La biografÃa de Beryl Bainbridge en relación con su obra y la evolución de la sociedad inglesa supone un interesante caso de estudio. La escritora nació en Liverpool en 1934, y transcurrió su adolescencia en el Merseyside justo antes del boom que catapultó un puerto mÃsero y decadente en legendaria cuna del pop. En los cincuenta, tras ser expulsada del colegio por escribir versos obscenos, sus padres quisieron catapultarla al estrellato de la interpretación, apareciendo en un capÃtulo de la eterna, porque no se acababa nunca, Coronation Street.
Fracasó, la maltrataron, se casó, tuvo tres hijos y padeció los sesenta en una fábrica hasta que su talento para la narrativa explotó hasta convertirla en la dama macabra más querida por los británicos. Sus novelas tienen el fino rigor de la analista social sin pelos en la lengua que aderezaba con retazos del primer tramo de su existencia. Buena parte de su trayectoria se nutre de personajes del extrarradio, hombres normales con vidas insulsas que, de repente, se agitan por episodios inesperados, agridulces sueños de una noche de verano que realzan la mediocridad de lo anónimo.
Hay que aplaudir el criterio editorial de Ãtico de los Libros, de nuevo acertadÃsimo al publicar a Beryl Bainbridge, quien en La cena de los infieles domina el tempo narrativo con inusual maestrÃa, capturándonos con acertadas pausas, desternillante humor del matiz insertado en su ADN norteño y un escepticismo noble porque no cae en la trampa de rizar el rizo. Se cuenta una historia y se apuesta por ella hasta las últimas consecuencias, sin ningún tipo de contemplación, siempre con la vista fijada en el escenario y los andares de los personajes, tristes despojos que para ahuyentar su zozobra topan con su propia incomprensión y la propulsan hasta la estratosfera por inevitables vÃnculos, azarosas coincidencias que propician desbarajustes en el marasmo de la rutina que nunca debemos olvidar porque la superficie, tan desdeñada por los modernos, tiene el don de deparar un sinfÃn de cuentos que reclaman narrador.
Actualizado 12-2-2011 – Beryl Bainbridge ha obtenido el Premio Booker 2011, a tÃtulo póstumo.