De figura sartriana, fuma en pipa Petros Markáris, sentado, frente a la puerta de la Sala Orive de Córdoba. Invitado por Cosmopoética, el escritor griego, nacido en Estambul, nos hablará de la gran influencia que ha tenido el cine en sus novelas, y de cómo ha creado al comisario Kostas Jaritos, una suerte de álter ego.
Traductor de Bertolt Brecht, Thomas Bernhard y Goethe, Markáris tiene un gran sentido del ritmo. Eso lo aprende del guión cinematográfico, y es que trabaja, codo con codo, con Theo Angelopoulos durante casi cuarenta años. “El novelista, como el director, necesita una pregunta inicial para comenzar la obraâ€, nos cuenta.
“Mi trabajo es hacer visibles esas preguntasâ€, afirma. Él mismo ha revolucionado el término de novela de género. “El gran cambio de la novela negra es pasar del quién lo hizo al por qué lo hizo, y explicar, asÃ, la realidad socialâ€, argumenta.
TÃtulos como Noticias de la noche, Suicidio perfecto o La muerte de Ulises han convertido al escritor en el gran cronista de la crisis griega. “Te das cuenta de que no puedes cambiar el mundo, pero puedes lanzar preguntas al lector, preguntas de las que tampoco yo conozco las respuestasâ€, insiste. Hoy, cansado de esa etapa, anuncia que está escribiendo sobre una Grecia donde el dinero abunda. La pregunta que se hace Jaritos, ahora, es otra. ¿De dónde ha salido la liquidez?
“El enfoque polÃtico sólo se ha contado desde lo financiero, y se ha perdido la filosofÃa del Estado del Bienestarâ€. “Existe otra interpretación de los problemas, y de esa se encarga la literaturaâ€, sostiene. “Incluso la Educación ha de adaptarse a las leyes del mercadoâ€.
Citando a Heiner Muller, Petros Markáris, activista de izquierdas en los años más negros de su paÃs, sentencia “El optimismo es la falta de informaciónâ€.
SonrÃe, desencantado. Cuando le piden saber, entonces, qué es lo mejor de ser escritor, responde: “El horario de trabajoâ€.
El relato de la metáfora
Córdoba, ciudad de las tres culturas, se convierte durante dos semanas en una gigantesca metáfora. Además de los poetas internacionales invitados por Cosmopoética, en el festival, dirigido actualmente por el escritor Nacho Montoto, se pueden visitar exposiciones e, incluso, ir a escuchar cómo pinchan algunos de los autores en el bar Automático.
En el Limbo 0 han organizado una noche dadaÃsta, y allà conocemos a José Antonio Gómez Valera, que, bajo el pseudónimo de Goval, realiza una poesÃa visual emparentada con Brossa, donde el objeto, desnudo y normalmente encerrado en una caja, descubre todas las potencialidades de las connotaciones que oculta en su uso cotidiano. Este poeta vive un poco más bajo, en la calle Imágenes (¿hay algún nombre mejor para la casa de un poeta?), y allàcada año anima a los vecinos a transformar el estrecho arcén, blanco y áureo, en un mundo onÃrico donde la metáfora se hace literalmente transitable.
Miles de servilletas con versos (¡y farolas!) relatan de otra forma la ciudad. Esta edición de Cosmopoética la cerrará Chantal Maillard con Matar a Platón. Antes, Braulio Ortiz Poole nos describÃa, también desde la Sala Orive, la escritura con toda la precisión: “La poesÃa es un exorcismo de la propia existenciaâ€. Un exorcismo que, en Córdoba, se comparte y se extienda año tras año.