preciso despertar de su pasividad y de su impotencia. Paulo Borges, remueve las conciencias y, como afirma el filósofo Miguel Real en su introducción a la obra, “sintetiza su pensamiento en frases cortas y lapidarias”, con las que desafía las buenas formas y la corrección debida. Es un pensador de los límites finistérreos que anhela de forma procaz y descarada el infinito y nos dice que la auténtica realidad se corresponde con un vacío inefable adornado con ilusiones y ficciones que se nos imponen como verdades-falsas. De la mano de Paulo Borges comienzan a claudicar nuestras certezas y se desmoronan nuestras convicciones, al tiempo que se adueña del lector un vórtice, un torbellino, que nos conduce a través de senderos insólitos al Todo/Nada pessoano, a nuestra propia entraña extraña.

Ha traducido también El animal eólico del cuerpo de Nuno Higino.

Amargord
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La obra de Nuno Higino, también Doctor en Filosofía y profesor en la Universidad Fernando Pessoa de Oporto, está en el otro extremo. Su obra es la derivada poética de la arquitectura de Álvaro de Siza, ya que la aparente sencillez de los motivos elegidos sugiere la gran complejidad de un mensaje absolutamente profundo y críptico, lo que termina por paralizar nuestra mente lógica, ya que Nuno Higino, con disimulo unas veces y otras, a bocajarro, abre puertas utilizando la llave de la palabra adecuada en un tiempo también adecuado, introduciéndonos a través de lo cotidiano en un universo que pareciera hecho del revés: el auténtico mundo verdadero que nos ha sido sustraído y por el que clama desde la más absoluta impotencia.

Háblenos de su poética.
Es preciso leer sus versos para poder apreciar la sima profunda y estremecedora oculta tras lo cotidiano, simple y efímero. Desde el principio, el lector se siente embriagado por referencias muy cercanas que, sin embargo, desvelan universos oníricos conformados por paisajes semejantes al mundo descrito en Avatar. Este libro no deja indiferente a nadie. Es el fiel reflejo del hombre fronterizo portugués contemporáneo, a caballo entre la dura realidad y una dimensión virtual en la que todo lo existente resulta ilusorio y se manifiesta al revés. Es así como el mundo de Alicia atraviesa lo cotidiano generando puntos disipativos y bifurcaciones imposibles, por las que el poeta transita apuntando certeramente en la diana con el dardo de la palabra.

Es importante la mirada a naturaleza, aquí.
La naturaleza y los entes más humildes hablan a través de gestos captados por el poeta en un instante único e irrepetible. Los árboles actúan, una hoja se estremece y en ese movimiento minimal se gesta una profundísima emoción. Cualquier gota de lluvia contiene todos los océanos y las yedras promueven danzas sinuosas inefables que nos hablan de otras realidades enroscadas en nuestro ser, al modo de dimensiones silentes que nos condicionan la vida y la muerte. Nuestra vida y nuestra muerte que nunca son nuestras. Una vida preñada de fragilidades, de estremecimientos, que nos recuerda en lo efímero la presencia permanente de las parcas reflejadas, en el poema dedicado al último cuadro de Van Gohg y en el grito de Münch, un grito penetrante que atraviesa al Animal Eólico del Cuerpo.

También la urbe.
La ciudad de Oporto, a la vez que muestra su decadencia reflejada en el moho húmedo incrustado en las paredes y en las sábanas ondeando al viento, se doblega ante la belleza metafísica de la simplicidad de las líneas arquitectónicas de Álvaro de Siza y Souto de Moura.

Y aparece la ironía…
Sí, de una manera diferenciada, pero al igual que sucede con Paulo Borges, la ironía y el sarcasmo inteligentes son actitudes vinculadas al ser portugués. Son las armas con las que el poeta combate la sinrazón de un poder que aparece reflejado en la geometría perfectamente diseñada de los jardines municipales y de los edificios gregarios, los cuales se resisten a ser modificados y alterados, fiel espejo de las instituciones que han adquirido vida propia al margen de los ciudadanos, abducidos en este mayúsculo engaño por cantos de sirena. En tanto, las palomas, habitantes inocentes de las ciudades, ajenas a la pasividad y al entontecimiento de los viandantes, dejan caer sus excrementos sobre las estatuas impasibles y los trajes de domingo en los que aparecen embutidos esos habitantes autómatas, insoportablemente maquínicos y des-almados, todos ellos conducidos como rebaños bovinos a la plaza para el ritual del paseo en día de fiesta. En verdad, parece que Nuno Higino hubiera trasladado a Oporto los pasajes y viandantes baudelaireanos.

¿Cuáles son las dificultades de traducir entre dos lenguas tan próximas como el portugués y el castellano?
El asunto de la proximidad es también una ilusión. Efectivamente, podría parecer que esa cercanía entre lenguas nos va a facilitar las cosas. Nada más lejos de la realidad. Nos hallamos ante paradigmas divergentes y eso condiciona cualquier transferencia o mensaje. Cuando Fernando Pessoa sostiene que “su patria es la lengua portuguesa”, confirma la profunda conexión entre el ser lírico portugués y el lenguaje en el que se sostiene. Cada palabra poética, tal como sucede en los lenguajes oraculares, contiene en sí misma el sentido, como si estuviera preñada de sacralidad. Esa dimensión misteriosa es la que habla a través de los símiles, las metáforas, las paradojas y las analogías. El poema es, pues, una mediación que permite tocar un universo paralelo, indecible, saudoso, renuente a la exposición; un nivel de realidad que se resiste a ser hablado y escrito. Cuando el lenguaje remite al silencio y se vacía de todo contenido evocando lo sagrado, la negación misma implosiona atrayendo hacia sí al lector, penetrando su realidad, su vida, y, entonces, como el exiliado, el intérprete termina por sentir saudades de un origen común y pre-natal. De esta manera se articula un engranaje de sutilezas profundas, configurador de una geografía íntima en la que se intuye el misterio del universo el cual nos interpela a través de los entes mediante cifras y criptogramas.

Y otra vez la saudade…
En este caso, hay que dejar actuar al ojo del alma y estimular la “audición en el silencio”. Esta circunstancia obliga a ser solícitos ante la llamada, para poder captar ciertas sutiles reminiscencias en las sugerencias poéticas pretendidas. Pero no hemos de olvidar que quien nos reclama es la palabra misma emergente en el poeta, una palabra que tampoco es suya. Alguien dijo que a los poetas les nacen las palabras, y, es cierto, estas brotan por sí solas desde lo más profundo, en el lugar oportuno y en el momento también oportuno, estimuladas por una fuerza inexplicable tan solo presente en algunos seres elegidos.

¿Cómo se aborda la traducción?
Se requiere alimentar un cierto estado del alma que siempre pide todavía más. Más acercamiento a lo que se retrae, a esa bruma oceánica que se vislumbra en “el otro lado”. Es como si un instinto insaciable pidiera intensificar la proximidad entre niveles de realidad divergentes. Por eso, más que de dificultad propiamente dicha, yo hablaría de cierta impotencia para llegar a alcanzar con la palabra castellana adecuada lo que “la dimensión de misterio” pretende transmitir, en portugués, a través del poeta. Pero, supongo que este problema surge en todas las traducciones que tienen por objeto las producciones líricas.

¿Nos puede adelantar alguno de los títulos y autores que irán haciendo crecer la colección?
Tenemos en perspectiva una antología de poesía oracular que pretendemos poner en relación con la poesía arcaica griega, con el hermetismo y con las corrientes rosacrucianas que todavía se mantienen vivas en Portugal. En esa antología daremos cabida a autores tales como Paulo Brito, Jorge Meneses, Luisa Martins, Manuel Silva Terra y José Rabaça. También contamos con la colaboración de la profesora Luisa Malato que está trabajando en una auténtica joya: la recopilación de cantigas de amigo medievales, nada inocentes, comentadas por ella misma con su habitual inteligencia satírica, no exentas de cierto humorismo. Ya se ha traducido por el Doctor Pablo Javier López, otro libro de poemas de un joven poeta, Ricardo Marques, titulado Gaviota, que esperamos ver pronto publicado.

Uno de los retos es descubrir nuevos valores
Hemos puesto también una especial atención en un original diálogo metafísico titulado Contramina, es una obra sorprendente por su formato y estilo, escrito por Ruy Ventura, un joven valor por el que vamos apostar en esta colección. También tendremos el honor de trabajar con Antonio Cándido Franco, cuya obra publicada es numerosa tanto en Portugal como en otros países. Su ensayo Notas sobre el surrealismo en Portugal, resulta sumamente interesante para conocer la impronta de este movimiento en tierras lusitanas.

E incorporan a la colección a  Julião Bernardes.
Es un antiguo militar perteneciente a aquella generación de jóvenes capitanes que promovió la Revolución de los Claveles. Militar y poeta, esto ya parece otra contradicción. Pues bien D. Julião Bernanrdes, puede sorprendernos. También, colaborará con nosotros la profesora de la facultad de Letras de la Universidad de Oporto, la Dra. Mª Celeste Natário, quien está preparando una antología sobre la poética de Sofía de Melo Breyner.

Y, por último, la gran novedad.
Gracias a las gestiones de Nuno Higino Pereira, pretendemos dar a conocer a un grupo selecto de poetas africanos en lengua portuguesa. Esta es una apuesta en la que queremos volcar todo nuestro esfuerzo para divulgar una poesía absolutamente inédita en Europa y que puede ser fuente de gratos descubrimientos. De momento se halla en fase de proyecto.

Agustín Calvo Galán

Agustín Calvo Galán (Barcelona, 1968) ha publicado 'Letras transformistas', una selección de sus poemas conceptuales y visuales (2005), 'Otra ciudad' (libro objeto, 2006), 'Poemas para el entreacto' (2007) y 'A la vendimia en Portugal' (2009). Su obra como poeta visual ha sido recogida en varias antologías especializadas.

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