Las escritoras Marta Sanz y Cristina Morales han reflexionado sobre ciudad, conflicto y emancipación en el CCCB, en un acto organizado por la Biennal de Pensament y conducido por Brigitte Vasallo.
Vasallo ha inaugurado el encuentro leyendo dos fragmentos de dos obras de las autoras, Daniela Astor y la caja negra y Los combatientes, desde los que Marta Sanz y Cristina Morales, después, han podido abordar cuestiones como la representación del aborto en la ficción, el paternalismo de algunos discursos oficialistas, y la sospecha como método de conocimiento.
Ha sido Brigitte Vasallo quien ha afirmado que “la resistencia no pasa por lo heroicoâ€, algo que ha resumido bien el acto, pero también el momento en el que vive una sociedad abocada a confinamientos, incertidumbre, y medidas restrictivas de su libertad individual y colectiva. Marta Sanz ha explicado, por su parte, que aunque vive en el barrio de Malasaña desde hace años, se crió, en parte, en Benidorm, donde su padre ejercÃa como sociólogo urbanista. Esa es su primera relación con la ciudad “como cáscara que esconde un corazón duroâ€.
“La gentrificación de los barrios tiene que ver con los cupcakes, sÃ, pero empieza mucho antes antes, con la Ley Boyerâ€, ha explicado Sanz, que ha abordado este tema, desde la literatura, en obras como Animales domésticos. “La ciudad ha sido emancipadora para la mujer cuando la ciudad ha permitido que creemos ciertos vÃnculosâ€, ha dicho la escritora. Y es que esa sororidad, ha añadido, “no nos libera de las difÃciles condiciones laborales, pero nos ayuda a abrir los ojosâ€.
“El urbanismo es una cuestión ideológicaâ€, ha recordado Marta Sanz, pero ha advertido de que “la literatura también tiene su propio urbanismo ideológicoâ€. «Hay que combatir la gentrificación del estiloâ€, ha insistido, ante un tipo de literatura que que busca la homogeneización de voces y perspectivas. “También en la literatura hay gentrificación, sobre todo cuando se fomenta una escritura de fácil traducciónâ€, ha resaltado.
Y es que para Marta Sanz, “la literatura refleja realidad, pero también la construyeâ€. En ese sentido, considera que la verosimilitud está sobrevalorada, porque es reduccionista. También ha criticado una cierta “apologÃa de ruralismo†que ha emergido durante la pandemia, ya que, según la escritora, “no tiene nada que ver con la libertadâ€. Aunque se muestra pesimista ante el contexto polÃtico, dice confiar en “el poder performativo de la palabraâ€.
Cristina Morales ha apoyado esa idea de la literatura como “boomerangâ€, que viene de la realidad para luego regresar a ella. Sin embargo, la autora ha reconocido que ha sentido una gran contradicción al aceptar la invitación para hablar de ciudad y conflicto (“a veces no sé si ni siquiera soy ciudadanaâ€, ha dicho) por parte de una institución como el Ayuntamiento de Barcelona. “Vivo la ciudad como un callejón sin salidaâ€, ha afirmado.
AtraÃda por el charneguismo, Cristina Morales cree que “lo cosmopolita es más cateto que lo genuinamente catetoâ€.
La ciudad, según Morales, “es un artificioâ€. Pero, precisamente por ello, ha explicado, siempre ha huido de una ciudad a otra. “Somos criaturas esencialmente artificiales, y eso hay que abrazarloâ€, señala. La escritora también se ha mostrado partidaria de “quebrar la retórica†imperante para “desnaturalizar el naturalismoâ€. En su novela Lectura fácil, reconocida con el Premio Herralde,  ha intentado abordar esos temas. “La noción de discapacidad nace en la democraciaâ€, sostiene Cristina Morales, quien defiende que el poder utiliza esos eufemismos como “sublimación de la violenciaâ€.
La sesión ha concluido con la puesta en escena del monólogo Hablan de una revolución, en el que la cantante y actriz Yolanda Sey ha interpretado un texto de la dramaturga Denise Duncan, una pieza que narra la experiencia de ser mujer negra en Cataluña.