Y el lazo de unión entre ambos es la sorpresa, el giro de lo cotidiano hacia lo inesperado. Se trata de la manipulación de elementos reales, cuya peculiar combinación da lugar a la creación de un universo irreal, extraño, y tanto más irreal y extraño cuantas más raÃces tiene en esa realidad cotidiana. Los sucesos relatados no pueden explicarse por las leyes de la razón, pero están rodeados de una realidad tan extremadamente real que produce desasosiego en el lector.
El humor está presente en todos los relatos, en algunos casos es un humor negro, absurdo, como hemos intuido en los anteriores. En otros casos, es divertido observar cómo los futbolistas del relato “Belgrado 1976†son conscientes, desde el principio, del error que están cometiendo. “Vamos a cagarlaâ€, dicen. Efectivamente son objeto de una burla, cuyo único objetivo es que pierdan el partido en campo ajeno, y para ello el narrador construye una trama negra, de complicaciones que exceden lo controlable, y cuyo desenlace es absolutamente inesperado. Una vez más los elementos cotidianos se cargan de inverosimilitud para conseguir un mundo repleto de asociaciones fantásticas.
Son varios los relatos en los que es importante la presencia de los niños. Por una parte, el universo imaginativo está relacionado con los niños como personajes que lo hacen más probable. Por otra parte, precisamente por ser los niños los protagonistas, adquiere mayor dureza la crÃtica social implÃcita en cada uno de los relatos.
En la misma lÃnea del absurdo está el hombre que decide pasar el resto de su vida sentado en un sillón en su casa, contando arañas (“Es solo un hombreâ€), o la niña que jugaba con los ojos de un gran pez mientras sus papás yacen muertos en la bañera como peces descansando en el fondo de un acuario (“La vida discontinuaâ€), o el taxidermista que describe con detalle su trabajo con una piel de bailarina de ballet (“La eternidadâ€).
El absurdo roza en muchas ocasiones lo hiperbólico. Asà ocurre en el personaje cuya hostilidad al agua se va transformando poco a poco hasta llegar a superar todas las plusmarcas de submarinismo, actividad que ocupará a partir de ese momento durante toda su vida (“Las preposiciones de Blintâ€).
Son chocantes todos los relatos, unos por el desarrollo del contenido o el desenlace, otros por los juegos de palabras, otros por la ruptura con lo verosÃmil, incluso por la modalidad textual. Asà el relato “Sopla†es un rápido diálogo, de expresiones cortas y apenas oracionales, sorprendente porque simboliza al ser humano incapaz de hablar por sà mismo, pendiente siempre de las corrientes de opinión; sorprendente sobre todo en el giro argumental final con la aparición del guionista que sale de la tarta de cumpleaños. Es una crÃtica al ser humano que no tiene opinión, siempre necesita guionista.
Si el libro va precedido de una cita de Ãngel Zapata con el interrogante “¿Y si el aire se acaba y viene el fin del mundo?â€, cerramos esta reflexión con otra de sus afirmaciones: “El cuento puede ser el latido y la expresión de una sociedad viva, adulta y libreâ€. Y además, sabiendo que la imaginación es más rica que la fantasÃa porque esta crea el mundo desde dentro de sà mismo, mientras que la imaginación construye, enlaza y asocia ideas de modo original, podemos calificar este libro de relatos con el adjetivo “imaginativoâ€, y recordar, como afirmaba Poe en Los crÃmenes de la calle Morgue, “el hombre ingenioso está siempre lleno de imaginación y el hombre verdaderamente imaginativo nunca es más que un analistaâ€. Esa es precisamente la mayor cualidad de Juan Carlos Márquez para quien la familia es el pilar que sustenta, para bien o para mal, todos los relatos, cuyo tÃtulo de referencias bÃblicas, “creced y multiplicaos, llenad la tierra†descubre la vida y la variedad de sus manifestaciones que nos ha tocado vivir y la consiguiente propuesta de vivirla con humor.