Perverzión. Yuri Andrujovich
Traducción de Frederic Guerrero Solé y
Oksana Gollyak
Acantilado (Barcelona, 2012)
Estamos, sin duda, ante un texto de una inusual riqueza literaria. Y ello atribuible a dos causas principales: de una parte, por las virtudes del autor, de una capacidad imaginativa y una formación -a pesar de su edad- que llaman positivamente la atención; de otra, porque en el presente libro se conjugan, interrelacionadas, distintas disciplinas, tales como el relato de viaje (muy puntual, como por ejemplo la aproximación a Venecia desde Munich), el ensayo, la descripción psicológica, la alusión pertinente a la teorÃa poética…
El libro constituye, pues, un prolongado disfrute para el lector que esté deseoso de gozar de una literatura de alta calidad, para lo cual nos están llegando, desde la Europa oriental, muestras tan interesantes como Zgayewski, Stasiuk o el propio autor que nos ocupa.
A modo de fragmento destacable, he reparado en la respuesta que el protagonista formula, en uno de los pasajes, a propósito de la pregunta ¿de qué hablan sus poemas?: “Del silencio que se hace un minuto después de una explosión nuclear. No me mire con esos ojos, era una broma. ¿Acaso se puede decir algo de un poema? Evidentemente, los mejores poemas son aquellos que pueden ser explicados, pero, ¡cuánto pierden en ese caso! Los poemas ideales, que no existen, son probablemente aquellos que pueden ser explicados con un mÃnimo de pérdidas. Los que se explican con sus propias palabrasâ€.
La editorial Acantilado viene apostando desde hace ya unos años por una literatura que podrÃa estar próxima a lo definido académicamente como ‘metaliteratura’ pero que, entiendo, quiere referirse a aquellos autores que estarÃan dentro del narrar-pensando, por oposición a aquellos otros, muy extendidos, que estarÃan dentro del simple narrar-contando, sin mayores exigencias introspectivas ni estilÃsticas; tal vez pensando el resultado como un hipotético guión, esto es, prestando atención sobre todo al exterior o imagen, en contra del interior reflexivo.
Considero, en fin, que estamos ante una lectura reconfortante, viva, con reiteradas incursiones en un inteligente sentido del humor que, a buen seguro, el lector apreciará.
Ricardo MartÃnez
www.ricardomartinez-conde.es