La Milana Bonita | Natalia González

Libros en las ondas

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La Milana Bonita | Natalia González
La Milana Bonita | La Milana Bonita

Es esperanzador darse cuenta de que, en los tiempos que corren, siguen naciendo y creciendo proyectos culturales hechos desde el amor y el idealismo más absoluto. Este es sin duda el caso de La Milana Bonita, un programa de radio de una hora y media de duración aproximadamente en el que cada semana se analiza una novela. El objetivo es olvidarse del ritmo frenético de la actualidad literaria y, simplemente, dedicarse a leer.

La elección del nombre es, según nos cuentan sus creadores, un pequeño homenaje a Miguel Delibes. Cuando nació el programa, acababa de morir el escritor vallisoletano y les gustaba lo que representaba: por un lado, lo local, lo cercano, lo rústico; por otro, lo universal, lo trascendental, la ausencia de fronteras…. En Los santos inocentes la milana simboliza en cierto modo las ansias de libertad, la posibilidad de escapar de una sociedad opresora. Querían que su espacio radiofónico fuera algo parecido.

Para llegar al origen del proyecto nos debemos remontar a 2010. Cuatro alumnos de la Universidad de Valladolid, todos estudiando la licenciatura de Periodismo, pensaron que el lugar reservado a la literatura en la radio era muy reducido. Por esta razón, se juntaron y comenzaron a emitir. No esperaban nada del programa y les valía con sentarse delante de un micro a hablar de literatura. Ahora, cuatro años después, todo ha cambiado. Unos se han ido, otros vienen. Hay gente que ya no está en Valladolid y que ha tenido que irse fuera para buscarse la vida. Pero pese a todo se siguen juntando para grabar porque les gusta mucho lo que hacen.

Pasaron por varias radios como Onda Expansiva o JazzFM, pero al final optaron por independizarse porque así podían hacer directos, organizar mejor sus horarios, y, además, el formato ‘podcast’ parece ser lo que mejor les funciona.

En La Milana Bonita hay cuatro redactores trabajando a destajo. Ignacio Pillonetto, que está en Mallorca, pero se conecta todas las semanas, es el especialista en cómics y series, y, además, capitanea La Palabra Escondida. Samuel Regueira, a medio camino entre Valladolid y Madrid, es experto en cine y cada semana trae una nueva norma gramatical en Hablar y Escribir Bien. Eduardo M. Espallargas es quien se encarga de la técnica desde hace dos años y es el experto en historia. Por último, está Víctor Gutiérrez que es el coordinador del programa y que, además de moderar la Piedra Rosetta, ha asumido esta última temporada la redacción de La Pluma. También colaboran con el programa Eduardo R. Salgado en la sección Bandas de Libros y, como ilustradores de la página, Francisca Aleñar y Matías Noel.

Uno de los grandes logros de La Milana es, en su opinión, la forma en que seleccionan las lecturas que van a comentar. Cada año, en verano, abren todas las vías (correo, redes sociales, web…) para que cada oyente les haga llegar su propuesta literaria. Con todas hacen una pequeña selección respetando algunos criterios como la diversidad temática o de literaturas nacionales y así configuran el calendario, que se puede encontrar en la página desde el comienzo de la temporada.

En el programa hay dos grandes bloques básicamente: uno de análisis y debate en torno al libro y al escritor (serían las secciones La Piedra Rosetta y La Pluma), y un segundo bloque más dinámico en el que hay secciones lingüísticas (Hablar y Escribir Bien o La Palabra Escondida), musicales (Bandas de Libros, en la que tratan de buscar una melodía para la novela), así como Recomendaciones (para no dejar de leer nunca) y Textos con Contexto, donde ponen el libro en relación con el cine, la historia, el mundo del cómic y las series.

La Milana Bonita responde a una necesidad personal de sus creadores, cuyo principal objetivo es quitar ese aire vetusto y aburrido que a veces rodea a la literatura. “Queremos demostrar que leer puede ser un placer colectivo”, dicen. “Además, somos un programa de fomento a la lectura, por lo que nuestro mayor logro sería que alguien, tras escuchar un programa, se animara a coger un libro.”

La respuesta del público es excepcional, especialmente por parte de los oyentes latinoamericanos, que no solo son grandes lectores, sino que también les ofrecen muestras continuas de afecto.

Cuando les preguntamos por las mayores dificultades y las mayores satisfacciones que encuentran a la hora de hacer un programa así, nos confiesan que el dinero es el principal problema al que tienen que enfrentarse, ya que no reciben nada por hacer este programa y muchas veces el tiempo que le dedican tienen que quitárselo a otras cosas: “Nos encantaría poder llegar a encontrar un modelo de negocio idóneo o un patrocinador que apostara por nosotros para vivir de este trabajo o, por lo menos, para no perder dinero con él. Las mayores satisfacciones nos las dan los libros. A veces hay programas mágicos en los que hablamos de alguna obra desconocida, pero fantástica. La sensación de poder descubrir a miles de personas una novela que quizás les cambie la vida es maravillosa.”

Natalia González de la Llana

Natalia González de la Llana Fernández (Madrid, 1975) es Licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Univ. Complutense, donde obtuvo el Doctorado Europeo. Posee, entre otros posgrados, el Máster en Libros y Literatura para Niños y Jóvenes (UAB) y el Máster en Escritura de Guión para Cine y TV (UAB) . Se dedica a la enseñanza y la investigación en el Dpto. de Románicas de la Univ. de Aquisgrán (Alemania). Además, dirige talleres de escritura creativa y ha publicado la obra de teatro "Dios en la niebla" (2013). Es autora de “Un esqueleto en el escritorio”, Premio RdL al mejor blog internacional 2011.

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