Memorias de Adriano
Marguerite Yourcenar
Traducción de Julio Cortázar
Pocket Edhasa (Barcelona, 1986)
Las Memorias de Adriano describen la vida y la muerte del emperador romano Adriano. El libro tiene la forma de una epÃstola al primo de Adriano y su eventual sucesor “Marco†(Marco Aurelio). El emperador medita acerca de sus triunfos militares, el amor en la poesÃa y la música, y su pasión por su amante AntÃnoo, todo de una manera no inconsistente con la “melancolÃa del mundo antiguo†a la que aludió Gustave Flaubert.
Yourcenar anotó en su postscritptum “Carnet de note†a la edición original “Encontrada de nuevo en un volumen de la correspondencia de Flaubert, releÃda y subrayada por mà hacia 1927, la frase inolvidable: <<Cuando los dioses ya no existÃan y Cristo no habÃa aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que sólo estuvo el hombre>>. Gran parte de mi vida transcurrirá en el intento de definir, después de retratar, a este hombre solo y al mismo tiempo vinculado con todo.â€
Con las Memorias de Adriano lo que se da es una utilización del pasado para poder explicar el presente. Marguerite Yourcenar consigue recrear una época de forma muy documentada, pero ¿cómo se puede saber lo pensaba Adriano? Aquà si se da lo que apunta Lyotard , un esfuerzo por dotarnos de mitos y relatos que nos rescaten de esa falta de sentido por la crisis de los grandes relatos. Pero ¿cómo funciona o qué estatuto tiene la memoria en esta explicación? En tiempo presente, lo que consideramos como lo real aparece como un continuo de experiencias. Por lo que se refiere al pasado, la memoria ordena los hechos vividos por el sujeto. Lo interesante es que dicha ordenación no se da en el momento de ocurrir, como ese continuo de experiencias, sino en el momento de su reconstrucción. Los hechos poseen una existencia gnoseológica y especÃficamente narrativa ya que ordenamos los hechos en proposiciones y los reconocemos al contarlos, al proferirlos. ¿En que medida recordamos y cómo gestionamos el olvido? Todos estos elementos se tienen que tener en cuenta a la hora de abordar la temática de la memoria y en este caso las literaturas de la memoria. En el caso de las Memorias de Adriano se da esta narración y excelente reconstrucción de una época ya ajena a nosotros que lo que intenta es instaurar un acto de comprensión atemporal desde una posición interior. PodrÃamos decir en este sentido que no se comprende a alguien a causa de su realidad histórica, sino que de ésta realidad histórica sólo se comprenden los contenidos idealmente separables. Obviamente, para la ciencia histórica si que es importante la realidad histórica y su ordenación. Pero para una posición que intenta comprender, se soslaya el tiempo para obtener calidad de conocimiento. Por eso se da esta utilización del pasado para comprender el presente, aunque no es tanto un afirmación del mismo (del presente) como de la eternidad en tanto que tiempo liberado:
El tiempo no cuenta. Siempre me sorprende que mis contemporáneos, que creen haber conquistado y transformado el espacio, ignoren que la distancia de los siglos puede reducirse a nuestro antojo.
Tomar una vida conocida, concluida, fijada por la Historia (en la medida en que puede serlo una vida), de modo tal que sea posible abarcar su curva por completo; más aún, elegir el momento en que el hombre que vivió esa existencia la evalúa, la examina, es por instante capaz de juzgarla. Hacerlo de manera que ese hombre se encuentre ante su propia vida en la misma posición que nosotros.
Diego Giménez
www.entrefragmentos.wordpress.com
Estimados, es una obra bella; sin embargo, resulta en parte propagandÃstica, apologética o idealizadora de una orientación sexual determinada (no la heterosexual, precisamente), y en ello no es sincera u objetiva. No debe olvidarse, dentro de la idealización de la relación entre Antinoó y Adriano, que la Historia Augusta deja traslucir que, en realidad, el primero se suicidó por no poder soportar el acoso del segundo…
Está entre mis libros de cabecera. Cada vez que lo leo disfruto más y más. Todas las veces son diferentes y en todas encuentro algo nuevo, en la historia, en el personaje, en el amado, en los escenarios, en la filosofÃa del libro y en la del mismo emperador. Unas veces te quedas más con la parte filosófica, en otras ocasiones con la historia de amor, en otras con las vivencias de un hombre de estado, en otras es la enfermedad, la soledad.
Un libro exquisito para descubrir y redescubrir constantemente.
Un saludo